Año 16, Número 225.

Los temas más evidentes en Mística ciudad de Dios son el gran papel que María tuvo en la vida de Cristo y en la salvación humana

José Manuel Riestra Martínez

Mística ciudad de Dios es una obra literaria escrita por María de Jesús de Ágreda que fue publicada en 1670. La obra no es otra cosa que la historia de la Virgen inspirada en las visiones que según la misma autora recibía.

El momento histórico en el que vivió Sor María era muy delicado para las mujeres doctas, haber escrito una obra que desafiaba las ideas del momento y haber sobresalido del estereotipo conllevaba consecuencias que supo esquivar, valiéndose de la corriente barroca que se estaba viviendo.

La sociedad sacralizada del siglo XVII se guiaba mayormente por la parte religiosa, cosa que sor María supo utilizar para lograr sus objetivos y que se refleja en Mística ciudad de Dios, ya que ella misma admite que todos sus escritos son producto de la inspiración divina. La ciencia infusa, el milagro y las experiencias místicas fueron el aval que la  monja de agreda utilizó para defenderse de la misoginia social.

Los temas más evidentes en Mística ciudad de Dios son el gran papel que María tuvo en la vida de Cristo y en la salvación humana, dotándola de un título de corredentora y no de una humilde sierva, y también el de la inmaculada concepción, tema  contradictorio en aquel tiempo, la naturaleza divina de la reina del Cielo y temas sobrenaturales de la naturaleza humana y terrena. Todos los temas mencionados seguramente debieron causar un gran revuelo social gracias a la popularidad que alcanzó dicha obra.

Problemas con la santa Inquisición

El conflicto entre la Inquisición con sor María vino después de que ella misma muriera y se diera a conocer su obra maestra; se le consideró heterodoxa, ya que contradecía la tradición de la Iglesia, afirmaba la inmaculada concepción, afirmación aún no aceptada por el clero. El que una persona afirmara recibir dones divinos, era ya motivo para que el Santo Oficio tomara cartas en el asunto, y justamente la monja de Ágreda no fue la excepción, ya que sus experiencias místicas llegaban hasta el Nuevo Mundo, pues fue protagonista de un fenómeno extraordinario: la bilocación, en donde sor María habló sin salir de su convento de Agreda con los aborígenes de Nuevo México y les enseñó la doctrina cristiana. De sucesos como el anterior fue juzgada la dama azul de las llanuras, como se le conoce entre las tierras que catequizó.

Sor María, el Rey Felipe IV y la Mística Ciudad de Dios

El vínculo que tenía sor María con el rey Felipe IV fue servir de medianera divina entre Dios y el monarca, para guiar políticamente a la corona. Lo anterior debió traer beneficios y popularidad al convento. El rey se convirtió en el protector del convento y fue él quien seguramente se encargó de popularizar Mística ciudad de Dios después de la muerte de la monja.

Popularidad de la obra

El contexto social en el que sor María vivía estaba regulado por la religión en todos los aspectos del día a día. El barroco se vivía en todo su esplendor, entonces era de esperarse que las visiones de la monja de Ágreda fueran bien aceptadas por las personas y no tardaran en popularizarse al escribirse. En 1726 figuraba ya en el diccionario de la Real Academia como una de las autoridades de la lengua y más tarde, Doña Emilia Pardo Bazán la consideraría como mujer dotada de infusos saberes sobrenaturales. Entonces sor María, gracias a sus escritos, en este caso del que se ha venido hablando, logra traspasar los siglos y va tomando valor, gracias a su origen divino y a su gran riqueza literaria.

Prohibición de la obra de sor María

Los escritos de sor María siempre fueron motivo de sospecha para la los inquisidores católicos, pero no fue hasta después de su muerte cuando se publicó su gran libro Mística ciudad de Dios, que fue catalogado de heterodoxo y escandaloso, por lo que se agregó al índice de libros prohibidos  y esto fue un gran obstáculo para su proceso de beatificación, quizá sor María sabía lo que sucedería si se publicaba, así que decidió guardarlo en secreto mientras vivía. La insistencia de la Corte Española ante el clero logró que Benedicto XIV levantara la sentencia del Santo Oficio, y con la llegada de Clemente XIV, se declaró silencio perpetuo para la causa de sor María. Mística ciudad de Dios como obra literaria es una síntesis de teología, filosofía, narración y una desbordante imaginación que se puede clasificar como poema teológico.

Influencia de La mística ciudad de Dios en la sociedad

El papel que desempeña La virgen en Mística ciudad de Dios, es la ciudad o el espacio en donde Dios se recrea, es el sagrario místico de la divinidad y también el puente que une a Dios con sus criaturas. María no es ya la humilde sierva que obedece humildemente, sino que es la segunda Eva, la restauradora del género humano, es la corredentora, junto con su hijo. El papel tan desmesurado de la Virgen Santísima seguramente influyó en el medio social para concebir a la mujer ya no como la culpable de la caída humana, sino como medio de salvación, dotándola de dignidad equiparable a los hombres. La obra fue escrita por una mujer inspirada en otra mujer y el clero masculino simplemente no lo aceptó. Un ejemplo de la grandeza de la mujer en el texto es el siguiente “Dejamos a la gran señora, a las diestra de su hijo santísimo reinando por los siglos de los siglos”.

jose.riestra6775@alumnos.udg.mx