Año 15, número 191.

Entre los actos de violencia más comunes en el ambiente escolar se encuentran la ridiculización, las amenazas, señalar la apariencia física de forma negativa, discriminación, empujones, golpes, entre otras prácticas

Imagen: IStock

Jaqueline García

La violencia es una problemática que afecta a la sociedad en diversos ámbitos y el ambiente escolar no es la excepción. La violencia escolar atenta contra el bienestar, la salud mental y el desarrollo de los infantes, así como sus derechos. Ante esta problemática, desde el 2019 la UNESCO declaró cada primer jueves de noviembre como el Día mundial contra la violencia escolar, incluido el ciberacoso, una fecha dedicada a sensibilizar sobre este tipo de agresión y demostrar que esta problemática repercute de manera considerable en el desarrollo de las niñas y los niños.

De acuerdo a esta institución “Quienes cometen estos actos de violencia y acoso en el entorno escolar son principalmente los propios compañeros, pero en algunos casos, también docentes y otros miembros del personal escolar. En 67 países, los castigos corporales están autorizados en las escuelas”. (UNESCO, 2020)

Eduardo Rodolfo Ochoa Chávez, Lic. en Psicología, egresado del Centro Universitario del Sur y maestro en Psicoterapia Humanista, quien también imparte terapia, capacitación en violencia de género, temas laborales y de educación con relación a la psicología, define el concepto de violencia como una acción que genera daño a otras personas o a sí mismo de forma intencional, ya que no existe la violencia inconsciente, mientras que el acoso escolar se refiere al mismo término, pero con un enfoque específico, en este caso el ambiente educativo.

De acuerdo al maestro Ochoa Chávez, dentro de los términos de violencia hay distintos tipos, manifestaciones, formas y ámbitos y hacer la diferencia a estos es importante para poder entender este concepto. De acuerdo al psicólogo, el tipo de violencia que se ejerce en su mayoría, en los centros escolares, es la violencia física y psicológica, aunque considera que la psicológica es mucho más sutil y difícil de detectar o evidenciar, puesto que muchas prácticas violentas están normalizadas o son parte de la dinámica escolar, por lo tanto, en ocasiones resulta complicado identificarlas.

Entre los actos de violencia más comunes en el ambiente escolar se encuentran la ridiculización, las amenazas, señalar la apariencia física de forma negativa, discriminación, empujones y golpes. Comenta que es muy común que se señalen atributos físicos o la expresión de género de un niño o una niña con una manifestación u orientación sexual distinta al cisgénero.

En sus palabras, la violencia influye en el desarrollo y la convivencia de las niñas y los niños de la siguiente manera: “El tema de la violencia es una repercusión directa a nivel emocional, no sólo a nivel físico, el tema de la autoestima se ve afectada. Cuando un niño es víctima de violencia en este ámbito es donde hay mayor afectación”, lo que se manifiesta a través de la falta de motivación, el sentirse como un objeto de burla, o como alguien a quien señalan y violentan constantemente, sentimiento de inferioridad, trastornos e incluso el suicidio.

Sobre los factores que influyen para que un niño ejerza violencia contra otro, Ochoa Chávez señala que la violencia es algo aprendido, no es algo que venga de forma genética, pues comúnmente los niños que violentan tienen una red de apoyo pobre, un núcleo familiar que posiblemente se mueva en dinámicas de violencia y una de esas situaciones marca la pauta para que un niño tenga la necesidad de mostrar el poder por medio de la violencia, además asegura que para los niños que tienen baja autoestima la violencia es un medio por el cual buscan el reconocimiento, porque sienten el poder de hacerlo y comúnmente ejercen la violencia sobre los niños que encuentran más vulnerables.

En cuando al ciberacoso, lo describe con el mismo término de violencia, pero de manera virtual, por medio las redes sociales y/o plataformas digitales. Destaca que “ahora que todos los niños tienen acceso a plataformas digitales es mucho más sencillo, y a raíz de la pandemia hay un acceso más amplio”. Explica que el ciberacoso se enfoca principalmente en generar daño, ridiculizar, señalar, manifestar una necesidad de poder, incluso de manera sexual, cuando se busca tener algún beneficio sexual de los niños por medio de engaños y de hacerse pasar por alguien más.

Señala que el ciberacoso se combate evidenciando, señalando, denunciando cuando ocurren este tipo de prácticas, y que últimamente, debido a la incidencia alta de situaciones como estas, las plataformas digitales tienen medios por los cuales se pueden denunciar cuando un niño es víctima de violencia. Destaca la importancia de la comunicación entre padres e hijos, ya que, en su opinión, hay muchos niños que no tienen la facilidad de poder compartir con su familia lo que sucede, lo cual puede ser un factor de riesgo. El temor a hablar de un niño que está siendo violentado se puede combatir, la base de esto es la comunicación, puesto que el niño no es completamente responsable y en este caso corresponde a los padres poder abrir la puerta de comunicación; el hecho de que el padre y la madre tengan esa apertura le da al niño la posibilidad de compartir si está sufriendo algún tipo de violencia y buscar la forma de apoyarlo.

En cuanto a las instituciones a las que se puede acudir cuando un infante esta siendo violentado explica que existen organismos como la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y la Policía Cibernética, una instancia que bajo los medios digitales permite tener acceso a una solución a situaciones como esta, así como sitios web de la Secretaria de Gobernación que también dan las pautas para tener un manejo adecuado y son interactivas, pues permiten que los niños tengan acceso sin necesidad de compartirlo de manera general y que se les de un seguimiento puntual. Cuando es una situación más compleja sugiere acudir a instancias más específicas como la Procuraduría General de Justicia.

El psicólogo Ocho Chávez señala que las estrategias que se pueden utilizar para combatir la violencia y el acoso escolar comienzan con la sensibilización y externa que el hecho de que exista un día mundial para sensibilizar a las personas sobre esta situación es un gran avance, debido a que esto puede ayudar a las personas a dejar de naturalizar las dinámicas de violencia que se consideran comunes y suceden día a día: “Antes no había una manera de definirlo, por lo que era muy natural tener interacciones violentas que incluso los adultos propician”.

Un punto que le parece esencial abordar es que este tipo de violencia puede llevar en casos extremos al suicidio o a un trastorno emocional. “El término de bullying tiene poco tiempo, pero el nombrarlo hace que por lo menos se hable en la sociedad”. Recomienda además, acudir a las instancias en las escuelas que permiten tener acceso a una solución, pues la mayoría de las escuelas tienen un departamento psicológico que brinda apoyo en estas situaciones.

Agrega que la parte de la sensibilización es muy importante, pues al dedicarse a la terapia psicológica puede notar los alcances que ésta tiene y es mucha la incidencia de situaciones como esta, por lo que considera que atenderlo, no sólo desde el punto de vista psicológico, sino médico, social, familiar y escolar, es importante, puesto que también son corresponsables en este proceso y es ideal tener los medios adecuados para darle la atención que se necesita.

Finalmente, sugiere acudir a los siguientes recursos en línea en caso de que un niño o niña esté sufriendo violencia escolar y/o ciberacoso: https://www.pantallasamigas.net/, https://www.poderjudicialcdmx.gob.mx/acoso_escolar/ o llamar al 01 (55) 1103600 ext. 29218, 29139, 29267.

La violencia escolar y el ciberacoso no deben ser normalizados, ante cualquier situación de violencia contra los infantes solicita ayuda.

livier.lopez@cusur.udg.mx