Año 13, número 156.
En el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia se pretende desestigmatizar la diversidad sexual y de género. Las personas LGBT+ continúan la lucha por la reinvindicación
Iván Rayas
«Ignóralos», opina una voz entre la bataola de una pelea virtual; «no lo tomes personal», responde otra con imponencia, mientras defiende una postura cargada de odio. Al fondo miles de comentarios se debaten qué es digno y qué no, como si los derechos debieran de otorgarse a través de la moralidad de otros. Por la cena un padre murmura para sí: «Le pasa por exponerse de esa manera», mientras trata de concluir aquel debate.
Entre las concepciones de todo lo que podrían significar las siglas LGBT+, nos encontramos comúnmente con la estigmatización de aquellas cosas que nos resultan difusas o incomprensibles. Luchamos entre aquellos discursos constantes en los que cualquier palabra desprendida de dicha sigla nos refiere a impureza e insanidad, y entre los nuevos discursos que tratan de arropar una comunidad que poco a poco se visibiliza y comprende.
La comprensión global existente hacia la comunidad LGBT+ es consecuente a los disturbios de Stonewall,en el año 1969 en Nueva York, en una década llena de movimientos sociales como la revolución sexual, el movimiento feminista y la lucha por los derechos civiles de las minorías raciales. Los disturbios de Stonewallconsistieron en una serie de manifestaciones violentas ante una redada en un bar que admitía el acceso a personas LGBT+, personas racializadas y personas que salían de la heteronorma, otorgando un espacio de debate a favor de los derechos civiles de las personas homosexuales en varios países.
Una vez iniciado el debate, comienza una lucha para la desestigmatización de la diversidad sexual y de género, que tiene un peso político en la sociedad global a partir de la eliminación de la homosexualidad en la lista de enfermedades mentales por parte la Organización Mundial de la Salud el 17 de mayo de 1990. Es en 2005 cuando, después de un año de planeación, se conmemora por primera vez el Día Internacional contra la Homofobia,con el fin de apoyar al reconocimiento y descriminalización de la homosexualidad, que en años futuros se convertiría en el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia.
Incluso cuando la lucha ha tenido un avance en cuestión de derechos humanos y civiles, existe un miedo y rechazo social hacia las diversidades sexuales y de género. Las personas LGBT+ siguen siendo lo otro, y esto es consecuente a la cultura heteronormativa y binaria en la que hemos sido criados. Socialmente se nos predispone una masculinidad y feminidad hegemónica, donde la norma es ser heterosexual y cisgénero, a partir de ello se nos asignan roles según el género con el que se nos socializó al nacer.
Para las personas LGBT+, el crecer dentro de una sociedad cis-heteronormativa, puede significar tres cosas. La primera, sería ocultar su diversidad. La segunda, enfrentarse a una cultura que no le acepta del todo, y moldearse de tal manera que acepten ciertas partes de su orientación o identidad, mientras que adopta otras que son socialmente aceptadas. Y la tercera, sería vivir su diversidad por completo, enfrentándose constantemente a la violencia y la exclusión.
Lo anterior sólo nos indica que sigue existiendo una jerarquía dentro de la sociedad, donde las personas LGBT+ se tienen que adaptar o se tienen que eliminar. Constantemente se tiene que “salir y entrar del clóset”, según el contexto. La aceptación a la diversidad sexual y de género es a medias, bajo las reglas y roles de la heteronorma, que implican gesticulaciones, expresiones en el habla y maneras de vestir. Por supuesto, esto no sólo afecta a las personas dentro de la comunidad LGBT+, sino a todas aquellas que son flexibles con la construcción de su yo y salen de la norma.
El afirmar que la aceptación es parcial, posiblemente es consecuente a la romantización y heterosexualización de la lucha, donde discursivamente se busca dignificar al colectivo por medio del sacrificio o el amor, para así concretar la empatía de otros. Un caso específico es la consigna y hashtag #LoveIsLove, donde se muestran historias o fotos de parejas formadas por personas gays y lesbianas que entran en el marco de las formas de expresión de la heteronorma. El problema con #LoveIsLove es justamente que trata de dignificar a una persona a través del hecho de amar o ser amada, perdiendo el punto inicial, que es que la persona ya es digna por el hecho de ser un humano como los demás, independientemente de la diversidad sexual o de género. Es importante recordarnos que esta lucha y conmemoración se trata de reinvindicación. Debemos ser conscientes que crecimos en una sociedad que agrede a todo aquello que no comprende, entendamos que ser criados bajo esta normalización al odio no nos obliga a repetirlo. Busquemos la manera de cuestionarnos como sociedad e individuos todas esas normas absurdas y no soltemos la lucha hasta alcanzar una realidad donde podamos garantizarnos ser a nosotros mismos y a todos los que vienen detrás.