Año 14, número 168.

Cada 25 de noviembre se conmemora este día en honor de las tres hermanas Mirabal, activistas políticas de República Dominicana que fueron brutalmente asesinadas en 1960 por orden del gobernante dominicano Rafael Trujillo

Imagen: ONU Mujeres

Ariana García

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la violencia contra la mujer es “todo acto de violencia que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada.” En los últimos años, este problema se ha intensificado, o al menos se han dado a conocer más los casos en las distintas marchas encabezadas principalmente por mujeres que han sufrido violencia.

Naciones Unidas México reportaba en 2018 que al menos 6 de cada 10 mujeres mexicanas han enfrentado un incidente de violencia, que el 41.3% había sido víctima de violencia sexual y que 9 mujeres eran asesinadas al día. De esa fecha a la actualidad, diversos medios, organismos e instituciones reportan las cifras de muertes de mujeres por feminicidio en el país: mil 199 mexicanas asesinadas de enero a mayo de 2019 (infoabe, mayo de 2019), 10 mujeres asesinadas al día (Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública [SESNSP], enero de 2020), 10.5 mujeres mueren al día en México (Oficina del Alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, marzo de 2020). Y la cifra va en aumento…

El confinamiento por COVID-19 ha dado como resultado un aumento en los casos de violencia hacia las mujeres. De acuerdo con cifras de la ONU, la violencia contra la mujer en México aumentó un 60% durante el confinamiento. El SESNSP contabiliza 23 mil 460 presuntas víctimas mujeres de lesiones dolosas, indica que se han atendido 108,778 llamadas de emergencia al número 911 relacionadas con incidentes de violencia contra la mujer. Lo peor: durante el confinamiento se registraron 375 presuntas víctimas de feminicidio y 1,233 víctimas mujeres de homicidio doloso, dando un total de 1,608; es un 6% más que en el mismo periodo de 2019.

En Jalisco, hasta el 30 de septiembre de este 2020 han ocurrido al menos 39 feminicidios, de acuerdo con datos del gobierno estatal. El feminicidio es el culmen de la violencia extrema hacia la mujer, pero eso no quiere decir que las otras violencias no deben ser atendidas por el Estado. De acuerdo con ONU Mujeres, la violencia se manifiesta de forma física, sexual y psicológica, e incluye:

  • violencia por un compañero sentimental (violencia física, maltrato psicológico, violación conyugal, femicidio);
  • violencia sexual y acoso (violación, actos sexuales forzados, insinuaciones sexuales no deseadas, abuso sexual infantil, matrimonio forzado, acecho, acoso callejero, acoso cibernético);
  • trata de seres humanos (esclavitud, explotación sexual);
  • mutilación genital, y
  • matrimonio infantil.

Sin duda, la violencia contra la mujer es un problema complejo, en el que intervienen factores culturales, sociales, psicológicos, históricos y un largo etcétera, de ahí que no sea fácil de erradicar. Además, la falta de resultados por parte de las autoridades ante los casos que se denuncian ha hecho que muchas mujeres dejen de hacerlo, por las revictimizaciones a las que son sometidas, generando un círculo de impunidad. Otros factores que impiden la denuncia son la estigmatización, la vergüenza y la triste normalización de las conductas violentas hacia las mujeres. Es urgente la concientización del problema no sólo por los feminicidios, sino además porque representa una grave falta a los derechos humanos y una vida de dolor para las mujeres en esta situación, pues según ONU Mujeres, “los efectos psicológicos adversos de la violencia contra las mujeres y niñas, al igual que las consecuencias negativas para su salud sexual y reproductiva, afectan a las mujeres en toda etapa de sus vidas”.

ariana@cusur.udg.mx