Año 13, número 162.

Este escritor es poco conocido, aunque sus aportaciones a la literatura gótica fueron importantes

Marcela Álvarez

De este extraño escritor no hay mucha información y menos en su relación con el género gótico. Se sabe, por ejemplo, que fue periodista, fotógrafo y que nació en Valencia el 16 de febrero de 1804.

En su juventud, ingresó al Seminario de las Escuelas Pías. Tras concluir sus estudios de latín en el seminario y luego cursar filosofía en la Universidad de Valencia, se entró en el noviciado con sólo trece años. A los diecinueve, por su parte, fue nombrado director de los alumnos internos y profesor de humanidades en el colegio de Santo Tomás de Aquino de las Escuelas Pías de Zaragoza. Ejerció también como relator de la Audiencia Territorial, organismo relacionado con la jurisdicción penal, civil y administrativa. A sus 23 años se estableció en Valencia y entabló una amistad con el padre Juan Arolas, poeta segundón del Romanticismo español.

Su vida literaria estuvo marcada por su labor como editor, periodista, traductor y novelista. El 19 de noviembre de 1834 fundó, en colaboración con el poeta Juan Arolas, el periódico Diario Mercantil de Valencia. Fungió como director de esta publicación hasta 1844. Asimismo, en 1840, en conjunto también con Arolas, publicó La Psiquis, revista pionera entre las actuales revistas de moda. Esta publicación trataba de cómo las mujeres valencianas debían vestirse, qué debían llevar para estar a la moda o qué aceites, perfumes u otros aditivos (por así decirlo), podían usar para estar más bellas y parecer más jóvenes.

Como periodista, por otro lado, fue muy activo. Escribió para algunas revistas españolas y, en especial, valencianas, como El Castellano, El Cid, El Mole, El Sueco, El Tabalet, El Edetano, Las Bellas Artes, El Miguelete, El Museo Literario y El Museo Universal de Madrid.

Su labor de traductor se redujo a tres obras. Como sabía francés, inglés, italiano y portugués, logró traducir tres tomos de Los viajes de Alí-Bey-el Abbassí (1836), la Vida de la Virgen del abate Orsini (1841) y comenzó la traducción de la Biblia de Royaumont, proyecto que frustró su muerte intempestiva.

Pero su labor como escritor, la que aquí más nos interesa, se caracterizó por la escritura de novelas góticas. Escribió La torre gótica o El espectro de Limberg (1831), El hombre invisible o Las ruinas de Munsterhall (1833) y La urna sangrienta o El panteón de Scianella (1834), considerada la obra maestra del género en España; de esta última, hay una edición moderna fraguada por Miriam López Santos (2010), en la editorial Siruela.            

Su vida eclesiástica concluyó, más o menos a la mitad de su vida, porque lo aquejaba una rara enfermedad caracterizada por espasmos musculares. A sus 64 años falleció debido a una apoplejía.

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