Año 16, Número 220.
Compartir historias es una actividad vigente desde principios de nuestra existencia; nuestras vivencias forman parte de lo que somos, y compartirlas mediante el cine hace que quienes nos escuchan y ven empaticen con nosotros y se reflejen a través de los sucesos en pantalla.
Jaqueline García
Se dice que la historia del séptimo arte se remonta al año 1895, y su inicio se le adjudica a los hermanos Lumière (Auguste Marie Louis Nicolas Lumière y Louis Jean Lumière), quienes proyectaron por primera vez material audiovisual desde su cinematógrafo. Sin embargo, el cine no puede reducirse a un par de personas, pues es un arte que surge de una suma de trabajo e influencias de distintos campos de estudio que fueron evolucionando.
Compartir historias es una actividad vigente desde principios de nuestra existencia; nuestras vivencias forman parte de lo que somos, y compartirlas mediante el cine hace que quienes nos escuchan y ven empaticen con nosotros y se reflejen a través de los sucesos en pantalla. En el Sur de Jalisco, el cine ha tomado presencia poco a poco gracias a personas que han visto en esta zona un futuro prometedor, no sólo para producciones audiovisuales, sino para la difusión y la formación en el medio, entre ellos se encuentran algunos estudiantes y egresados de la licenciatura en Periodismo del Centro Universitario del Sur (CUSur), y productores independientes, que si bien no cursaron sus estudios en esta zona, de la que son originarios, han regresado a ella para compartir lo aprendido y generar oportunidades para quienes se interesan por el cine.
Eduardo Jiménez, Natalia Valencia y Masao Yanome son algunos de los nuevos talentos que buscan hacer eco en el Sur de Jalisco mediante la producción cinematográfica.
Eduardo Jiménez es originario de Zapotiltic, es licenciado en Realización Cinematográfica, estudiante de Gestión Cultural en la Universidad de Guadalajara (UdeG), se dedica a la escritura y producción y es representante de Metakínesis Audiovisual, colectivo que lleva a cabo proyectos audiovisuales. Natalia Valencia es originaria de Guanajuato, estudió la licenciatura en Realización Cinematográfica en Guadalajara, es parte de la administración, gestión de proyectos y diseño de producción en el colectivo Metakínesis. Masao Yanome nació en Guanajuato, pero ha pasado la mayor parte de su vida en Zapotlán el Grande, es licenciado en Periodismo, productor independiente y gestor cultural. Para los tres, el cine ha sido un elemento indispensable en sus vidas.
Eduardo asegura que el cine lo atrapó desde los primeros años de su vida, pues desde pequeño le aseguraba a su madre que algún día ella asistiría al cine a ver un largometraje de su autoría. Lo que detonó su decisión de estudiar esto fue su participación en una muestra de cortometraje organizada por la UdeG; la recepción de su cortometraje fue buena y además acreedora de un premio. Esto le hizo entender que si creía en los proyectos que hacía y trabajaba en ellos de manera seria, su arte podría llegar a influir en las personas e identificarse con su trabajo.
Para Natalia el cine fue una forma de expresión desde su infancia, la cual estuvo rodeada de familiares con los mismos intereses. Las películas realizadas en familia fueron un factor importante para su formación en esta área. “Desde pequeños hacíamos películas en la casa, nos inventábamos historias, las grabábamos, editábamos y lo quemábamos en DVD para regalarlos a la familia y los hacíamos verlos”. Lo que un día comenzó como un juego hoy es su ejercicio profesional.
Masao se interesó por los medios audiovisuales después de terminar la preparatoria, cuando decidía qué rumbo tomarían sus estudios. Su gusto por el cine lo llevó a estudiar un diplomado en el Centro Nacional de las Artes; fue ahí su primer acercamiento y cuando descubrió su gusto por este arte, que actualmente combina con la documentación periodística.
