Año 17, número 251.
La edad ha llegado, paso a paso, día a día,
Poner sus manos en la cara desnuda de nuestro amor
Y sus ojos menos alerta, lo miraron.
Y, en el hermoso jardín que arrugó julio
Flores, hojas vivas y arboledas
Han dejado caer algo de su fuerza ferviente
En el estanque pálido y caminos suaves.
A veces, la marca sol, amargo y celoso,
Una sombra dura alrededor de su luz.
Sin embargo, todavía aquí florece trémières
Que persisten en el dardo a su esplendor,
Y las hermosas estaciones influyen en nuestras vidas
Todas las raíces de nuestros dos corazones
Más que nunca se sumergen sin cumplirse,
Y tensa y se hundirá, en la felicidad.
Oh! estas horas de la tarde embarazada con las rosas
Que se entrelazan alrededor de la hora y el resto
La flor y la mejilla fuego contra su entumecida lado!
Y nada, nada es mejor que sentirse de esta manera,
Encor feliz y claro, después de cuántos años!
Pero si todo lo demás era el destino
Y que ambos, habríamos tenido que sufrir,
– Todavía! – Oh! Me gustaría vivir y morir,
Sin mí para quejarse de un amor obstinado.
Émile Verhaeren nació el 21 de mayo de 1855 en Sint-Amands, Bélgica, y murió el 27 de noviembre de 1916 en Ruan, Francia. Escribió en lengua francesa y fue uno de los fundadores del modernismo, además, su poesía tuvo una fuerte influencia en la Europa del siglo XX. Su obra pasó por diversas etapas: la crisis moral y religiosa, el periodo visionario, la reflexión sobre el campo y el crecimiento de las ciudades, el amor conyugal, la humanidad y finalmente la exaltación de la patria al comenzar la Primera Guerra Mundial.