Año 13, número 159.

Lo fantástico tiene efecto durante el tiempo que dura esta incertidumbre. En el momento en que el lector elige una resolución, el texto se transforma en otro género: lo extraño o lo maravilloso

Tzvetan Todorov. Foto: EFE medios

Jesús Vargas Quezada

La teoría de lo fantástico de Todorov tiene una gran importancia histórica. En su libro Introducción a la literatura fantástica, el teórico búlgaro deduce que la naturaleza de lo fantástico se compone de dos características: la inseguridad del lector frente a la extrañeza de lo narrado y una manera de interpretación distinta a la poética y alegórica.

Para Todorov, lo fantástico tiene efecto durante el tiempo que dura esta incertidumbre. En el momento en que el lector elige una resolución, el texto se transforma en otro género: lo extraño o lo maravilloso. Lo fantástico, entonces, es la duda, el desasosiego que percibe un lector que únicamente conoce las leyes naturales ante un fenómeno que parece sobrenatural.

Lo extraño (llamado también lo insólito) es un concepto que se refiere a ciertos relatos en los cuales los fenómenos narrados son explicados racionalmente, sin violar las reglas naturales que rigen nuestro mundo (aunque a veces esa explicación pueda ser rarísima). Un ejemplo de esto sería «Los crímenes de la calle Morgue» de Poe, en donde el atroz asesinato múltiple de dos damas parisinas es resuelto satisfactoriamente por el detective Dupin, quien descubre que los asesinatos fueron provocados por un orangután.

Por su parte, en lo maravilloso la incertidumbre es aceptada aunque sabemos que en nuestro mundo semejantes fenómenos son imposibles. Todorov nos dice que en estos relatos el lector tiene conciencia de que sus causas se justifican en leyes que no son compatibles con la realidad conocida, pero que en el contexto narrado son perfectamente admisibles. En el orbe mágico creado por Tolkien, por ejemplo, aceptamos sin vacilación la existencia de orcos y elfos y también de un anillo omnipotente. Esto sería un ejemplo de lo maravilloso en literatura. El teórico búlgaro cree que lo fantástico es escaso y que sus ejemplos son muy pocos; cita algún ejemplo puntual, como Otra vuelta de tuerca de Henry James, en donde la intriga no tiene una explicación ni maravillosa ni insólita.

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