Año 15, Número 200.

En el marco del Día Internacional de la Mujer, la investigadora del CUSur explicó cómo en algunas culturas aún se castiga a la mujer por iniciar su vida sexual antes del matrimonio

Fotografía:Difusión CUSur

Jaqueline García

Dentro de las múltiples actividades en conmemoración por el Día Internacional de la Mujer en el Centro Universitario del Sur (CUSur), el pasado 8 de marzo, la doctora Enriqueta Valdez Curiel, profesora e investigadora del CUSur impartió la conferencia titulada ¿Cómo fingir la virginidad (y por qué) en pleno Siglo XXI? en el auditorio CASA 1 de la biblioteca Hugo Gutiérrez Vega.

En esta conferencia explicó las razones por las que en la actualidad algunas mujeres del mundo se siguen preocupando por la virginidad. Entre los aspectos que influyen en ello están los prejuicios y la religión: “Para algunas mujeres aquí en México y en otras partes del planeta, no ser virgen todavía les puede costar la vida”. Destacó que fingir la virginidad en cada uno de sus contextos es totalmente respetable.

Habló sobre cómo aprendió del tema y cuáles son las mujeres que más le preocupan en esta situación. En 1999, mientras tomaba un curso de género en Estados Unidos, Valdez Curiel se enteró de que en el mundo musulmán y entre las mujeres de la India existía un kit que se había vuelto popular, el “kit de la virginidad”, una pequeña membrana que simula el sangrado durante el coito y que se puede comprar por internet. Este kit incluía una cápsula que se introducía en la vagina y que durante el coito se disolvía, dando como resultado un escurrimiento similar al de la sangre.

De esta manera se enteró que muchas compañeras musulmanas e hindúes de su universidad que iniciaban su vida sexual fuera de su país, al regresar a casa tenían el matrimonio destinado por sus padres y un requisito en éste era sangrar durante el coito. Además, mencionó que en algunos países como Pakistán e Irán, se comenzaba a solicitar una prueba médica que demostrara la virginidad, prueba que tiempo después se consideró ilegal, por atentar contra los derechos de la mujer. Debido a esto, muchas mujeres tuvieron que buscar otras alternativas, como realizarse una himenoplastia, que se trata de la reconstrucción del himen.

Señaló que, al volver a sus países natales, las consecuencias para estas mujeres por haber mantenido relaciones sexuales antes del matrimonio podían ser desde el repudio de su pareja y familia, hasta la lapidación.

La investigadora destacó que esto se trata de un tema vigente: “… y mientras nosotras aquí en Ciudad Guzmán hemos ganado el derecho de ser libres de estar aquí o estar en otro lugar, en algún punto del planeta a una mujer la están maltratando o la mataron porque no es virgen”. Asimismo, puso a reflexionar a las asistentes con las siguientes cuestiones: “¿Por qué la presencia del himen intacto puede determinar la vida de una mujer en algunos de los regímenes musulmanes del mundo y en otras partes del mundo? ¿Será que la religión es sólo un pretexto para perpetuar la inseguridad del hombre ante la comparación que la mujer no virgen puede hacer entre él y sus antecesores? O ¿Es que la mujer es un objeto al que se le pone precio y si ese objeto no está intacto entonces tiene menos precio?”

Ante estas cuestiones la profesora aseguró que sea cual sea la razón de la veneración de la virginidad en el Islam, en el catolicismo o en la mente patriarcal de los hombres, la ciencia médica se ocupó de esto y se comenzaron a realizar intervenciones quirúrgicas.

Pero aunque esta cirugía vino a ser una buena opción para la problemática de algunas mujeres del mundo, Valdez Curiel mencionó que ésta tiene un costo de alrededor de mil 450 dólares. Ante esto dice que “no es para todas, por el costo, no todos tienen el acceso”, por ello considera que el “kit de la virginidad” es la opción más viable.

De acuerdo con los datos brindados por Valdez Curiel, Marruecos, Francia y Nepal son los países que encabezaron la venta del “kit de la virginidad” el año pasado, pero en otros países como Egipto, su venta está prohibida debido a que las leyes y las sanciones de entrada del producto a su país son muy severas, ya que consideran que el kit promueve “expandir el vicio y animar a las chicas a mantener relaciones ilícitas sabiendo que pueden recuperar la virginidad”. Lo que demuestra la obligación que tienen las mujeres de demostrar su virginidad.

Mencionó que si no se tiene la facilidad de pagar una himenoplastia o el “kit de la virginidad”, queda un último recurso: el hígado de pollo o la sangre de paloma en un algodón, y aunque considera no es la alternativa idónea o la más higiénica “se trata de la vida o la muerte y siempre intentaremos encontrar la manera de estar vivas”.

Finalmente hizo hincapié en que sangrar en el primer contacto coital no siempre sucede, y “es algo que el mundo masculino se creó y que la mujer se lo creyó (…) La virginidad es un concepto que ha costado mucho dolor y vidas. Algo que es cierto es que también sucede en México, en nuestro entorno, familia, comunidad, probablemente conocemos a alguien que está preocupada por no ser virgen”.

Frente a una problemática mundial en donde se encuentra en juego la vida de muchas mujeres, la conferencia de la doctora Valdez Curiel viene a explicarnos la importancia de brindar opciones de supervivencia para quienes hoy en día se siguen viendo amenazadas por los constructos sociales.

livier.lopez@cusur.udg.mx