Año 18, número 265.

Fotografía: Película Nudo míxteco.

En el cine mexicano contemporáneo, es muy común encontrar películas cuyas narrativas nos muestren diferentes realidades que se afrontan en el país. Sin embargo, cuando se trata de historias sobre comunidades indígenas, observamos una constante estereotipación y falta de representación en los medios. A conciencia de esto, la directora mexicana, Ángeles Cruz, incursiona en el mundo del cine para dar voz a las personas que, como ella, son parte de dichas comunidades. Para esta reseña, hablaremos más concretamente de su ópera prima Nudo Mixteco, en la que temas como el abuso, la sexualidad y la falta de oportunidades laborales son los protagonistas.

La película está dividida en tres historias que suceden de manera paralela en el pueblo de San Mateo. La primera historia es la de María, una mujer que tras haberse marchado a la ciudad, vuelve al pueblo para el funeral de su madre y que, a su regreso, se encuentra con la mujer que fue el amor de su juventud. En esta primera parte Ángeles Cruz aborda el tema de la orientación sexual, los estereotipos y la discriminación que María debe de enfrentar por parte de su propio padre. La siguiente historia es la de Esteban, un hombre que tras irse de San Mateo por varios años en busca de mejores oportunidades laborales, regresa por las fiestas patronales para encontrarse con la sorpresa de que su esposa ha hecho vida con alguien más.

Con estos aspectos, la directora quiso abordar las necesidades económicas de las personas del pueblo que los obligan a migrar, pero también el derecho de las mujeres a continuar con sus vidas después de un abandono. Por último, tenemos la historia de Toña, quien al igual de los demás protagonistas, se ve en la obligación de mudarse a la ciudad para trabajar y así mantener a su hija, quien se queda viviendo con su abuela en el pueblo. Toda la situación cambiaría cuando tras una llamada; Toña se entere de que su hija es víctima de abuso por parte de un familiar que presuntamente le habría hecho lo mismo a Toña, por lo que emprende su viaje de regreso al pueblo para hacer justicia. Este último pasaje muestra el abuso y el encubrimiento por parte de la familia cuando este tipo de casos ocurren.

Tras este breve contexto, es importante señalar la habilidad de la directora para crear tres historias en las que se traten temas tan diferentes y encajarlas a la perfección en un mismo filme. Empecemos por la característica en común que guardan los tres protagonistas: la necesidad de migrar para buscar nuevas y mejores oportunidades laborales, lo que demuestra la falta de ellas en el lugar de origen. Luego, la película procede a hablar de los estereotipos y la discriminación que sufren los grupos minoritarios en esta comunidad. La hija que es despreciada por su padre por ser lesbiana y la esposa de Esteban, Chavela, quien es juzgada por empezar su vida con otro hombre después de haber sido abandonada en el pueblo. Con esto, Ángeles Cruz deja ver una clara denuncia social ante las injusticias que viven las personas dentro de la comunidad indígena a la que pertenece.

Uno de los aspectos que más resaltan en la película son las actuaciones. La directora buscó por todos los medios que se tratara de una producción genuina, una que de verdad diera voz a las personas de su comunidad. Por eso, los únicos actores profesionales a lo largo del filme son quienes se encargan de dar vida a los protagonistas, todos los demás participantes (personajes secundarios, incidentales y extras) son los habitantes de Villa de Guadalupe Victoria, lugar de nacimiento de la directora y principal inspiración para crear la película. Si bien, es notorio que muchos de quienes se prestaron para actuar un rol en la trama no tienen una formación actoral, pienso que este factor es algo positivo porque demuestra el gran compromiso por parte de la directora y de quienes trabajaron con ella para llevar la denuncia social hasta los ojos y oídos del resto del mundo.

Por último, me gustaría resaltar la integración de tradiciones y otros aspectos culturales que nos acercan a la vida en la comunidad de San Mateo. La primera son las fiestas patronales, por las que muchas de las personas que migran regresan al pueblo, lo que demuestra la importancia de estas para los habitantes. La segunda, y la que más resalta mi parecer es la asamblea comunitaria a la que convocan cuando se trata de tomar decisiones sobre algún suceso.

Un ejemplo de esto, sería el momento en el que el personaje de Esteban descubre que su esposa está con otro hombre, pues, para decidir cuál será el futuro del matrimonio, es necesario convocar al resto de integrantes de la comunidad para que estos den sus opiniones. Un dato sobre esto, es que la misma directora tuvo que convocar a esta asamblea para que se le permitiera hacer el rodaje de la película, esto según su propio testimonio en el detrás de cámaras Rodaje de Nudo Mixteco, de Ángeles Cruz. La razón por la que es importante introducir este tipo de elementos culturales es que permite a personas ajenas conocer más a fondo el estilo de vida de los habitantes.

Todos estos elementos vuelven a Nudo Mixteco una película imprescindible, una historia que invita a la reflexión de las problemáticas que enfrentan las personas de comunidades indígenas desde la voz de una mujer perteneciente a una de ellas (en este caso la mixteca). Sin duda, este filme es una obra personal y emotiva, totalmente recomendada para aquellos a quienes les interesa aprender sobre realidades más allá de la nuestra desde el respeto y el conocimiento de estas vivencias.

Lizeth Estefanía Cervantes Torres
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