Año 17, Número 238
Tienes talento, pero ¿hasta qué punto podrás soportar que todo tu esfuerzo sea llamado simple talento?
Evelyn Flores
Nunca he sido fan de leer lo que está en boca del momento, sin embargo, me dejo llevar por la corriente y no aprecio lo que estoy leyendo por seguir las opiniones de los demás. En aquella ocasión me encontraba una vez más en una de mis desmotivaciones a finales de semestre y para agregarle un peso más a mi miseria, o tal vez sacarme de ella, decidí comenzar a leer Blue period por recomendación de otras personas.
En mi vida había escuchado hablar de Tsubasa Yamaguchi. Siempre eran los mismos mangakas los que resonaban en todos lados. Sin embargo, al indagar un poco sobre este autor/a, descubrí que su obra Blue Period ha sido galardonada con el premio Manga Taishōa la mejor serie del 2020 y en 2021 su adaptación logró colocarse entre los estrenos de anime más destacados de la temporada.
Fuera de los premios y reconocimientos, Blue period logró impactar en mí por algo más. Al inicio de la historia conocemos al protagonista, Yatora Yaguchi, un estudiante con buenas notas que no encuentra motivación para nada en particular. Esto hasta que un día, descubre que, por medio de la pintura, puede encontrar una verdadera motivación, por lo que decide comenzar en el mundo del arte y aplicar a la Universidad Nacional de Bellas Artes de Tokio.
Desgraciadamente, al contrario de sus creencias, Yaguchi se encuentra con que, para sobrevivir en el mundo del arte, hace falta más que sólo motivación y talento. Descubre a través de una de sus compañeras de grado superior, que las personas que él reconoce como talentosas, no son más que personas que han dedicado años y esfuerzo para poder ser los grandes genios que él ve. Es entonces que Yaguchi decide dar todo de sí mismo para poder igualar su trabajo al de un genio, pero esto pareciera nunca ser suficiente.
“Nunca pensé que tuviera talento, pero creí que había mejorado. Al final soy sólo un humano”.
Tsubasa Yamaguchi logra mostrar a través de su narración, lo que es dedicarse al mundo de las Bellas Artes. No obstante, pese a no estudiar bellas artes, puedo sentirme en sincronía con Yaguchi, pues comúnmente en nuestra sociedad se suele reconocer el talento “natural” de una persona. Tienes talento, pero ¿hasta qué punto podrás soportar que todo tu esfuerzo sea llamado simple talento? Blue period plantea que no todo se debe al talento innato, sino que hay un verdadero esfuerzo y dedicación detrás de cada obra. Este argumento aplica fácilmente en cualquier ámbito. Seas escritor, artista, deportista. Tener talento, a final de cuentas, no basta para ser bueno en lo que amas, hace falta un esfuerzo y dedicación que no muchos están dispuestos a dar. Y aunque la comparación y autocrítica siempre estarán presentes por donde quiera que se mire, al fin y al cabo, está en uno mismo el decidir avanzar. No podemos estar estancados en nuestro periodo azul por siempre.
evelyn.flores3032@alumnos.udg.mx