Año 17, Número 236.
La película narra la vida de un grupo de cinco jóvenes, de los cuales tres son adictos, en medio de la apenas creciente modernidad de Edimburgo, el fútbol y los bares
Daniela Hernández
Trainspotting es una película dirigida por Danny Boyle y protagonizada por Ewan McGregor, Jonny Lee Miller, Robert Carlyle, Ewen Bremmer y Kevin McKidd estrenada el 23 de febrero de 1996. Es una adaptación a la novela homónima escrita por Irvine Welsh, cargada de drama y humor negro, ambientada en Edimburgo, Escocia, durante la década de los 90. La película fue galardonada al Mejor Guión en los premios de cine británico Evening Standard, y premio a Mejor Película en el Festival Internacional de Cine de Seattle. Debido a su temática y su excelente banda sonora, se le consideró como “la película de culto de fin de siglo”.
Si hay una palabra que podría resumir toda la película sería la heroína. El largometraje comienza, al ritmo de Lust For Life del cantante Iggy Pop, con un monólogo del protagonista repasando aquellas cosas por las que una persona común debería preocuparse: el trabajo, elegir una carrera universitaria, la ropa cara, la salud, pero sobre todo, elegir la vida. Sin embargo, los personajes no tienen intención de dejarse llevar por lo “correcto”, sino poner esta droga como el centro de sus vidas por el inmenso placer que les causa. La heroína en esta historia es el motor y la única aspiración de la que hay que preocuparse. A pesar de que la película fue acusada de fomentar el uso de esta droga, Trainspotting está lejos de ello, pues retrata las consecuencias personales y emocionales que surgen conforme avanza el tiempo.
La película narra la vida de un grupo de cinco jóvenes, de los cuales sólo tres son adictos, en medio de la apenas creciente modernidad de Edimburgo, el fútbol y los bares. Entre ellos, el protagonista, Mark Renton, es el único que tiene la intención de abandonar su adicción, pero termina cediendo una y otra vez, porque la vida real es demasiado insoportable para él. No es hasta que una sobredosis, su propia depresión, el poco apoyo de sus supuestos amigos —Sick Boy y Begbie—, y una charla sobre el cambio, lo orillan a alejarse de su ciudad natal e irse a Londres con el fin de tomar un nuevo rumbo en su vida.
De todos los personajes que aparecen, Mark Renton es quien logra destacar debido a sus comportamientos que vacilan entre el bien y el mal. Aunque es el primero en dar las razones por las que la heroína es lo mejor del mundo, también es el primero en someterse a una profunda desintoxicación por sí solo. Sin embargo, a mitad de la película, Mark es el causante (indirecto) de que otro de sus amigos, Tommy, caiga en la heroína después de robar un vídeo cassette que provoca la ruptura de Tommy con su novia y, posteriormente, su muerte. Aún así, al final de la película, él logra superar sus demonios internos y abandona a sus amigos luego de darse cuenta que ellos sólo verán por sus propios intereses. Mark es un personaje matizado de virtudes y defectos, y la viva representación de que el hecho de que encajes con cierto grupo, no significa que sea el lugar para ti.
Trainspotting es una película para un público mayor de edad que reúne todos los elementos que no pueden dejar indiferente al espectador: la crudeza, el humor ácido, la música, el vacío, la culpa, el surrealismo. De principio a fin, tiene un ritmo rápido que impide el aburrimiento, y la presentación de todos los personajes es inmediata y entretenida. A diferencia del tratamiento del tema de la heroína o la drogadicción en otras películas, como Requiem For a Dream de Darren Aronofsky, Trainspotting toma la perspectiva de mostrar las desgracias de ese mundo, pero también ofrecer un mensaje esperanzador y demostrar que siempre habrá la posibilidad de redimirse y salir de aquel círculo destructivo.