Metakínes Audiovisual, colectivo del que forman parte Natalia Valencia y Eduardo Jiménez, se formó en el 2020, con la intención de realizar prácticas en la producción de cortometrajes, pues en ese año la pandemia provocó que muchas de éstas se detuvieran. Actualmente el equipo está conformado también por Diana Muñoz, Walter Jaime, Sofía Cambero, Gerardo Ornelas y Emilio Gómez, todos egresados del Centro de Medios Audiovisuales CAAV. Durante estos tres años han realizado proyectos diversos, como videodanza, videoclip, cortometrajes musicales, de terror, comedia, muchos de ellos producidos en la región.
Por su parte, Masao Yanome se ha inclinado por la documentación de temas sociales de la región Sur de Jalisco, como desastres naturales, trabajo con organizaciones sobre temas de salud en la sierra del sur del país, trabajos particulares, documentación de paisajes, con la intención de formar archivos históricos y culturales de la región, además de la realización de videominutos, así como trabajos para organizaciones y empresas.
El Sur de Jalisco se destaca por su comunidad artística, por lo tanto, hacer cine en esta región hace posible que diversos talentos se reúnan en una producción audiovisual, en la que participen actores, músicos, escritores, entre otros artistas, y demuestra que las grandes producciones audiovisuales no siempre provienen de grandes ciudades.
Eduardo Jiménez decidió hacer cine en esta región porque es el lugar donde ha vivido su familia todo el tiempo y siempre la ha considerado como su hogar: “He encontrado en ella una mina de historias muy interesante que ofrecen todo un panorama y todo un paisaje por explorar que me emociona bastante”. Para él, hacer cine en la región es también una manera de invitar a todos aquellos que salieron a la ciudad a estudiar a regresar a sus orígenes y explorar las posibilidades de producir desde estos espacios.
De acuerdo con Natalia, la importancia de hacer cine en la región surge por encontrar historias, espacios y discursos que hay en otros lugares a los cuales mucha gente no tiene acceso, o de los que no nos enteraríamos si alguien no estuviera expresándolos a través del cine. “El Sur de jalisco es un lugar muy rico a nivel cultural, natural y en muchos ámbitos, pero lamentablemente es una región que no ha tenido mucho acercamiento al arte moderno, y justo otorgarle estas herramientas puede hacerlo trascender”.
El cine, como la vida misma, genera aprendizajes con el paso de los años. Al recapitular el trabajo realizado, Masao Yanome menciona que algunas de las enseñanzas que le ha brindado este arte es que no es necesario encasillarse en la formación académica, pues se puede tener la capacidad de hacer uso de otras herramientas. En su caso, el periodismo ha sido pieza fundamental y le ha dado habilidades para desarrollarse en la creación de otro tipo de cine. Así mismo, ha identificado la importancia de hacer proyectos multidisciplinarios: “De repente vas a encontrar un buen fotógrafo que tiene mejor idea que tú, o un escritor que tiene un desarrollo de un cuento muy chido. Entonces he aprendido que si se alcanzan a sumar todos esos talentos puede salir algo interesante en algún momento”.
Eduardo explica que el hecho de que en el cine converjan diferentes disciplinas artísticas, demanda a los creadores conocer no sólo éstas y su teoría, sino también a salir al mundo a conocer historias. El cine lo ha invitado a mirar ese mundo exterior, a conocerlo y a interactuar con las personas que están en él: “De cierta forma el cine y las historias en general son una metáfora de la vida y no puedes crear este tipo de metáforas si no has vivido”. De igual manera, asegura que desarrollarse en este medio lo ha llevado a aprender más sobre sí mismo a través de la catarsis que el cine provoca cuando lo creas.
“Me ha enseñado todo lo que sé de la vida”, explica Natalia, quien desde pequeña ha aprendido a través del cine: “todo lo que sé del amor, de la amistad, de la aventura, de viajar […] siempre ha sido para mí una escuela, a nivel académico y teórico, pero también a nivel emocional y personal y eso es muy maravilloso. A nivel profesional me ha enseñado sobre resiliencia, pasión y dedicación”.
