Año 15, Número 204.
Cuando existen pocos empleos para la gran cantidad de egresados disponibles, estos pueden llegar a experimentar un fenómeno llamado desajuste educativo (DE)
Nancy Pamela Castro Zazueta
Felipe Santoyo Telles
La expansión del sistema educativo y alta especialización ha generado dudas respecto a la posibilidad de que todas las personas con estudios universitarios desempeñen empleos para los cuales se formaron. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo de del Instituto Nacional de Estadística y Geografía y el Anuario Estadístico de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, en nuestro país la situación de desempleo que se vivió durante el último trimestre de 2021 fue de más de dos millones 150 mil personas en edad laboral y durante el término de ese año egresaron más de 855 mil estudiantes de educación superior. Esto nos invita a reflexionar respecto a sus posibilidades de acceder a un empleo que requiera de su nivel de formación.
Comúnmente cuando existen pocos empleos para la gran cantidad de egresados disponibles, estos pueden llegar a experimentar un fenómeno llamado desajuste educativo (DE). El DE consiste en desempeñar un empleo que requiere un nivel académico distinto al que se tiene, dando pauta a que estén sobreeducados por tener un nivel educativo mayor al requerido (ej. que una persona tenga un título de profesional y desempeñe un empleo que requiere de un título de técnico) o, por el contrario que estén subeducados por tener una menor escolaridad de la requerida (ej. que tengan un título de educación técnica y su empleo requiera de educación superior). En el presente artículo nos enfocaremos en el DE por sobreeducación, ya que en nuestro país ocurre con mayor frecuencia.
El estudio de la sobreeducación inició en la década de 1970, gracias al economista estadounidense Richard Freeman, quien se percató de que el incremento en el nivel educativo durante esa época dio pauta a que hubiera más personas calificadas, pero no contribuyó a que encontraran empleos con mejores condiciones o mejores salarios. Es decir, solo había más personas con mayor educación de la necesaria para los empleos ofertados.
Si bien esto sigue ocurriendo y obtener una remuneración que haga valer la pena el tiempo y el dinero invertido en educación puede ser una gran motivación para buscar un trabajo que esté “ajustado” o corresponda con el nivel de estudios, existen otros motivos por los cuales es importante desempeñar un empleo que se ajuste al nivel educativo. Estudios recientes indican que desempeñar un empleo ajustado contribuye a que los individuos pongan en práctica sus conocimientos, se sientan capaces de resolver problemas y mejoren su autoestima al mismo tiempo que logran tener una remuneración que les permite mejorar su calidad de vida y ser más felices a largo plazo, además de tener una mejor salud física.
En nuestro país más del 26% de los trabajadores de 16 a 64 años de edad tiene sobreeducación, un porcentaje superior al 16.5% encontrado en países europeos. Y de manera similar a estos países, en México los jóvenes de 16 a 30 años y los estudiantes egresados de educación superior son quienes tienen mayores probabilidades de presentar DE por sobreeducación.
Afortunadamente, en muchos casos la sobreeducación es una situación transitoria que disminuye en la medida en que los jóvenes o personas que recién inician su trayectoria laboral adquieran las habilidades y experiencia que requieren para desempeñar un empleo ajustado a su nivel educativo. Sin embargo, en etapas posteriores a este “periodo de entrenamiento”, la presencia de este fenómeno sugiere que la inversión realizada en educación no se equipara al beneficio económico adquirido y, en el caso de los egresados de educación superior, puede implicar que presenten condiciones laborales desfavorables como menor salario, informalidad laboral, menor satisfacción con el trabajo y menor productividad. Por tanto, se trata de una situación que no es deseable para los trabajadores ni para las organizaciones de trabajo.
En México la información disponible sobre los efectos de la sobreeducación en la vida de las personas aún es escasa. Existen algunas estrategias que podrían ayudar a que los egresados de educación superior incrementen la posibilidad de encontrar un empleo ajustado como: buscar incorporarse al mercado laboral antes de o justo al egresar de la carrera, realizar prácticas profesionales para adquirir experiencia profesional y desarrollar habilidades transversales o que puedan ser usadas en diversos campos laborales.
Con la intención de conocer cómo la sobreeducación afecta a los egresados de educación superior en México, en el CUSur, a través del Departamento de Promoción, Preservación y Desarrollo de la Salud y el Doctorado en Psicología con Orientación en Calidad de Vida y Salud, se está desarrollando investigación para evaluar el impacto de esta problemática en jóvenes egresados. Esta investigación brindará información que permita la formulación de propuestas o estrategias para disminuir la probabilidad de DE por sobreeducación en los estudiantes que egresan de la universidad y mitigar los efectos negativos que este tipo de desajuste pueda generar en futuras generaciones.
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