Año 16, Número 224.

La experiencia de hacer movilidad a otro país como estudiante es beneficiosa en muchos sentidos

Fotografía: Cortesía de Perla Ivannia Gómez Ochoa

Perla Ivannia Gomez Ochoa

Soy estudiante de la maestría en Derecho del Centro Universitario del Sur y en el mes de agosto del 2022, tuve la oportunidad de ser partícipe de una movilidad a Colombia como parte de la misión académica coordinada por el posgrado que curso. Esta estancia tuvo una duración de 10 días, donde visitamos universidades como la Universidad Libre de Colombia, que fue invitada al IV Congreso Internacional XVII Seminario Internacional XI Congreso Estudiantil de la Seguridad Social y el mundo del trabajo, llevado a cabo en el Centro de Convenciones de Cartagena de Indias. También visité la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Cartagena, la Universidad del Norte en la Ciudad de Barranquilla, la Universidad Simón Bolívar, la Universidad de la Costa y la Universidad Cooperativa de Colombia, donde tuve la oportunidad de presentar parte del Diagnóstico de Violencias del Municipio de Zapotlán el Grande, en el cual he participado desde enero del 2022 como apoyo; así mismo, tuve la oportunidad de escuchar los proyectos que se están realizando en esas universidades.

En la misma ciudad de Cartagena de Indias logré conocer parte de sus atractivos turísticos y culturales, en el ámbito académico también participé como asistente en conferencias que se llevaron a cabo con ponentes de talla internacional en las diferentes universidades de esta ciudad. Generé experiencia y motivación, cambió totalmente mi manera de ver al mundo, ahí me di cuenta de que en verdad quiero dedicarme a la investigación, pues la importancia de ésta es increíble, ya que abonamos mucho a nuestro entorno en el que nos desarrollamos a diario.

Cartagena es un distrito cultural, visité el museo del escritor Gabriel García Márquez, autor de la obra literaria Cien años de soledad. Las personas originarias de este caribe colombiano me compartieron la historia de vida de este gran escritor conocido a nivel mundial. La riqueza cultural de este país es muy alegre; el ritmo, la danza y los grupos musicales, al igual que sus vestuarios coloridos y sofisticados, gozan de una alegría caribeña que contagia.

Cabe resaltar que acudí a estas universidades en compañía del coordinador de la maestría en Derecho, algunas docentes y mis compañeros de generación. Me sentí afortunada, ya que todas las universidades que nos invitaron tuvieron el detalle de compartirnos su cultura, presentarnos diversos espectáculos como la danza del Mapalé, esa danza fuerte que se baila con todo el cuerpo y poca ropa, y evoca a las culturas africanas; el Bullerengue, bailado y cantado sólo por mujeres acompañadas de tambores; la Puya, donde piernas y caderas se mueven rápidamente al son de la gaita y otros instrumentos, así como el Vallenato y el Porro, el más tranquilo de este grupo, pero también el más coqueto y romántico. Todos me dejaron impactada, pues es algo totalmente diferente a la cultura mexicana. Cada universidad a la que asistí nos deleitó con estos tipos de agrupaciones culturales. También podías disfrutar de éstos en las calles de Cartagena, donde ofrecen un show espectacular sin algún costo.

Al llegar al aeropuerto El Dorado, que se ubica en Bogotá, inmediatamente fui a comer las famosas arepas y el famoso “tinto” (café colombiano); son muy ricos y el costo es bajo. En Cartagena, no dejé ir la oportunidad de visitar el restaurante La casa de Socorro en el barrio de Getsemaní, uno de los lugares turísticos más recomendados, ya que se come muy rico y a un precio accesible, lo recomiendo mucho. En mi experiencia, los mejores platillos fueron los de la zona costera. En la Ciudad de Bogotá probé las famosas obleas con cajeta y queso, un postre famoso que se encuentra en las calles de esta bella ciudad, así como una bebida caliente que se llama aromática y canelazo, que es muy similar al ponche caliente. En general, su gastronomía local es muy rica, sólo debemos de estar abiertos a conocer y probar nuevos platillos.

En el área turística, conocí Getsemaní, el barrio más colorido y lleno de fiesta nocturna de Cartagena, me subí a la famosa Chiva rumbera, ahí conocí gente de Puerto Rico, Panamá y Uruguay. Visité monumentos históricos representativos del lugar como el castillo de San Felipe, la Torre del Reloj, la Plaza Bolívar, La gorda Gertrudis, Pie Grande, el monumento a los Zapatos Viejos, monumento a la India Catalina, la casa de Gabriel García Márquez y Baluarte de la Merced, subí la gran muralla que divide la Ciudad Amurallada y la ciudad de Cartagena y disfruté de la vista al mar.

