Año 18, número 266.

Diseño: Ismael Pelayo

Creo que esa es una de las tareas concretas de la Iglesia en esta época y su meseta histórica: aprender a empatizar con el dolor de quienes han sido desplazados o con el dolor de aquellos a los que nosotros mismos hemos desplazado.

Afirmó el Pbro. José Luis García Bernal, secretario canciller del obispo de Zapotlán el Grande, al ser cuestionado sobre la atención pastoral hacia la población LGBT.

En un ambiente amigable y respetuoso, el sacerdote José Luis compartió parte de su opinión sobre las recientes declaraciones del Papa Francisco, quien señaló que «se está considerando bendecir parejas gays«. García explicó que esto no implica un sacramento de matrimonio, algo que el mismo Vaticano reiteró después de lo que dijo el pontífice. Asimismo, dejó en claro el concepto de bendecir y lo comparó con los gestos cotidianos que realizan muchas familias:

Las mamás, desde su cariño, en un abrazo manifiestan seguridad y protección; aseguran a sus hijos o hijas su respaldo y su presencia con palabras como ‘que te vaya bien’. Esa frase, ese deseo […] ya es una expresión de bendición. La bendición es un gesto, una forma de expresar que Dios camina con las personas en sus circunstancias concretas»,

comentó el padre García Bernal.

El padre García Bernal subrayó que esta acción no busca ser una estrategia para atraer creyentes, sino que es el propósito mismo de este dogma: «Es una expresión del objetivo del evangelio, llegar a todos, sin excepción». Esta cita referencia una carta dirigida a los obispos publicada por el Vaticano en 1986 sobre la atención pastoral para personas homosexuales. El párroco mencionó que en la diócesis de Ciudad Guzmán no existe una atención pastoral específica: «Tampoco hay una institución ni en ninguna otra iglesia que se encargue especialmente de llevar ese tipo de atención. Aún nos falta mucho porque no tenemos un organismo», agregó García Bernal.

El canciller relató que algunos sacerdotes ya han otorgado esta bendición a parejas gays en la diócesis de Zapotlán; este gesto se llevó a cabo de manera individual para evitar cualquier tipo de confusión con el sacramento del matrimonio. Según García Bernal, los sacerdotes visitaron personalmente a cada pareja en su hogar, reitera el párroco:

Entonces, lo que hizo el Papa no es una adición, no es una suma, no es algo que haya introducido como si fuera una cosa nueva. Es una reiteración, el sacerdote, como pastor de una comunidad, pone en evidencia que todo cristiano tiene acceso a la bendición de Dios

Asimismo, subrayó que la Iglesia busca ser un lugar seguro y confiable para las personas de la población LGBT. El canciller aclaró que, aunque existe una percepción crítica de que la Iglesia no acepta a esta población, sucede lo contrario: “Las puertas no están cerradas. Cualquier persona puede acercarse a preguntar, a pedir consejo o a recibir una confesión o algún sacramento”, añadió.

El padre José Luis insistió en que la Iglesia debe dejar su huella y posicionarse del lado de quienes menos tienen y no son escuchados. El padre señaló que, a pesar de vivir en una sociedad avanzada en comunicación, tecnología y ciencia, esta sigue siendo sorda. “En una sociedad tan llena de pantallas táctiles, vemos a una sociedad ciega”, comentó.

Finalmente, envió un mensaje a los zapotlenses:

Todavía tenemos mucho que trabajar cuando usamos la expresión
“inclusión”. Debemos ser incluyentes de tal manera que nadie se sienta abandonado, aislado o echado fuera de casa. Lo más complicado que nos puede pasar es que, siendo de la misma familia —familias zapotlenses, familias nacidas en Guzmán, con estas raíces tan diversas y culturales—, nos sintamos fuera de casa.

el Pbro. José Luis García Bernal, secretario canciller del obispo de Zapotlán el Grande.

Ismael Pelayo
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