Año 18, número 270
“El arte es, sobre todo, un estado del alma.” – Marc Chagall

Zapotlán se construye de raíces y migrantes; tiene la esencia del tejocote, la granada y el fresno, resguarda los matices de Orozco y los murmullos de Balbina González. Se entreteje entre lo propio y lo ajeno, cuando se escarba entre sus altos frutos, es fácil distinguir algunos rostros y olvidar descaradamente algunos otros. Resulta difícil describir a un pueblo tan abstracto, tan lleno de tanto y tan expuesto de todo. Por sus calles deambulan fragmentos de cuantiosas culturas, contiene una convergencia extraña y sutil que hace a sus artistas entidades únicas.
Un ejemplo magnífico de ello es la escritora y muralista Azucena Rodríguez, quien cuenta con un pincel acompañado de estructuras desiguales, colores intensos y texturas arbitrarias. Azu no le teme al óleo, a la tela, ni a los muros; hace de cualquier material su instrumento, como si esto fuese un asunto sencillo. Además, es capaz de encapsular sus recuerdos y llevarlos a lo físico, como lo hizo con el mural Sursum Corda, un homenaje a la labor docente de Vicente Preciado Zacarías y María del Refugio Rodríguez Ibarra. Actualmente se desempeña como coordinadora de La Casa Taller Literario Juan José Arreola sin abandonar la pintura y, como muestra de ello, hace algunos meses su obra titulada Día de primavera que fue seleccionada como finalista en la Bienal Nacional de Pintura Julio Castillo, demostrando que la zapotlense brilla fuera y dentro de este cautivador pueblo.
Zapotlán el Grande también es famoso por su devoción religiosa, esa que enardece durante las fiestas en honor al señor San José. Tanto las danzas de los sonajeros como las esculturas hechas de barro por los maestros alfareros, representan este fervor por la fe que se sostiene en muchos de los hogares que conforman el municipio. Ricardo Cortez es uno de esos artistas que comparten su obra con el afán de conservar tradiciones tan sacras como lo es trabajar el barro.
Ha integrado un toque de modernidad a cada una de sus piezas sin dejar de lado el carácter místico, un ejemplo de esto lo encontramos en su escultura Árbol de la Sagrada Familia, obra en la que incorpora tanto elementos religiosos como el escudo de armas de Zapotlán. El artista comparte sus conocimientos en talleres y exhibiciones, entre los que se encuentran su exposición en La Galería de Estación a Estación, Barro y figura, junto con la presentación que se llevó a cabo en las salas de La Casona y que llevó por nombre Yo, la peor, óleo y barro.
Otra artista que ha sobresalido durante los últimos dos años, y quien suele dividir su tiempo entre Zapotlán y su natal Sayula, es la escritora Darnok Sandoval, una joven que a través de sus cuentos transmite diversas emociones que emergen de las dificultades contemporáneas y que aborda temáticas complicadas que suelen ocurrir en edades tempranas. Ella toma el hilo de diversos acontecimientos que la mayoría de personas jóvenes ha vivido, plasmando así, un cúmulo de situaciones que suelen arrastrar innumerables sentimientos negativos, por ejemplo: la presión social, la soledad o la pérdida de un ser querido. En el 2023, Darnok fue premiada en el X Concurso Literario de CUSUR con su cuento Pines, y, durante el 2024, su antología Cicatrices fue seleccionada ganadora de entre 107 obras que recibió la Secretaría de Cultura Jalisco en la cuarta convocatoria del concurso La Maleta de Hemingway.
Si hablamos de arte en el sur de Jalisco, es imposible ignorar a los diversos puntos de reunión donde se concentra y se resguarda la cultura, uno de ellos es el Centro para las Artes José Rolón, donde se han recibido decenas de artistas que llegan en la búsqueda de un público tan complejo como el que se extiende en la moderna Tlayolan. Sin embargo, es importante saber que detrás de toda presentación frente a un escenario o durante la proyección de alguna galería, existe un sinfín de personas que hacen esto posible.
Un ejemplo de ello, son los gestores culturales, quienes forman parte de la historia artística de Zapotlán, por lo que es realmente significativo y fundamental mencionarlos. De entre los muchos nombres que deberían ser considerados, está el de Didiana Sedano, quien se unió como Enlace de vinculación de Cultura Cardinal en el 2021 y continuó su labor hasta diciembre de 2024 como coordinadora operativa del José Rolón.
Didiana recibió la Presea María Elena Larios Gonzáles por su destacada contribución al arte y la cultura. Entre otras de sus labores, ha mantenido un compromiso por preservar y divulgar la obra de la escritora Refugio Barragán de Toscano, involucrándose en un proyecto que hizo posible que dos mil ejemplares de Una boda en Tuxpan llegaran a las manos de nuevos lectores. Sedano es una de las muchas mujeres que están tratando de hacer que las voces femeninas ignoradas por el canon lleguen a lugares antes inimaginables y sean escuchadas por fin después de tantos años.
La convergencia de diversas disciplinas artísticas en Zapotlán el Grande no solo resalta el talento individual de sus artistas, sino que también subraya la importancia de un ecosistema cultural que nutre el desarrollo de la comunidad. En un contexto donde la historia y las tradiciones se entrelazan con las nuevas expresiones contemporáneas, el trabajo de estos creadores y gestores refleja el pulso dinámico de la región.
Es fundamental reconocer que el arte en Zapotlán no solo se circunscribe a una actividad estética, sino que se convierte en un motor de transformación social, donde la creatividad se erige como herramienta para el desarrollo comunitario. Zapotlán es el reflejo y la materia de paredes desalineadas, de esculturas desiguales, de poemas inconformes. Zapotlán es la gente que lo conforma y las historias que por medio de pequeños proyectos quieren ser comprendidas más allá de las divisiones geográficas que lo delimitan.
El arte se construye de diversas maneras y nace en todas partes, no obstante, es importante recordar que depende de todos nosotros preservarlo, ya que somos quienes decidimos cuáles serán las obras que se pierdan o se conserven con el pasar del tiempo. Edgar Degas sostenía que “El arte no es lo que ves, sino lo que hace que otros vean.”. Y por tanto en nosotros está de qué manera queremos ser representados.




Fotografías: Miguel Bracamontes
Alejandra Andrade Rosales
alejandra.andrade5454@alumnos.udg.mx
Lizeth Estefanía Cervantes Torres
lizeth.cervantes6925@alumnos.udg.mx