También pude pasear y disfrutar de algunas playas que ofrece Cartagena, como la playa Bocagrande, la playa Castillo Grande y la playa Cartagena Plaza. Fue un momento muy placentero para descansar y admirar el caribe colombiano. Otro atractivo de la ciudad de Cartagena son las esmeraldas, son originales, de una gran variedad y a un costo muy accesible.

Viajé a Barranquilla, fui a la Universidad del Norte y a la Universidad Simón Bolívar. Fue una bienvenida calurosa, conocí los proyectos de investigación de los estudiantes que cursan el posgrado, lo cual me sirvió para hacer una comparativa sobre lo que están haciendo allá y lo que se está haciendo aquí en México.

Barranquilla es una ciudad linda, cuenta con muchas áreas verdes, caminé por el Gran Malecón del Río, conocí el monumento Ventana al mundo, es muy grande, lleno de colores y hay personas que se dedican a tomar fotografías muy lindas. La zona hotelera de Barranquilla es agradable, de gran nivel y calidad, con costos muy bajos. Cabe resaltar que en Barranquilla hay mucho turismo, me encontré con personas de Francia, con quienes no perdí la oportunidad de practicar mi francés, fue otra aventura y sobre todo, un momento para poner en alto a México estando tan lejos de él.

La Universidad Cooperativa de Colombia en Bogotá tiene un gran vínculo con la Universidad de Guadalajara, las personas que nos recibieron nos guiaron por el centro histórico de esta ciudad, así como al cerro Monserrate, en donde tomamos el teleférico y gozamos de una vista espectacular. El clima en esta ciudad, en comparación con las otras dos, es muy frío. Cabe mencionar que en los tres lugares llovió un poco, pero en general el clima es agradable.

Puedo decir que Colombia es un lugar precioso para viajar, disfrutar, conocer y recomendar. Yo quedé totalmente enamorada de este país, de su gente, su gastronomía y su cultura, sin duda, me encantaría volver, pues en el ámbito académico es un país que va avanzando, tiene grandes ideas, grandes estudiantes y profesionales.

La experiencia de hacer movilidad a otro país como estudiante es beneficiosa en muchos sentidos. Desde el punto de vista académico, implica la oportunidad de aprender de nuevas perspectivas y enfoques en tu materia, así como profundizar en temas específicos que tal vez no se abordan en la institución de origen. Además, es una forma de ampliar la red de contactos profesionales y conocer a otros estudiantes y académicos de distintos lugares del mundo. Cada vez más empresas buscan candidatos que hayan tenido experiencias internacionales, y estudiar en el extranjero te permitirá mejorar tus habilidades lingüísticas y adaptarte a nuevos contextos culturales, además de tener una ventaja competitiva en el mercado laboral global.

Uno de los mayores aprendizajes que se obtiene al hacer movilidad es de carácter personal. Vivir en un entorno culturalmente diferente al propio implica enfrentarse a situaciones desconocidas o incómodas al principio, pero que a la larga pueden resultar enriquecedoras. Por ejemplo, puede que se tenga que aprender a comunicarse en un idioma distinto al propio, o adaptarse a costumbres y normas sociales que no son familiares.

La movilidad estudiantil ayuda a desarrollar la tolerancia, empatía y flexibilidad, que son valiosas en cualquier ámbito de la vida. Asimismo, el hecho de estar lejos de la familia y amigos cercanos puede ser un desafío, pero también una oportunidad para cultivar la independencia y la autodisciplina. Al estar en un entorno diferente, una también descubre nuevos intereses, pasatiempos, y desarrolla habilidades prácticas como cocinar o hacer reparaciones en el hogar.

Un intercambio académico es una oportunidad para adquirir habilidades y conocimientos que no podrías obtener de otra manera. Cada país tiene su propia cultura y su forma de hacer las cosas, y estudiar en el extranjero te permitirá conocer nuevas formas de pensar y de abordar los problemas, lo que te ayudará a ser más creativo y a tener una perspectiva más amplia sobre los temas que te interesan.

¡Anímate a dar el salto y a estudiar en el extranjero!