Año 14, número 187.

El estilo de Jazky Hoo está alejado de sonidos rasposos o estridentes, crean un ambiente relajado, siempre dictado por una voz dulce que juega con los sonidos

Fotografía: Isabel Garba

Evangelina Bolitocha

Hace algunos años conocí al músico Jazky Hoo, me quedó grabada su presencia porque parecía que ser músico era algo tan natural como emitir una sonrisa o comer un bocado. Era el músico, la atmósfera que lo envolvía creaba un epígrafe de lo que significa ser artista a pesar del mundo y sus circunstancias, su diálogo emitía conocimientos que como él mismo se autodefine, lo convierten en un melómano. Su pelo largo de aquel entonces, su sonrisa amplía, el verlo de aquí para allá en alguna calle con un amplificador, con una guitarra, tocando en algún bar, mostraban que habitar la música resulta cautivador, que habitar la música es llevar un peso hechizante.

Antes de comenzar la entrevista me dijo con esa emoción que sólo poseen los que encarnan una pasión, que el 2 de septiembre del 2021 estrenaba su sencillo “Cocodrilos”, y que en las canciones que forman parte del proyecto Jk Hoo plasmó una época de su vida de reconciliaciones con él mismo y el mundo. Pero ¿quién es Jazky Hoo? ¿Cuál es su historia? ¿Cuáles son sus proyectos? ¿Qué significa para Jazky la música? Son preguntas que interesan porque nos llevan a encontrarnos no sólo con su obra, sino con la vida de un artista que ama y encarna su oficio.

Alejandro Víctor Marín Bravo, nació el 11 de enero de 1985 en Zapopan Jalisco, vivió la mayor parte de su vida en Zapotlán el Grande, aunque actualmente reside en Guadalajara, su identidad, dice él, sigue siendo guzmanense. Estudió en el Instituto Universitario de Bellas Artes en Colima e hizo su cambio a CUAAD en Guadalajara. Terminó el nivel técnico en la universidad libre de música, ULM. Estudió en el taller de canto con Jaffo Lara, tomó taller de composición con Álvaro Abitia y con Joselo Rangel de Café Tacuba. Además de asistir al taller de canto de Mario Cortés en Colima. Sus instrumentos son la guitarra, piano y el canto. Su apodo, comenta Jazky Hoo, fue dado por sus padres antes de nacer y ahora se ha convertido en su nombre artístico.

Sin más preámbulo hago la pregunta ¿Por qué la música? Jazky me cuenta que se considera más un melómano que un músico y fue gracias a la influencia de conductores como Claudio Rodríguez de Telehit, que se hechizó por todos estos conocimientos “(…) yo no tocaba ningún instrumento y menos cantaba, pero me animé por eso de la vagancia o la aventura o sólo para pasar el tiempo con los amigos, conforme pasaba el tiempo me empezaba a gustar más la música y recuerdo que en el salón de clase estaba un amigo que se llama Mine Yanome, él tocaba el bajo, éramos muy amigos en ese entonces. También en la colonia del ISSTE, que era la colonia donde yo vivía en ese tiempo, conocí a Carlos Mena, baterista de un grupo que se llamaba Chiquita Tonatiuh (…) un día platicamos acerca de la música de ska y reggae que estaba bien chida, pero nadie hacía música así en Guzmán. En este tiempo conformamos lo que sería mi primer proyecto serio: Nako Trapo. Recuerdo que todos comenzamos a echarle ganas y cada vez nos comenzó a gustar más la música; Mineo iba a clases de solfeo y yo me iba de raite a clases de canto a la Universidad de Colima, estar en ese ambiente me hacía enamorarme más de la música como ejecutor, ya que como escucha, estaba más que enamorado. Yo diría que decidí música por la necesidad de escuchar cosas que están en mi cabeza sonando”. Esta necesidad lo ha llevado a continuar en ese mundo, a explorarlo y confrontarlo hasta hacer de ésta su disciplina y un hogar. En este proceso de asimilación y apropiación Jazky ha forjado su definición de la música: “Para mí es una pregunta muy difícil que yo no puedo explicar, pero sí entender. Creo que el arte es la necesidad de decir algo en específico; por eso el arte puede ser romántico, político, social, reflexivo, etc. Vaya, creo que el arte es libre de cualquier tema, en lo personal creo que la música es una necesidad de ser escuchado, yo pondría a la música dentro del género de las artes, la pondría en la parte auditiva”.

El camino, como el de toda la gente y como el de todo artista, ha sido transitar entre pétalos donde siempre encuentra alguna espina necesaria para seguir alerta, él comenta que, “ha sido un camino rudo y difícil con muchas experiencias bonitas; la música ha sido un fantasma terrible y una compañera excepcional que me ha acompañado toda mi vida en los momentos difíciles, románticos, aventuras, fiestas; me ha llevado a conocer grandes amigos, lugares diferentes, exigiéndome tiempo y dedicación, en ocasiones con limitaciones económicas, alejándome de mi familia y amigos”. El sacrificio que se paga por no evitar la vida, por no evitar la propia personalidad, el hechizo que nos mantiene equilibrados y distintos, brillantes.

