La obra Mujercitas de Louisa May Alcott, está basada en una versión idealizada de la propia vida familiar de la autora

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 Evelin Meza Diaz

“Las mujeres tienen mentes y almas, además de corazones, y tienen ambición y talento además de belleza. Y estoy harta de que la gente diga que el amor es lo único para lo que una mujer es digna”. Esta famosa frase de la película Mujercitas, basada en la obra de Louisa May Alcott, me parece tan importante por lo que significa para todas aquellas mujeres, a las que nos han dicho que sólo valemos para una cosa, para servir a un hombre. Hoy en día, está más que claro que nosotras podemos aspirar a algo más, porque tenemos sueños y somos capaces de cumplirlos.

En la actualidad podemos apreciar personajes femeninos más completos e independientes que los masculinos, sin embargo, los estereotipos de mujeres dependientes y débiles persisten y continúan existiendo en los medios de entretenimiento, aunque en menor cantidad.

Louisa May Alcott nació en Germantown, Estados Unidos el 29 de noviembre de 1832 y falleció el 6 de marzo de 1888. Fue educada por su padre y por varios conocidos educadores amigos de él, como Ralph Waldo Emerson y Henry David Thoreau.

Debido a las condiciones de pobreza de su familia, se vio obligada a trabajar en diferentes empleos desde muy joven, hasta que pudo empezar a vivir de lo que escribía. Su obra mostraba dos líneas de escritura muy distintas: la línea de creación para jóvenes mujeres que resaltaba los valores tradicionales y otra línea para adultos, que incluía una serie de novelas de tipo romántico que publicaba bajo el pseudónimo de A. N. Barnhard.

Alcott fue una entregada defensora de los derechos de la mujer y fue también abolicionista. Su obra más conocida, Mujercitas (1868), está basada en una versión idealizada de su propia vida familiar, y el personaje de Jo March es en cierto modo autobiográfico, aunque, a diferencia de su personaje, Louisa May Alcott nunca se casó ni tuvo hijos.

La autora de Mujercitas fue una de las primeras feministas de la historia que plasmó en su obra no sólo su derecho a no casarse, sino también a ganarse la vida por sí misma y a descubrir su propia identidad, y a través de su libro, animó a muchas a hacerlo. 

El libro trata sobre la familia March, en la que el padre se encuentra ausente, luchando en la guerra y dejando en casa a su esposa y cuatro hijas. Las hermanas March son Meg, la vanidosa y hermana mayor; le sigue Jo, rebelde y con una gran determinación; Beth, inocente y con tranquila dedicación y Amy la indiscreta e impulsiva.

En la obra destaca la nostalgia de las primeras navidades con la ausencia del padre, que se marcha a la guerra y cada capítulo relata un acontecimiento importante para la madurez de las chicas y cómo van creciendo mientras hacen frente a los sucesos que la vida les plantea.

El feminismo en la obra se expresa sutilmente. Las protagonistas de la obra tienen ambiciones, sueños y planes, pero éstos se ven frustrados, y terminan accediendo al matrimonio y la familia; nos pone a reflexionar sobre temas como el rol de la mujer, el amor, la bondad, el trabajo duro y los valores, visto desde el contexto en el que está escrito. En esa época la literatura era un mundo de hombres y había poco espacio para la creatividad de las mujeres, por lo que, el feminismo de la autora se muestra más sutil en el trabajo que lleva su nombre y más pronunciado en su obra bajo seudónimo. 

 El rol de la mujer ha cambiado a lo largo de los años, y se ha liberado de algunos de los estereotipos que la asocian con la familia y la obediencia. Sin embargo, las labores de género no se establecen por sí solas, sino que están moldeadas por la sociedad machista en la que todos crecimos.

El pensamiento católico conservador asignó a la mujer el papel de madre y esposa. Se les redujo a espacios privados y domésticos. Se les encomendó las obligaciones reproductivas y las labores del hogar. Se asumía que las mujeres tenían incapacidad para el conocimiento racional, se creía que sólo eran capaces de tener sentimientos románticos y servir en el hogar.

“El dinero es cosa útil y preciosa, y también noble cuando se emplea bien, pero no quiero que lo consideren como el primero o el único premio que ganar. Preferiría verlas convertidas en esposas de hombres pobres pero felices, amadas y satisfechas, a que sean reinas en su trono, carentes de respeto y de paz”. – Louisa May Alcott

En este fragmento de la obra podemos ver como la madre prefiere un futuro para sus hijas carentes de lujos, pero rico en respeto y cariño. Aunque las protagonistas carecen de dinero, saben valorar las cosas simples, pues el entorno en el que crecieron fue fundamental para que apreciaran las pequeñas cosas que la vida les da.

Algo que me gusta mucho de esta historia es cómo a pesar de que el papel de la mujer en el siglo XIX era limitarse a las labores domésticas y a ser buenas esposas, las protagonistas son independientes y contribuyen económicamente al hogar, así mismo tienen deseos más allá del matrimonio. Esto demuestra que las mujeres tenemos sueños y ambiciones, que somos seres independientes e inteligentes, pues nuestras ideas y opiniones pueden contribuir a la sociedad.

Meg, la hermana mayor, nos enseñó que la felicidad no está en el dinero sino en las pequeñas cosas de la vida, pues al principio de la obra aspiraba a casarse con un hombre rico para salir de la pobreza y ser feliz, pero al enfermar su hermana menor, aprende a apreciar las cosas buenas de la vida. Las cuatro hermanas se abren camino en un mundo que, en ese entonces, era liderado por hombres, pues ellos eran el principal motor económico de la casa, esto demuestra la búsqueda de igualdad de oportunidades, el esfuerzo y trabajo duro por un mejor futuro.

El feminismo es el movimiento que aboga por los derechos, la dignidad y la igualdad económica, social, política y religiosa de todas las mujeres. Se centra en la lucha de las mujeres contra la dominación, explotación, opresión y deshumanización. Los roles de las mujeres han evolucionado con el tiempo y han encontrado nuevos cargos en la sociedad.

Ser feminista no significa que creamos que las mujeres merecen derechos especiales, significa que sabemos que merecemos lo mismo. Abogar por la igualdad no significa menospreciar o castigar a los hombres. El feminismo no se trata de supremacía o discriminación contra el sexo opuesto, se trata de luchar contra la desigualdad que sufren las mujeres por ser mujeres, busca libertad y justicia, pero sobre todo, que las generaciones nuevas crezcan libres de estereotipos y decidan libremente sobre su futuro.

evelin.meza0096@alumnos.udg.mx