El cine genera un impacto en diversos aspectos, socialmente es una influencia para quienes encontramos en éste un pasatiempo, una forma de vida o una pasión.“Puede cambiar vidas y puede movilizar personas. Para nosotros como generación joven contemporánea en México, el cine es parte de nuestro lenguaje, ya sea a través de memes, a través de pequeñas frases o chistes a los que hagamos referencia continuamente”. Explica Eduardo, y menciona que en el cine vivimos experiencias que no nos gustaría vivir en el mundo real, nos genera cercanía con otras partes y nos regala una ventana a un mundo diferente al nuestro que quizá no podamos visitar.
Para Masao el cine es un elemento con el que la gente puede convivir con mayor facilidad, y además tiene mayor facilidad de consumo: “Un cortometraje que es de cinco minutos animado, lo puede ver una niña de cinco años y lo puede ver una señora de 80 años”, considera que los productos audiovisuales pueden adaptarse a las audiencias, de manera que un mensaje o una historia esté construida para que diversos sectores, como infancias y adultos, puedan comprenderla.
Natalia considera que el cine es un reflejo de la realidad que impacta a nivel colectivo, pues “vernos reflejados es algo que para la sociedad es muy importante, y muchas veces no somos conscientes de ello, tener una voz y comunicarnos a partir del cine también es algo de lo que no somos conscientes y es una herramienta comunicativa muy importante”. Considera que este arte es como una clase de historia o de sociología: educativo, formativo y catalizador social que moviliza masas, lleva discursos que de otra forma no podrían llegar a otras personas y además, puede exponer realidades que de otra forma no conoceríamos.
Todo el trabajo rinde frutos y el de ellos se ha visto reflejado con diversos reconocimientos que los siguen motivando a hacer cine. Metakínesis Audiovisual ha obtenido distintos reconocimientos y premios, como el concurso de Transparencia en Corto a nivel estatal y nacional. Han estado en diferentes festivales de Jalisco, como Fóbica Fest. Se han visto beneficiados por otras convocatorias como Paridad en Corto, y recientemente han participado en el rally de cine más grande del mundo, 48 Hours Film Project México; su primer año participando fueron nominados a Mejor Diseño de Producción y ganaron el premio a Mejor Música Original, además su corto se proyectó en la Cineteca Nacional y ha tenido nominaciones a Mejor Sonido. Diana Muñoz, integrante de su equipo, obtuvo el premio Mujeres en el Cine y la Televisión. Han tenido participación en el programa de incubación de proyectos de Creativa Guadalajara en su edición 2022, cuyo proyecto fue considerado uno de los 50 mejores entre más de 700 en el país.
Masao Yanome, junto con Sócrates Ruelas, Hugo Espinoza y Alan Aréchiga, obtuvieron el Premio Estatal de Periodismo en la categoría de estudiantes con el cortometraje titulado Salsipuedes, un producto meramente periodístico. Además, ha realizado animación para participar en el concurso de videominutos del CUSur, donde adaptó, junto con Víctor Venegas, una leyenda huasteca, obtuvo el primer lugar del concurso y fue seleccionado para un festival de cine minutos de la Universidad Autónoma Metropolitana. “Con este proyecto nos dimos cuenta que podríamos trabajar cosas de animación con la intención de hacer cortometrajes y mediometrajes, y nos dimos cuenta que no estamos lejos de participar con gente que se formó en cinematografía”. Expresa que este trabajo ha sido un buen reto, pues se ha generado una dinámica grupal con artistas de la región, donde surgen propuestas para proyectos audiovisuales.
Masao, Natalia y Eduardo se han dado a la tarea de hacer que el cine sea un medio de interés para público diverso y que más personas se sumen, no sólo a hacer y participar en proyectos, sino también en asistir a proyecciones y talleres que fortalezcan las habilidades de quienes se interesan por este arte.
En abril del año pasado, mediante el programa titulado “Enciende”, el equipo de Metakínesis Audiovisual realizó talleres en Zapotiltic, Jalisco, cada uno enfocado en diferentes áreas del cine: producción audiovisual, sonido directo, diseño de producción, expresiones escénicas, creación de personajes, iniciación fotográfica, lenguaje audiovisual, entre otros; todo ello englobando a las áreas principales del cine, para que una persona con cero acercamiento a la práctica cinematográfica pudiera adentrarse a este mundo y empezar a hacer algo por su cuenta y con sus propios recursos. Así mismo, han realizado proyecciones de cortometrajes en la Casa del Arte del CUSur, en Zapotlán el Grande. “Con estos talleres y con las muestras, nos hemos ido acercando un poco más a nuestros objetivos de compartir y hacer cine fuera de las ciudades, lograr una descentralización y fomentar nuevas voces”, confirma Eduardo.
