Año 15, número 189.

La revista Appetite se encuentra dentro de las mejores del área de nutrición y se clasifica en la categoría Q1, por ser de las más citadas y relevantes a nivel internacional

El artículo “IgG antibodies reacting with ghrelin and leptin are correlated with body composition and appetitive traits in young subjects”, de la maestra Astrid Selene Espinoza García, investigadora del Centro Universitario del Sur y estudiante del último semestre del Doctorado en Ciencia del comportamiento con Orientación en Alimentación y Nutrición, fue publicado en la revista Appetite, revista de investigación internacional que se especializa en las influencias culturales, sociales, psicológicas, sensoriales y fisiológicas en la selección e ingesta de alimentos y bebidas. Esta revista se encuentra dentro de las mejores del área de nutrición y se clasifica en la categoría Q1, por ser de las más citadas y relevantes a nivel internacional.

Las coautoras de la investigación fueron las doctoras Claudia Hunot Alexander, Alma Gabriela Martínez Moreno, Mildren Porchas Quijada y el licenciado Rafael Vázquez Solorzano (investigadores y colaboradores del Instituto de Investigaciones en Comportamiento Alimentario y Nutrición (IICAN) del CUSur. La directora del trabajo de investigación fue la doctora Zyanya Reyes Castillo, directora del IICAN, en donde se realizó este estudio.

A continuación se presenta un resumen de la autora sobre la investigación del artículo publicado:

Astrid Selene Espinoza García

Se sabe que nuestro apetito y la ingesta de alimentos son regulados por múltiples hormonas, entre las que destacan la grelina y la leptina. Ambas pueden ser consideradas como las hormonas del hambre y la saciedad, ya que actúan como mensajeros entre el cuerpo y el cerebro y determinan en parte, nuestra conducta alimentaria. Sin embargo, aún se desconocen todos los factores que pueden intervenir en la transmisión de estos mensajes y un área de investigación poco explorada en este sentido, es la interacción de nuestro sistema inmune con las hormonas que regulan la ingesta.

Dentro del sistema inmune tenemos a los anticuerpos; los mismos que nos ayudan a combatir los virus (como el causante de la enfermedad COVID-19) y que nos brindan protección cuando se producen. No obstante, los anticuerpos hacen mucho más que combatir infecciones, ya que se ha identificado que pueden ayudar a las hormonas a llegar al cerebro a entregar el mensaje de hambre/saciedad. Si bien las hormonas no son agentes dañinos para el cuerpo y no deberían ser atacadas por nuestro sistema inmune, diferentes grupos de investigación en el mundo han señalado que el origen de estos anticuerpos contra nuestras hormonas, pudiera deberse en parte, a los trillones de bacterias que tenemos alojadas en el intestino y que se conocen como microbiota intestinal. Algunos productos que liberan estas bacterias se parecen a nuestras hormonas que regulan la ingesta, y de esta forma nuestro sistema inmune puede “confundirse” produciendo anticuerpos contra ellas.

Un aspecto desconocido hasta la fecha, era el papel que juegan los anticuerpos contra leptina y grelina en la regulación del comportamiento alimentario, en particular, si estos anticuerpos participan en la regulación del peso corporal y en los rasgos del apetito de los individuos. Los rasgos del apetito son importantes, dado que brindan información sobre cómo un individuo come en circunstancias ambientales específicas y son características conductuales que pueden afectar el peso corporal y la alimentación de los individuos.

Para esta investigación se estudiaron 180 sujetos jóvenes; a los cuales se les evaluó su composición corporal y se analizaron sus puntajes en 7 rasgos del apetito, mediante un cuestionario validado en población mexicana. Los niveles de anticuerpos contra grelina y leptina se cuantificaron en una muestra de sangre mediante un análisis inmunológico.

En esta investigación se encontraron diversos hallazgos destacables: en primer lugar, que la producción de los anticuerpos difiere entre hombres y mujeres y la producción de los anticuerpos contra leptina se relaciona con la grasa corporal de los individuos. De forma similar, se encontró que mientras más anticuerpos estén unidos a la grelina (hormona del hambre), mayor será el índice de cintura-cadera, el cual es una medida indirecta de la obesidad y del riesgo cardiovascular. Además, en las mujeres los anticuerpos contra grelina están relacionados con qué tanto disfrutan comer y en los hombres, los anticuerpos contra leptina parecen intervenir en una ingesta reducida de alimentos cuando experimentan emociones negativas, como el estrés.

Esta investigación provee nueva evidencia de la interacción del sistema inmune con las hormonas del hambre y la saciedad y de forma novedosa, sugiere que los anticuerpos contra leptina y grelina pueden modular conductas alimentarias y la composición corporal.

Aún quedan muchas interrogantes por resolver y sin duda, será necesario realizar estudios posteriores, por ejemplo, para profundizar en cómo se regulan estos anticuerpos a nivel molecular, o qué papel tiene la dieta y la microbiota intestinal en la producción de los mismos.

Puedes consultar el artículo completo en el siguiente enlace: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0195666321005924