Año 18, número 272.

Entre irse y quedarse duda el día,
enamorado de su transparencia.
La tarde circular es ya bahía:
en su quieto vaivén se mece el mundo.
Todo es visible y todo es elusivo,
todo está cerca y todo es intocable.
Los papeles, el libro, el vaso, el lápiz
reposan a la sombra de sus nombres.
Latir del tiempo que en mi sien repite
la misma terca sílaba de sangre.
La luz hace del muro indiferente
un espectral teatro de reflejos.
En el centro de un ojo me descubro;
no me mira, me miro en su mirada.
Se disipa el instante. Sin moverme,
yo me quedo y me voy: soy una pausa.
Octavio Irineo Paz Lozano (1914-1998) fue un poeta, ensayista, diplomático y crítico literario mexicano, reconocido como una de las figuras más influyentes de la literatura en español del siglo XX.
Nació el 31 de marzo de 1914 en la Ciudad de México, en el seno de una familia con antecedentes intelectuales y políticos. Desde joven mostró inclinación por la literatura y publicó su primer libro de poemas, Luna silvestre, en 1933. Durante su juventud, viajó a España y apoyó a la República durante la Guerra Civil Española, experiencia que marcó su pensamiento político y su obra.
A lo largo de su carrera, escribió poesía y ensayos fundamentales sobre la identidad mexicana, la cultura y la política. Su obra más emblemática, El laberinto de la soledad (1950), analiza la psicología del pueblo mexicano y su relación con la historia y la modernidad. En poesía, destacan Piedra de sol (1957), Blanco (1967) y Pasado en claro (1975), entre otros.
Jacqueline Contreras
jacqueline.contreras@cusur.udg.mx