Año 17, Número 243.

La ansiedad es causada por una hormona llamada cortisol y su función es advertirte de que algo está mal

Imagen: Universidad Anáhuac

Daniela Mundo Silva

En este artículo hablaré sobre la ansiedad, ¿Qué es la ansiedad? ¿Cómo la identificamos? ¿Qué nos causa? ¿Se puede eliminar? Existen diferentes formas de sentir la ansiedad, algunos ejemplos son tener sensaciones en pecho y estómago, como vacío, ardor, hueco o presión; también suele aparecer como calor o frío interno, taquicardia, sudoración u opresión en el pecho. Daré a conocer algunos ejemplos de ansiedad y algunos tips y herramientas para comenzar a afrontarla. 

La ansiedad es causada por una hormona llamada cortisol y su función es advertirte de que algo está mal, te va dando pequeñas señales, pero si las ignoras, llega un punto donde se vuelve agresiva, te grita que lo escuches, ya que su objetivo es mantenerte a salvo de cualquier cosa que te pueda estar dañando. En el artículo “Emociones negativas y su  impacto en la salud mental y física” Piqueras Rodríguez nos dice que “cuando la frecuencia, intensidad o duración de la ansiedad como respuesta emocional es excesiva puede dar lugar a la aparición de afectaciones a la calidad de vida”, un ejemplo sería, estás durmiendo en tu habitación después de un día arduo de trabajo de repente se activa la alarma de que en unos segundos va a temblar, sales afuera o vas a un lugar seguro, pasa el temblor y regresas a tu habitación, por mínimo que sea el temblor, vas a estar alerta de que puede que haya réplicas. En este caso para eso nos ayuda el cortisol, de lo contrario, no nos hubiera preocupado la situación y hubiéramos seguido durmiendo. 

Otro caso sería: vamos al cine, estamos relajados y de la nada alguien grita “¡fuego!”. En ese instante nos alteremos y buscamos una salida, para la siguiente ocasión lo más probable es que recordemos la escena e incluso nos sentemos cerca de la salida. Por lo tanto, el cortisol es necesario para la supervivencia. O quizá vas manejando tu coche, relajado, escuchando música en la carretera, y de repente alguien te rebasa, pero viene un carro y casi chocan, el impacto y la manera en que de repente salen ese tipo de sensaciones de alerta las genera el cortisol.  

Cuerpo y mente están conectados, en el libro Cómo hacer que te pasen cosas buenas de Mariana Rojas, la autora nos muestra cómo la mente le manda señales al cuerpo de que algo anda mal y el cuerpo comienza a somatizar (convertir los trastornos psíquicos en síntomas del cuerpo) la ansiedad, se suele manifestar de diferente manera en cada persona, por ejemplo, las taquicardias, la sudoración excesiva, gastritis, cambios en tu visión, entre otros síntomas.

Se puede generar por algo que nos de miedo, por ejemplo, hablar en público; cada vez que hablamos en público sentimos que nos falta la respiración, aunque lo podemos controlar con buenas técnicas de respiración, pero la ansiedad puede llegar a estar generando cortisol la mayoría del tiempo, ejemplo: la sudoración excesiva de las manos, pero ¿Por qué esto? Este es un problema mayor de ansiedad y debemos identificar la raíz del problema, ¿Desde cuando empezó? ¿Qué trauma ocurrió? Pues la ansiedad se desarrolla desde un trauma que nunca tratamos y que dejamos pasar.

Existen ocasiones donde la vida te pone en situaciones que nunca creíste vivir, yo soy partidaria del “todo pasa por algo”, así sea una situación demasiado difícil, al final terminas siendo más fuerte aprendiendo nuevas cosas, aunque para poder llegar a ese punto necesitamos conocernos y gestionar nuestras emociones. 

De acuerdo con Felícitas “en la actualidad nuevas investigaciones científicas dicen que la mente: pensamiento, emoción, temperamento, personalidad afectan la salud”. Por eso el cerebro le manda señales al cuerpo sobre qué es lo que realmente necesita, y a esto se le llama somatizar, pero si tú lo pasas por alto y decides ignorarlo, tu cuerpo va a seguir somatizando hasta que lo escuches.

La ansiedad lo único que quiere es ayudarnos, aunque pareciera lo contrario. Pero no, sólo viene a decirnos que algo no está bien, que hay algo que nos está afectando para mal, el cuerpo nos habla y quizá cada vez más fuerte hasta que lo escuchemos, por eso tenemos que prestar atención a qué nos quiere decir y por qué. Aprende a escuchar a tu cuerpo porque quizá necesita un descanso, que te recuperes y te dediques tiempo para ti, para ver que realmente está pasando. 

daniela.mundo8576@alumnos.udg.mx