Año 13, número 144.

El 23 de septiembre es el Día Internacional de las Lenguas de Señas, idiomas creados por y para las comunidades sordas en todo el mundo. El 30 del mismo mes es el Día Internacional del Intérprete y Traductor de estas lenguas. En el CUSur se trabaja para que todas las personas, independientemente de su condición física o psicológica, se desenvuelvan en igualdad de oportunidades en el ámbito universitario

Foto: Lenin Aceves

Ariana García

Dentro de las diferentes discapacidades que se presentan en la población está la sordera, una condición que dificulta el entendimiento —y la posterior producción— de cualquier lengua oral. Las lenguas de señas surgen como una necesidad de comunicación de las personas sordas. Han tomado tal importancia a nivel mundial que existe una gran diversidad de acuerdo a cada región. Por la complejidad y utilidad que tienen, las lenguas de señas son como cualquier lengua oral.

           El licenciado Juan Abel Parra Díaz de Sandi, encargado del Programa CUSur Incluyente, comenta que en el mundo existen alrededor de 300 lenguas de señas, cada país tiene al menos una o dos oficiales. En México, la lengua de señas mexicana fue reconocida como la lengua oficial de la comunidad sorda el 10 de junio de 2005; también existen estudios que describen la existencia de una lengua de señas entre los mayas y otra entre los purépechas. De acuerdo con Díaz de Sandi, en el mundo existen más de 70 millones de personas sordas, aunque esta cantidad puede ser mayor debido a que las instituciones que realizan los censos no están capacitadas para identificar el tipo de discapacidad. En ocasiones las familias esconden a quienes poseen una. Se estima que en Jalisco son más de 75 mil las personas sordas.

           A lo largo de los años, el desconocimiento de las discapacidades que se presentan en los seres humanos nos ha llevado a nombrarlas de maneras quizá no muy acertadas. Díaz de Sandi dice que el término sordomudo, por ejemplo, es totalmente antiguo e incorrecto, ya que las personas sordas sí pueden emitir sonidos y, dependiendo de su terapia inicial, pueden hablar. Es muy raro encontrar a una persona sorda y a la vez muda. El término correcto es sordo, sorda o persona con discapacidad auditiva.

            Más allá de la discapacidad auditiva, las personas sordas tienen características muy particulares como sociedad: la lengua de señas es su lengua materna, a diferencia de las personas no sordas que tienen los idiomas tradicionales como el inglés, el español o el alemán; han creado una comunidad, tienen su historia y una serie de actividades que los distinguen del resto de la población, “además su pensamiento es muy diferente a los hablantes de cualquier otra lengua”, comenta Díaz de Sandi. Esta comunidad incluye también a los hijos oyentes de padres sordos, a los intérpretes cualificados y en general a todos los hablantes de señas.

           Como vemos, las personas sordas han trabajado mucho para formar comunidad y comunicarse efectivamente entre ellos y con la población oyente. Aún así, hace falta más concientización y capacitación de los oyentes para que desaparezcan las barreras que impiden la total inclusión de los sordos en la sociedad. Pero no sólo los sordos lidian con esta falta de inclusión. Quienes presentan otras discapacidades también se ven afectados por la falta de oportunidades para integrarse al mundo. En el CUSur se han realizado esfuerzos para trabajar tanto en la concientización como en la adecuación de espacios y actividades que permitan la inclusión de toda la comunidad universitaria, incluidas las personas con alguna discapacidad.

           El programa CUSur Incluyente es una iniciativa de la Secretaría Administrativa del centro. Desde 2015 se han hecho actividades de concientización y talleres. Ahora existe una oficina física y un equipo interdisciplinario, se trabaja en todos los tipos de discapacidad: auditiva, visual, motriz, intelectual y otras poco tomadas en cuenta como la psicosocial y la visceral. Estos dos últimos tipos de discapacidad en ocasiones son poco perceptibles y comienzan a notarse una vez que se tiene dificultad de aprendizaje, materias reprobadas y pueden llegar a confundirse con la capacidad cognitiva. Díaz de Sandi comenta que en estos casos se realiza una valoración para identificar las dificultades y trabajar de manera interdisciplinaria, con ayuda de psicólogos, pedagogos y maestros de educación especial para hacer los ajustes razonables. Una parte fundamental de la inclusión educativa es monitorear a los alumnos que tengan alguna discapacidad para facilitarles el aprendizaje y no abandonen sus estudios.

           Los ajustes razonables son las modificaciones que necesitan los alumnos para cumplir con los objetivos de clase, por ejemplo las mesas ajustables y las puertas accesibles para los alumnos con discapacidad motriz o un intérprete de lengua de señas en clase para los sordos. Existen otros casos que no necesitan ajustes razonables pero que también se consideran en la inclusión, como aquellos que se enmarcan en la diversidad sexual, en los que se trabaja más en la concientización con profesores y alumnos por el respeto y la inclusión, así como información sobre la comunidad.

           Actualmente en el CUSur hay registrados 23 alumnos con discapacidad, sin embargo, según Díaz de Sandi son más del doble los casos que se tienen, pues no todos se registran. La mayoría son de accesibilidad, es decir discapacidad motriz con necesidad de silla de ruedas o muletas. Hay alumnos sordos, con autismo, con discapacidad intelectual, visual y psicosocial. También se atienden los casos de los alumnos con dificultad de lenguaje, que no es propiamente un problema de discapacidad pero puede representar una dificultad en su aprendizaje.

           Además de la atención a estos alumnos, CUSur Incluyente ha realizado cursos de lenguas de señas, de concientización y de inclusión educativa para profesores. Se tienen planeados estos talleres para los estudiantes, quienes interactúan constantemente con los alumnos que tienen alguna discapacidad. Está por lanzarse el protocolo de actuación para incluir a las personas con discapacidad, desde su registro en control escolar hasta su egreso. Como vemos, aún falta mucha información y acciones para llegar a una inclusión total, pero el centro universitario comienza, a través de CUSur Incluyente, con esta tarea que nos incluye a todos.

ariana@cusur.udg.mx