Año 14, número 169.

Esta obra de Virginia Wolf se encuentra en la Biblioteca Hugo Gutiérrez Vega del CUSur con la clasificación 823.91 WOL 

Mireya Serrano Chávez                                             

“Todo quedaba en silencio otra vez;  
y entonces, noche tras noche,
y a veces a plena luz del mediodía,
cuando las rosas lucían,
y la luz reflejaba su sombra en la tapia con claridad,
parecía descender sobre este silencio,
esta indiferencia, esta integridad,
el golpe sordo de algo que se desprendía.”

Virginia Wolf

Rodeada de intelectualidad, en 1882 nace Adeline Virginia Stephen, en Londres, Inglaterra. Su padre, sir Leslie Stephen, era un historiador, ensayista y crítico distinguido; al morir éste, Virginia pasó a vivir con su hermana Vanessa ¾pintora e ilustradora de la portada de Al Faro¾ y sus dos hermanos universitarios. Ella creció en un ambiente frecuentado por literatos, artistas, pensadores, estudiantes y políticos; no obstante, fue un entorno complejo, pues los hombres (no necesariamente del grupo elitista) subestimaban las capacidades intelectuales de las mujeres y las tragedias familiares afectaron su salud mental. 

Como bien se sabe, Wolf se veía reflejada en los personajes de sus obras o introducía temas que eran importantes en su vida, como el suicidio, la depresión, el feminismo, etc. No es nada diferente en su quinta novela To the Lighthouse o en Al faro, que se basa en las vacaciones veraniegas que su familia tenía en una casa de Cornualles que tenía vistas al faro y a la playa. 

Al faro fue publicada el 5 de mayo de 1927 y en 1828 ganó el premio Femina-Vie Heureuse. Esta obra de lectura exigente, considerada importante para el modernismo, aborda temas como las relaciones humanas, la familia, el arte, la muerte y el proceso de creación, entre otros temas. Además, es la novela más autobiográfica de toda su carrera, pues personajes, lugares, temas y ambiente representan a su infancia y adultez. 

La historia transcurre en dos días que están separados entre sí por 10 años y está dividida en tres partes. La trama, aunque no es muy importante, gira alrededor de la familia Ramsay (la señora y señor Ramsay y sus ocho hijos) y varios invitados (estudiosos, artistas, etc) a la casa que se encuentra en la isla Saint Ives en Escocia. Los personajes que se llevan el protagonismo son la señorita Lily Briscoe y la señora Ramsay.

El primer día arranca con las súplicas de parte de uno de los hijos Ramsay a su madre, para un día de excursión al faro. La madre responde positivamente, pues le gusta ver feliz e ilusionado a su hijo y está decidida a cumplir los deseos del menor. Sin embargo, el padre es lo contrario, es realista y hasta parece encontrar gusto en la desilusión de su hijo, con la excusa de que esa es la manera en que deben crecer para afrontar las dificultades realistas que trae la vida. El resto de la historia se centra en presentar a los personajes, pero vistos desde diferentes perspectivas, desde los diferentes personajes. 

El segundo día, luego de diez años, los personajes principales logran cerrar ese ciclo que comienza en el primer día. El señor Ramsay, Cam y James viajan al faro mientras Lilu los ve desde el jardín, terminando su pintura. Para esto, la señora Ramsay no aparece, pues su muerte se anuncia en el tercer cuadro, donde se descubre que muere la noche del primer día.

En pocas palabras, Al faro no narra una historia, sino personajes que se construyen sutilmente a través de un flujo de conciencia o un monólogo interior. En estos aparecen desde pensamientos más banales y monótonos hasta reflexiones personales ocultas en la oscuridad de la mente, los secretos más íntimos.

En estos dos días existe tiempo suficiente para presentar a dos mujeres que además de ser referencias bibliográficas de la vida de la autora luchan ¾internamente o no¾ por su rol de mujer en la sociedad. Dos mujeres que sirven como contraste: mientras que una es vieja y cree que es tarde para comenzar con esta lucha, la otra representa la juventud y seguridad en esta pelea de géneros. 

Se conoce la complejidad de las inseguridades que se guarda en las familias e invitados y algunos sucesos desde diferentes cuadros. En estos dos días la escritora retrata una obra meramente modernista, donde la acción y la trama toman un rol secundario y el tiempo es el protagonista. Aunque sea una obra corta, conocemos a los personajes desde una profundidad psicológica, las descripciones son simbólicas y la prosa alcanza esa línea poética.

mireya.serrano6430@alumnos.udg.mx