Año 17, número 247.

He aquí el mar alzado en un abrir y cerrar de ojos de pastor.
He aquí el mar sin sueño como un gran miedo de tréboles en flor
y en postura de tierra sumisa al parecer.
Ya se van con sus lanas de evidencia su nube y su labor
a la sombra de un olmo nunca hay tiempo que perder.

Crédula exquisita la oscuridad sale a mi encuentro,
mi frente abriga la corteza del pan que llevo adentro
cortado a pico sobre un pájaro inseguro.

Y así me alejo bajo la acción del piano
que me cose a las plantas precursoras del mar.
Un ciervo de otoño baja a lamer la luna de tu mano,
y ahora a mi orilla el mundo se empieza a desnudar
para morirse de árboles al fondo de mis ojos.

Mis cabellos se llenan de peces de penumbra
y de esqueletos de navíos forzosos.

Sin ir más lejos
tú eres fría como el hacha que derriba el silencio
en la lucha entre el paisaje y su golpe de vista.

Mas cuando el cielo exporta sus célebres pianistas
y la lluvia el olor de mi persona
cómo tu hermoso corazón se traiciona.

Juan Larrea

Imagen: Pixabay

Juan Larrea nació en Bilbao, España, el 13 de marzo de 1895 y falleció en Córdoba, Argentina, el 9 de julio de 1980. Fue un poeta y ensayista español que desarrolló gran parte de su obra en el exilio, casi toda ella enmarcada en el ámbito de la poesía vanguardista. Max Aub lo definió como “el más puro exponente de los ismos en España”, pues su creación literaria se vinculó con el ultraísmo, el surrealismo y el creacionismo, producto de las experiencias obtenidas en sus viajes por Europa y Latinoamérica. La mayoría de la obra poética de Larrea fue escrita en francés, por su estancia en Francia. Si bien su obra fue profusa y profunda, fue ignorada en España, aun cuando Gerardo Diego se esforzó en traducirla y darla a conocer.

A pesar de que muchos especialistas se afanan en incluir su obra dentro del creciente grupo de autores de la generación del 27 y en la corriente surrealista, el mismo Larrea expresó que lo que mejor encajaba en su forma literaria era la etiqueta de ultraísta.