Año 15, Número 195.

Llegando a Pineda
del monte cansado,
serrana muy leda
vi en un verde prado.

Vila, acompañada
de muchos garzones,
en danza reglada
d′acordados sones.

Cualquier que la viera,
como yo, ¡cuitado!…
en gran dicha hobiera
el ser della amado.

Sola hermosura
tiene por arreo,
de gran apostura,
e muy grant asseo.

Cierto es que l′amara
car fuí demudado,
si non m′acordara
qu′era enamorado.

Francisco González Bocanegra

Imagen: Pinterest

Francisco González Bocanegra nació el 8 de enero de 1824 en San Luis Potosí, México. Fue hijo de un militar español y madre mexicana. Sus primeros 3 años de vida los pasó en su pueblo natal, sin embargo, por el trabajo de su padre fue desterrado junto con su familia a España y se mudó a Valencia hasta que cumplió 12 años y regresó a México. 

Desde muy corta edad se dedicó al comercio. Fueron años duros para él, ya que el país se encontraba a pocos años de haberse independizado. Conforme fue creciendo, su interés por las letras aumentó debido a sus frecuentes visitas a centros de reunión literaria, lo que le ayudó a desenvolverse entre intelectuales y escritores de su época. Su trabajo más importante fue el de editor del Diario Oficial del Supremo Gobierno (ahora Diario Oficial de la Federación).

Fue escritor, orador y traductor. Escribió poesía, discursos, artículos y tradujo obras de diferentes idiomas al español.

El 12 de noviembre de 1953, el gobierno mexicano a cargo de Antonio López de Santa Anna lanzó una convocatoria a nivel nacional de composiciones poéticas para realizar el nuevo Himno Nacional Mexicano. La esposa de González Bocanegra, Guadalupe del Pino, lo incitó a participar. En el concurso se establecieron requisitos legales con los que debía contar la letra del poema. El poema de Bocanegra participó y fue seleccionado el 5 de febrero de 1854; la musicalización de su letra fue creada por Jaime Nunó, y finalmente el himno fue interpretado completo por primera vez el 15 de septiembre de 1954 en el Teatro de Santa Anna (actual Teatro Nacional de México), bajo de la dirección de una orquesta italiana. 

Su poema de 10 estrofas tuvo varios intentos de modificación, hasta que llegó a ser olvidada durante un periodo de tiempo, sin embargo, durante el mandato de Porfirio Díaz fue retomada y a partir de 1940 se redujo a 4 estrofas y se oficializó para ser el himno que los mexicanos reconocen hoy en día. 

Sus influyentes letras del poema que es reconocido como himno nacional hicieron que González Bocanegra sea uno de los poetas más importantes de la historia de México. 

Francisco González Bocanegra falleció en la Ciudad de México en 1861 y a más de 150 años de su muerte se siguen descubriendo y analizando textos que dejó y que permanecen desconocidos, pues nunca se atrevió a publicarlos.