Edición: Ingrid Leguer

¿Qué es más grande – el mar o la palabra con que lo nombramos?

Decimos el mar y surgen diversos mares – los vistos experimentados gozados sufridos – e igualmente los apenas barruntados (acaso los más exaltantes) – pequeños o descomunales – plácidos o destrozándose a sí mismos en iras irreprimibles.

Vemos en cambio el mar – y es el de siempre – irreconocible y desconcertante – una fantasmagoría de la realidad – pero igual al que por primera vez se interpuso en nuestro destino.

Porciones de sueño para mitigar avernos, 1986.

Emilio Adolfo Westphalen Milano

Emilio Adolfo Westphalen nació en Lima, Perú, el 15 de julio de 1911 y murió también en Lima el 17 de agosto de 2001. A los 22 años, se recibió de licenciado en Letras a través de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde más tarde dictó clases de Historia del Arte Prehispánico. En distintos momentos de su vida, colaboró con distintas publicaciones de interés cultural y literario, como fueron El uso de la palabra, Las Moradas y Amaru. Vivió unos años en Estados Unidos, donde desempeñó el cargo de traductor para las Naciones Unidas, Italia, donde se lo nombró Agregado Cultural de su país, México y Portugal. Su intachable dedicación al arte fue reconocida por otras grandes figuras, tales como Mario Vargas Llosa y Julio Ramón Ribeyro.

Son de su autoría los poemarios «Las ínsulas extrañas», «Máximas y mínimas de sapiencia pedestre», «Bajo las zarpas de la Quimera» y «Simulacro de sortilegios», y los ensayos «Poetas en la Lima de los años treinta» y «Escritos varios sobre arte y poesía». A continuación, es posible disfrutar de «Andando el tiempo» y «Viniste a posarte sobre una hoja de mi cuerpo«, entre otros poemas de este gran escritor, ganador del Premio Miguel Hernández de poesía, entre otros reconocimientos.