Año 13, número 157.

El largometraje muestra una parte de la multiculturalidad de nuestro país y una cara distinta del México que se muestra de manera cotidiana en la industria del cine

Livier Jaqueline García López

Dirigida por Fernando Frías y protagonizada por Juan Daniel García Treviño, Ya no estoy aquí es una película situada en el noroeste de Monterrey, en el año 2011. Está basada en Kolombia, un movimiento cultural de amantes de la cumbia conformado por diversos grupos, entre ellos los Terkos, liderados por Ulises, un joven de 17 años quien además cuida y se preocupa por cada uno de los integrantes.

Tras un malentendido entre su grupo de amigos con el crimen organizado, Ulises debe partir a Estados Unidos de manera ilegal, pues su vida y la de su familia corren peligro. Entre los choques culturales, la búsqueda de la supervivencia y la nostalgia de estar lejos de su país y de su gente, Ulises busca recrear su antigua vida en Nueva York, entre una lengua desconocida y personas distintas para sus ojos, quienes con el paso de los días le brindan su ayuda para sobrellevar la difícil situación en la que se encuentra.

El crimen organizado, la pobreza, la decadencia y una cultura mexicana de la que pocos hablan, son algunos de los temas que conforman este filme. Frías muestra una parte de la historia de la música colombiana adoptada en la cultura de Monterrey entre los años 80’s y 90’s, con la que surgió la música rebajada, un subgénero que mezcla la cumbia con la cultura chola. Este movimiento marcó una era en el estado de Nuevo León.

En esta película se muestra también una época en la que el país atravesaba por una difícil situación en la guerra contra el narcotráfico, época en la que diversas pandillas se fueron involucrando poco a poco con los carteles. Podemos apreciar contrastes entre panoramas opuestos, como la ciudad de Nueva York y las colonias más aisladas de Monterrey, en donde se aprecia una distinción entre clases sociales y estilos culturales, así como situaciones a las que se enfrentan aquellos mexicanos que buscan emigrar a Estados Unidos en busca de una mejor vida.

El movimiento colombiano es considerado patrimonio cultural, pero en la actualidad es fuertemente criticado por contar con una vestimenta y un estilo extravagante. Fernando Frías toma esta crítica para dar a conocer la diversidad cultural y la esencia de Monterrey.

Entre peinados bañados en gel, cabello teñido, vestimenta holgada, música de cumbia y ciertos tintes de documental, nos encontramos con este largometraje que considero debe verse si se busca apreciar y conocer una parte de la multiculturalidad de nuestro país y una cara distinta del México que se muestra de manera cotidiana en la industria del cine.

Ya no estoy aquí se presentó en el Festival Internacional de Cine en Morelia, donde ganó el Premio del público a Largometraje de Ficción Mexicano, se estrenó en Netflix el pasado 27 de mayo.

jaqueline@gmail.com