Su trayectoria comienza con la agrupación Sexy Monkeys en Ciudad Guzmán, con ésta sacaron un EP con cuatro canciones: “Play boy”, “Estéreo Bomba”, “Placer” y “Zapotlán”. Durante algún tiempo trabajó en canciones que considera “libres” y las cuales se perdieron en plataformas como MySpace. En 2016, con una agrupación integrada por compañeros de la universidad, sacaron un material que aún continúa en las redes bajo el nombre Jazky Hoo, del cual se desprenden sencillos como “Hoy”, “Tomorrow” o “Walking to the moon”. Actualmente Jazky como solista sacó su obra con el nombre Jk Hoo, del cual se desprenden dos sencillos: “Aves” y “Mi yo”, y un tercero: “Cocodrilos”, que se estrenará el próximo 2 de septiembre. De éste, cuenta que nació de la necesidad de desahogarse: “Cuando tenía el proyecto de Jk Hoo ya sentía algo diferente en mi mente y pensamientos, sentía que ya no eran los mismos y en ocasiones sentía como un nudo en la garganta, existía otro lado de Jazky que me avergonzaba mostrar. Me aislé cerca de un año, varios meses estuve en la casa del bajista Alejandro Valdés, bajista de la banda Jazky Hoo y otro tiempo en la casa de asistencia de mi pareja Paulina Patiño. En ese momento les pedí a Carlos Ballesteros y a Alejandro Valdés un tiempo para saber qué quería hacer de mi vida, ellos comprendieron sin problema y también, la verdad, me había alejado de la agrupación porque la logística era un caos total. Jk Hoo lo comencé fatal, sólo por mi necesidad de decir y mostrar al Jazky sin miedos, rencores, angustias y problemas existenciales, en el cual no quería inmiscuir a nadie, pues la respuesta podría ser negativa y sólo podría hacer perder el tiempo de las personas que estuvieran cerca de mí. Jk Hoo fue pensado en que tal vez esas cosas o problemas existenciales que nos acompañan en la vida, tal vez si mostraba esas canciones podría decirles a esas personas que no están solos, que somos muchos y que tal vez en equipo es más fácil la vida y pasar esa transición de la mente”.

Respecto al proceso creativo, Jazky nos comenta: “Anteriormente pensaba en melodías o ritmos y les iba poniendo letra, actualmente me gusta escribir, crear melodía de la letra y musicalizarla; veo la letra como si fuera una escena y sólo musicalizo la escena, cómo me gustaría vivir la escena y lo que me gustaría escuchar en ella”. Para Jazky son muy importantes las escenas y se nota en el trabajo de sus videos, ya sea en sus promocionales o en los videos oficiales; contienen un trabajo elaborado y simbólico. Él nos habla de ello: “Tengo un sólo video musical de Jk Hoo, quería que todos los sencillos tuvieran video musical, sin embargo, por la pandemia me fue muy difícil seguir con esa idea. El video de “Aves”, que fue el primer sencillo, lo produjo Casa Azul. Samantha fue la que se encargó de hacerlo, yo sólo llegué con una idea de cómo me imaginaba el video y lo que quería decir en la canción, ella, que estudió cine, se encargó de toda la magia que hay en él. Planeamos cómo ahorrar gastos, el señor que sale en él es papá de Jorge, productor y pareja de Samantha, la chava es una amiga de Samantha que se aventó sin líos y el último personaje lo encontramos en la cafetería donde nos reunimos para los preparativos del video. Realmente la magia fue gracias a Jorge y Samantha de Casa Azul”.

El estilo de Jazky Hoo está alejado de sonidos rasposos o estridentes, crean un ambiente relajado, siempre dictado por una voz dulce que juega con los sonidos. Ante la pregunta de cómo definiría él mismo su estilo, responde: “En cuanto a Jk Hoo la verdad no lo sé, recuerdo que, en entrevistas pasadas, amigos y familiares me han mencionado influencias como Radio Head, Porter, Juanson, Siddhartha, Reino, etc. La verdad es que en esta ocasión no ha sido un tema de interés para mí, algo que sí me ha causado problema, incluso de manera digital, ya que para Spotify y las plataformas digitales tienes que ser muy específicos, si de algo en cuanto a género se refiere, estoy seguro que soy amante de la música funk y esto que estoy haciendo está muy alejado de eso, incluso sueño con que regrese ese feeling del groove a mis canciones. Los productores con los que actualmente estoy trabajando han definido mi música como indie rock”. Hablando de sus influencias dice que siguen siendo con las que creció: Eart wind and fire, James Brown, George Clinton, Rouger Trouman, Café Tacuba, Los Amigos Invisibles, Daft Punk, Groove Armada, Fat Boy Slim, C2C, Moby, Boom Funk. ¿Dónde se puede encontrar la música de Jasky? En Instagram como JKHOO_oficial, en Facebook como JK HOO, en Spotify como Jk Hoo. El músico agrega que está en casi todas las plataformas digitales de producción musical. Jazky despide la entrevista invitando a los lectores a que “este 2 de septiembre le den una escuchada a mi nueva canción “Cocodrilos”. Una canción que hice pensando en esos sueños inconclusos, el cocodrilo es eso que está en nuestra mente comiéndose nuestro presente; exigiendo salir, eso que cuando éramos niños queríamos ser de grandes y que hasta la fecha nos sigue diciendo ¿Qué hubiera pasado si lo hubiera intentado? si se hubiera hecho material”. Jazky Hoo encarna al artista, cuya pretensión es mostrar una visión de la vida, trabajar e ir por ello a cualquier precio y contra cualquier circunstancia, habitar la música para compartirla desde su propia experiencia.

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