Año 17, número 248.

Samuel Oliveros Sánchez es estudiante de la Maestría en Estudios Rurales del CUSur y está haciendo una estancia académica en esta ciudad española

Fotografía proporcionada por Samuel Oliveros Sánchez

Samuel Oliveros Sánchez

Cuando recibí el correo con la noticia de que fui aceptado para realizar una estancia académica en el extranjero, por mi mente pasaron miles de pensamientos con muchos sentimientos encontrados, ya que no estaba pasando por un buen momento, pero comprendí que todo puede dar un giro de 180 grados en un suspiro.

            Al enterarme de la convocatoria para participar en el Programa de Estancias Académicas (PEA) 2024 A, no dudé en realizar el trámite, debido a que sabía que podría tener una gran oportunidad de estudiar en el extranjero, además de que te permite salir de tu contexto, conocer nuevas personas, diferentes culturas y distintos estilos de vida.

            Fueron miles de trámites los que tuve que realizar, pero la emoción y las ganas de vivir algo completamente distinto sobrepasaron los niveles de complejidad y dificultad que esos procedimientos implicaban, ya que como dice un dicho muy común, nada es fácil y la idea es no desistir por más complicado que sea.

            Pues la suerte y el destino estuvieron de mi lado y fui aceptado por la Universidad de Jaén, en España, para realizar una estancia en su gran institución, una oportunidad que siempre la consideré y la visualicé como una gran experiencia. Poco a poco fui informando a las personas que me rodean de esta extraordinaria noticia: mis padres, hermanos, amigos, profesores y compañeros de clase, quienes me mostraron su apoyo en todo momento y compartieron esta alegría conmigo, algo que les agradezco en demasía. También me hubiera gustado vivir este momento con seres queridos que ya no están: mis abuelos, quienes donde quiera que se encuentren, sé que estarían llenos de felicidad y orgullo por su nieto menor.

            En un inicio, todo era felicidad y emoción por la noticia de estudiar en España, pero ya que se acerca la fecha del vuelo y tienes que dejar tu país, se experimentan miles de sentimientos encontrados, por ejemplo: la nostalgia, esto porque dejarás de ver a tus familiares por un tiempo considerable, porque te apartarás de tus amigos con los que convivías día con día y porque dejarás tu rutina temporalmente y tu estilo de vida.            Fue entonces que el 19 de enero de 2024 se llegó el momento de partir con rumbo a territorio español. El inicio del día fue muy emocionante, con el traslado a las 5:30 horas de Ciudad Guzmán al Aeropuerto Internacional de Guadalajara, para de ahí tomar el vuelo con dirección a Madrid a las 11:20 horas. Después de 10 horas de viaje aproximadamente, arribaría a la capital de España, y a partir de ese momento comenzaría un reto para mí para trasladarme a Jaén, ciudad donde realizaré mi estancia académica.

            Primeramente, el cambio de horario sería un factor muy importante que tendría que afrontar, ya que al llegar a las 5:00 horas (hora local de Madrid) del 20 de enero, en México serían las 22:00 horas del 19 de enero, situación a la que debía contraponerme, ya que en tierras aztecas estaría por dormir, mientras que en España iniciaría un nuevo día, por lo que mi rutina cambiaría por completo y tendría que adaptarme a dicha circunstancia.

           

Fotografía: Samuel Oliveros Sánchez

Una vez ubicado en la Terminal 1 del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, mi objetivo fue buscar el sitio donde abordaría los autobuses gratis para trasladarme a la Terminal 4, lugar donde tomaría el tren para salir de la ciudad de Madrid. Al principio fue difícil, ya que no lograba ubicarme en el aeropuerto, así que tuve que unírmele a dos muchachas que también se dirigían a la terminal y que venían en el mismo vuelo que yo. De esa forma, tuvo que pasar una hora aproximadamente para localizar el punto de partida.

            Ya en la Terminal 4 del aeropuerto, tuve que seguir mi trayecto de nueva cuenta solo, ya que las muchachas seguirían su recorrido hacía Lyon, Francia, lugar donde ellas irían a estudiar. Compré algo para comer, una botella de agua y una SIM para el celular para iniciar con mi búsqueda de la estación del tren. En ese lapso fue muy complicado, así que me mantuve preguntando al personal del aeropuerto para poder encontrar el sitio al que me dirigía.

            De esta forma, a las 7:40 horas tomé el tren en la Terminal 4 del aeropuerto a la Estación de Atocha (Madrid). Fue un poco estresante cuando inicié mi recorrido, ya que desconocía cuál sería la terminal en la que debía bajarme y no encontraba una simbología o un mapa dentro del tren para ubicarme. Entonces, tuve que socializar y terminé charlando con un argentino y con un cubano, quienes me indicaron que se dirigían al mismo lugar que yo. Por lo tanto, minutos después, me bajé con ellos del tren y efectivamente, llegamos a la Estación de Atocha.

            En Atocha, ya un poco más familiarizado con el país, el sueño y el cansancio comenzaban a hacerse presentes, por lo que tuve que comprarme un café y un sándwich. Después de eso busqué el sitio donde tomaría el siguiente tren con destino a Córdoba, para de ahí transbordar y dirigirme a mi destino: Jaén. De esta manera, a las 16:30 horas, aproximadamente, después de 21 horas de mi salida desde México, por fin llegué a mi domicilio en Jaén.

Fotografía: Samuel Oliveros Sánchez

            Sin lugar a dudas, los primeros días en la ciudad de Jaén no fueron nada fáciles ya que, al estar fuera de tu cultura, de tu contexto, de tu rutina y de tu estilo de vida, pierdes comodidad e inicias a vivir miles de situaciones agridulces. Es necesario llevar a cabo un buen proceso de adaptación para tener un desenvolvimiento óptimo en el nuevo sitio en el que radicarás.

            Con el paso de los días me fui sintiendo más cómodo, cada vez mejor en la ciudad de Jaén y con más confianza en mis actividades diarias. Para finalizar este escrito, quiero decir que ante cualquier circunstancia, por más fácil o compleja que sea, lo primordial es no desistir y siempre tratar de sobreponerte ante cualquier adversidad, eso te permitirá crecer personalmente. Por ahora me encuentro en espera de iniciar con mis clases, pero creí importante compartirles todo lo que viví desde que me enteré que fui aceptado para estudiar en el extranjero hasta mi traslado al sitio donde llevaré a cabo mi estancia académica.

Agradezco a la Maestría en Estudios Rurales, al Centro Universitario del Sur, a la Universidad de Guadalajara y a la Universidad de Jaén por la oportunidad de estar viviendo esta experiencia que será muy enriquecedora para mi vida académica y personal.

oliveros.samu2000@gmail.com