Año 14, número 174.
Es el abismo el que le atrae
desde su fondo más oscuro,
para que deje esta vida tan triste
que él ve cubierta de eterno luto.
No bien una sombra se disipa
otra se agranda… se agranda y le envuelve
sin que adivine por qué ha venido,
por qué le busca, ni qué le quiere,
pero le aterra y le acobarda
y a donde va le sigue siempre.
Si algún dolor abandona su
alma,
otro más vivo y más intenso,
en sus entrañas haciendo el nido,
para él inventa nuevos tormentos,
mucho más hondos y más terribles
siempre los últimos que los primeros.
Un mal espíritu, algún
demonio
de cuantos hay el más cruel
ha presidido su nacimiento
y oculto guía siempre su pie
hacia los bordes de la alta sima
a ver si puede verle caer.
Vacila su planta ya… y sus
ojos
vagos se fijan en lo infinito,
que él cree imagen de la nada;
pero le atrae… le atrae el vacío
en donde flotas, genio invisible,
siempre llamándole hacia el abismo.
Y cae al fin… y nadie sabe,
ni nadie pregunta por qué ha caído.
Rosalía de Castro
La poeta y novelista Rosalía de Castro es considerada una de los grandes poetas de la literatura española del siglo XIX y precursora de la poesía española moderna, junto con Gustavo Adolfo Bécquer. Sus Cantares gallegos representan la primera gran obra de la literatura gallega contemporánea, por lo que es considerada también una de las figuras emblemáticas del Rexurdimento gallego.
En su obra, Rosalía de Castro emplea el símbolo como método de expresión, con lo que dignifica a la comunidad gallega empleando esa lengua y sus tradiciones. En sus últimas obras se deja ver un tono trágico, que refleja las duras circunstancias que la rodeaban, a través del lirismo subjetivo.
Además de poesía, escribió también prosa, de las que destacan Lieders, El caballero de las botas azules, El primer loco y Costumbres gallegas. Entre su obra poética están Cantares gallegos, Follas novas y En las orillas del Sar.
Existen espacios públicos, monumentos, agrupaciones y bienes de consumo alrededor del mundo que portan el nombre de Rosalía de Castro. Es, junto con Isabel la Católica, el único personaje no alegórico retratado en el anverso de un billete español. Una estrella lleva su nombre.