Año 15, Número 188.

Fuenteovejuna, de Lope de Vegase encuentra en la Biblioteca Hugo Gutiérrez Vega del CUSur con la clasificación 862.3 VEG 2003

Melisa Munguía

Fuenteovejuna, publicada en Madrid en 1619, es una de las obras más conocidas de Lope de Vega. Lleva el estilo y características de la comedia nueva, instaurada por el mismo Lope y otros dramaturgos que cambiaron las normas rígidas del tiempo, acción y lugar que caracterizaban a la comedia antigua. Con el uso de versos y una mezcla de elementos propios de la tragedia y la comedia, Fuenteovejuna nos habla de dos hechos históricos que ocurrieron en 1474 y 1476: el linchamiento del Comendador mayor de la Orden de Calatrava y la disputa por el trono después de la muerte de Enrique IV. Como en el teatro de la época, uno de los principales temas que aborda es el honor. También encontramos el amor, el abuso de poder, el fulgor colectivo para derrocar a la autoridad y la defensa de la monarquía, que debía incluirse para darle gusto al público que pertenecía a estratos sociales mayores.

Históricamente, Fuenteovejuna da testimonio de un hecho verídico, cuya única separación con la obra de Lope reside en el año en que ocurrió. Expone la tiranía del Comendador y la organización del pueblo para su ejecución en tres actos. Desde el primer acto se notan las malas intenciones del Comendador, así como su trato abusivo hacia la gente de Fuenteovejuna y sus constantes afirmaciones de dominancia a través de actos reprochables. Pero esto no se mantiene igual, pues fuera de los salones de palacios que guardan las conversaciones de los nobles, Frondoso lo enfrenta para defender a Laurencia de su lujuria incómoda. Esto desata una larga serie de hechos y enredos —propios del teatro de su siglo— y la venganza del pueblo en contra del Comendador se hace presente: forman un poder colectivo que funge como el clímax de la obra. —¡Fuenteovejuna lo hizo! —dicen los villanos, porque no se trata de un solo abusado, sino un pueblo de abusados que se une para derrotar al tirano para otorgarle un nuevo comienzo a Fuenteovejuna.

El honor se muestra tanto en los nobles como en los villanos. En los nobles toma la forma de cortesías y tratos amables que facilitan las relaciones políticas, mientras que para la gente de la villa el honor está en la familia. Sabemos que, en el medioevo y tiempo después de la transición, el honor de la familia era, de alguna forma, proporcional al respeto que recibieran las mujeres que pertenecían a ella. Entonces, el honor de las mujeres se tenía que cuidar para no afectar el honor de sus padres, que, en consecuencia, las afectaría a ellas. Por ello considero interesante el personaje de Laurencia, quien no cuida de su honor para su padre o su futuro amante, sino para sí misma. Posee una personalidad y apariencia atractiva y mantiene un carácter honrado que no se deja doblegar por nada. Como prueba, prefiere conservar su honor que ser amante del Comendador, situación que pudo haberle traído beneficios políticos, económicos y sociales. Los personajes masculinos que pertenecen a la villa, por otro lado, buscan defender el honor de otros para, al mismo tiempo, defender el suyo.

Por otro lado, el honor de los nobles en Fuenteovejuna es casi vitalicio.  Los reyes se representan como gobernantes poderosos y sabios, sin importar las injusticias que cometan. Una vez terminada la tragedia, el mismo pueblo les rinde respeto a los nuevos reyes. Quizá se deba a que en los tiempos del absolutismo podría parecer descabellada una rebelión, o a que Lope de Vega no tenía otra opción al vivir dentro de ese sistema social y al tener que sujetar sus obras al mismo. A fin de cuentas, Fuenteovejuna tenía que representarse y no podía arriesgarse a incitar al pueblo a algo semejante a una rebelión. No hay forma de saber con certeza cómo fue su recepción en el momento, pero —al menos desde la perspectiva de este siglo— Fuenteovejuna es una reflexión acerca de la injusticia que ha existido siempre que se habla del poder, y de la misma esperanza que reside dentro del poder del pueblo. El poder es poder. Y sí, los fuenteovejunos tuvieron que soportar al Comendador y su confusa monarquía, pero bastó la comunicación y una meta en común para vencerlos.

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