Año 15, Número 198.

La lengua materna es la primera lengua que aprende una persona, aquella con la que entiende el mundo, con la que se explica a sí mismo y a los demás

Imagen: cambridgeblog.org

Ariana García

El 21 de febrero es el Día Internacional de la Lengua Materna, día que fue aprobado en la Conferencia General de la UNESCO en 1999. Desde el año 2000, la conmemoración de este día se ha hecho presente alrededor del mundo, y da una particular importancia a las lenguas originarias, a las lenguas indígenas.

Pero vamos desglosando términos y circunstancias para comprender por qué es importante reconocer, en primer lugar, a las lenguas maternas y, en consecuencia, a las lenguas originarias. Comencemos por decir que cuando hablamos de una lengua nos referimos al sistema de signos lingüísticos que usamos para comunicarnos, mientras que el idioma se refiere al uso que las personas de un pueblo le dan a ese sistema, imprimiendo su estilo propio que lo caracteriza. Sin embargo, en la gran mayoría de la bibliografía encontraremos a los dos términos usados indistintamente, por lo que es común ver que lengua e idioma, siempre que no se estén tratando en un estudio lingüístico especializado, se usan como sinónimos.

La lengua materna es la primera lengua que aprende una persona, aquella con la que entiende el mundo, con la que se explica a sí mismo y a los demás. Históricamente se le ha llamado así haciendo alusión a la madre, pues culturalmente se le ha puesto a ella en el centro del seno familiar como criadora casi única de los recién llegados a la familia. Con los cambios de roles que socialmente surgen cada vez más, bien podríamos llamar a la lengua, tomando esta lógica, paterna o, ¿abuelerna? ¿Y cómo le llamaríamos si fueran los tíos, los primos u otros parientes o amigos quienes crían al niño y de quienes aprende su primera lengua? La propuesta de términos está ahí, aunque el idioma, como las personas y las culturas, está en constante cambio y necesita ajustes de vez en vez.

Hay otras formas de nombrar a esta lengua materna que nos sacan del lío, una es simplemente primera lengua, lengua nativa o natal, y la mayoría de lingüistas que prefieren ahorrarse las letras cada vez que mencionan el término en sus estudios la llaman o la escriben como L1.

No hay que confundir la lengua materna con una lengua madre. Esta última corresponde a la base de donde salieron algunas otras lenguas existentes en el mundo, y que en su momento fueron dialectos de esa lengua. Un dialecto es una variedad de una lengua, normalmente se puede diferenciar por territorios; esta variedad va cambiando tanto que llega un momento que se separa de la lengua madre y conforma otro idioma, para esto pasan cientos de años. Estas derivaciones han sucedido a lo largo de la historia. Si tomamos el concepto tal cual, podemos decir, por ejemplo, que el español es un dialecto del latín, su lengua madre, de donde deriva.

Una vez salidos del embrollo terminológico, o no, es preciso hablar de la importancia de una lengua, de un idioma, para un individuo o para una sociedad. Ya decíamos anteriormente que es la lengua el instrumento con el cual nos comunicamos, pero no sólo eso, es también el instrumento con el que entendemos y significamos el mundo. Sin una lengua —sea de cualquier familia—, para los humanos, repositorios de la capacidad del lenguaje, el mundo estaría vacío, no tendría significado ni sentido, sería un mundo muerto.    

Y es precisamente por el término muerte aplicado a las lenguas, que surgió esta iniciativa de conmemorar el día de la lengua materna, para dar a conocer la importancia del respeto a la diversidad lingüística, pues vivimos en un mundo que, siendo multilingüístico, es multicultural también. Nuestro país es uno de los países con mayor diversidad lingüística y cultural, se hablan 69 lenguas distintas, entre ellas el español. Las otras 68 corresponden a los pueblos indígenas. Esperemos que la Lengua de Señas Mexicana entre en este conteo, porque, sí, también es un idioma y una lengua materna.

De acuerdo con la Secretaría de Cultura, el 60% de las lenguas indígenas en México está en riesgo de desaparecer. ¿Por qué? Aquí comenzó con la colonización. Un grupo de hispanohablantes, con el pretexto institucional de evangelizar a los pobladores de las Américas, trajo consigo una cultura distinta, una lengua distinta. Pero eso no habría sido problema para la permanencia de las culturas y de las lenguas que en este territorio había si no hubieran prohibido a sus pobladores mantenerlas. Poco a poco, a fuerza de armas, muchas lenguas y las culturas originarias fueron disminuyendo hasta desvanecerse, y otras se perdieron completamente.

Pero eso que comenzó en 1519 no se ha terminado. Es bien sabido que, en el país, como en otros lugares del mundo, otros fenómenos como la marginación social y la globalización ponen en desventaja a las poblaciones vulnerables, y ahora las armas para el desplazamiento y el olvido de las lenguas y las culturas son otras. Las comunidades indígenas han sido siempre las que más desventajas han tenido, sobre todo en el plano económico. El que los padres hablantes de una lengua indígena decidan que sus hijos dejen de hablar su lengua para que “tengan más oportunidades de avanzar”, es sólo uno de los indicadores que llevan a la extinción de las lenguas. Menos hablantes, menos uso del idioma, de la cultura, con todas las costumbres, formas de vida, concepciones del mundo, explicaciones de la existencia.

No es un problema sencillo, las oportunidades tienen que ser para todos. En un país como México, con la enorme diversidad lingüística que aún existe, y que esperemos que siga existiendo, el reto es mayor. Es importante saber que, de acuerdo con el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI), “las personas que hablan una lengua indígena tienen derecho a usarla para realizar todas sus actividades sociales, económicas, políticas, culturales y religiosas en forma oral y escrita, sin restricciones en el ámbito público o privado”. Los esfuerzos que se han hecho desde las instituciones gubernamentales han sido buenos, pero hace falta mucho más.

La importancia de tomar en cuenta esta situación en nuestro ámbito regional cobra mayor relevancia cuando nos damos cuenta que la diversidad lingüística y cultural es grande. En el Sur de Jalisco, en donde está asentado el Centro Universitario del Sur, está la presencia del náhuatl, por ejemplo, sobre todo en la región de Tuxpan. Realizar acciones, aunque sea pequeñas, para visibilizar las lenguas originarias y hacer que las lenguas maternas sean diversas, devolverá a estas comunidades su identidad, a la que nunca debieron renunciar.

En el CUSur se llevan a cabo actividades por el Día Internacional de la Lengua Materna cada año, con el objetivo de promover el multilingüismo y la multiculturalidad en que vivimos, y que enriquece el conocimiento y a las sociedades. Este 22 de febrero se realizarán las actividades correspondientes a este año; se puede consultar la información en: http://www.cusur.udg.mx/es/sites/default/files/cartel_programa_dia_int_lengua_materna_2022.pdf

ariana@cusur.udg.mx