Año 16, Número 220.

Columna referente al injusto encarcelamiento de los tres estudiantes universitarios de la Universidad de Guadalajara.

Rosa Eugenia García Gómez

La sabiduría popular dice que nadie sabe lo que quiere hasta que lo obtiene, y si hoy le preguntamos al gobernador de Jalisco si en su búsqueda de perjudicar a la Universidad de Guadalajara había previsto lo que ahora enfrenta, en un imaginario de que nos dice la verdad y haciendo a un lado su megalomanía, seguramente diría que no. Otro dicho para esto: le salió el chirrión por el palito.

A estas alturas ya no sabemos si el gobernador tiene malos o temerosos consejeros que le dan por su lado en su obsesión de dañar a la máxima casa de Estudios de Jalisco, —la que es Benemérita y Bicentenaria—. No sabemos por qué rencores o anhelos… O si tiene buenos asesores y los ignora.

El capítulo más reciente —y ojalá fuera el último, pero conociéndolo, seguro la historia continua—, fue el del encarcelamiento de los tres jóvenes estudiantes universitarios, lo que generó no sólo la atención mediática nacional, sino también titulares internacionales, que tampoco seguramente fueron lo que el gobernador esperaba.
La agencia internacional de noticias Associated Press hizo una nota al respecto. Su eco llegó a medios de todo el mundo, entre ellos The Washington Post que tituló la noticia Mexican students arrested, jailed for planting tres (Estudiantes mexicanos detenidos y encarcelados por plantar árboles). Y aunque los jóvenes fueron puestos en libertad este miércoles, el mensaje negativo —y si fuera de algún color diríamos que negro—, prevalece.

La opinión pública y la presión mediática consiguieron lo que la insensatez y servil aplicación de criterios de justicia quebrantaron: el derecho a un proceso justo y en libertad.

Por otra parte, la medición mensual de gobernadores que hace la encuestadora Massive Caller capítulo México arrojó en su publicación de enero de 2023 que el de Jalisco ocupa el lugar número 30 entre los 32 gobernadores mexicanos en cuanto al nivel de aprobación de su gobierno. Por debajo de él solamente los de Puebla y Zacatecas.

El estudio de opinión también señala que Alfaro Ramírez, en cuanto a percepción de confianza, sube un lugar y ocupa el número 29, por encima de Rutilio Escandón de Chiapas, además de David Monreal y Sergio Salomón de Zacatecas y Puebla, respectivamente. El porcentaje obtenido por el titular del ejecutivo de nuestro estado es de 25.2%, esto significa que solamente uno de cada cuatro jaliscienses confía en él.

En cuanto a las administraciones gubernamentales con mayor percepción de inseguridad la de Alfaro está casi en el sótano, con un 59.2, superado solamente por el 61.6 del zacatecano Monreal.

Hechos cuestionados en la palestra pública internacional y cifras contundentes ¿Qué más se necesita para la vuelta a la razón?

rosa.garcia@cusur.udg.mx