Por su parte, Masao, busca hacer difusión mediante Cinema Tloyolan, cuyo objetivo es generar exhibición audiovisual al aire libre, acompañada también de talleres que puedan abonar a la creación. En la primera etapa se generó un circuito de exhibiciones vinculadas con redes de productoras de documentales. Como resultado, el año pasado se realizaron aproximadamente 28 exhibiciones. El proyecto se adhirió a la Casa de la Cultura de Zapotlán el Grande, junto con el gobierno municipal. Cinema Tlayolan ha llegado a espacios diversos, como distintas colonias de la ciudad y lugares en donde suelen realizarse pocas actividades culturales, como el Cerro de la Sierra del Tigre. Además, buscan vincularse con el Laboratorio de Periodismo del CUSur, para difundir el material que se está produciendo en Periodismo.
Hacer cine en México significa enfrentarse a diversos obstáculos, uno de ellos es la falta de recursos económicos para producir, la carencia de apoyo e interés por parte de instituciones gubernamentales, que se ve reflejada en todos aquellos productores que llegan a solventar proyectos con recursos propios.
“Hacer cine es caro e incluso el cine más independiente […] Al final, en sumatoria, una pequeña producción se puede convertir en millones de pesos y conseguir esos millones es complicado”, explica Eduardo, y agrega que otro de los obstáculos es que el cine es un medio hermético, en donde las grandes oportunidades surgen para aquellos que cuentan con conexiones e influencias y no meramente por su talento. Así mismo, señala que la delincuencia organizada también causa que para los productores hacer cine resulte amenazante y peligroso.
Masao Yanome señala que para producir debe existir mucha voluntad, porque muchos proyectos se van a hacer con recursos propios, sobre todo cuando se va iniciando en este mundo, hasta lograr obtener recursos para gestión de un proyecto. Asegura que existen convocatorias, sin embargo éstas apoyan a creadores que cuentan con mayor experiencia en el medio: “Creo que uno de los caminos más importantes es la experimentación con recursos propios, creo que lo que lo que se tiene que hacer es apostarle a hacerse de su propio equipo, de su propio presupuesto”.
La cultura de la legalidad es un aspecto que también considera como obstáculo, lo que puede causar que muchos artistas sientan que se están vulnerando sus esfuerzos en la realización de sus obras, así como proyectar contenido que pueda ser muy sensible para personas por la situación geográfica en la que se encuentran.
“Hacer cine en México es caro y complejo porque vivimos en un país que está viviendo una situación compleja y peligrosa en cuestiones de seguridad social, vivimos en un país que, a pesar de que es muy rico cultural, histórica y naturalmente, no apoya a la cultura”, señala Natalia Valencia, quien además menciona que el gobierno ha recortado presupuesto y apoyo público, que eran las únicas posibilidades con las que se contaba para hacer cine sin tener que aportar recursos propios. Por otra parte, expresa que no existe la cultura de la realización cinematográfica, ya que los grandes cineastas que existen en el país no hicieron su carrera en México, tuvieron la oportunidad y el privilegio de salir del país.
A pesar de las adversidades a las que se enfrenta el cine en nuestro país, en el Sur de Jalisco sigue tomando espacios y generando interés en la comunidad. Algunos de los proyectos que se vienen por parte de esta comunidad artística son presentación de cortometrajes, talleres, creación de cineclubs, creación de colectivos para proyecciones cinematográficas al aire libre, trabajar con diversas comunidades, enfocarse en despertar interés en las infancias y mantenerse al pendiente de propuestas de todos aquellos que tengan interés en la cinematografía. No parece lejano que en un futuro el Sur de Jalisco se destaque por la calidad de su material cinematográfico.
livier.lopez@cusur.udg.mx