Año 17, número 260.

En el ciclo escolar 2024 A, participé en el Programa de Estancias Académicas (PEA) de la Universidad de Guadalajara y salí seleccionado para llevar a cabo una estancia académica en la Universidad de Jaén (UJA), en España. Jaén se ubica al sur del territorio español en la región de Andalucía. Mi llegada a este lugar fue el 20 de enero, y a partir de ese momento, iniciaría una de las mejores etapas de mi vida.

En los primeros días de mi estadía en Jaén, me enfrenté al choque cultural. Primeramente, fue complicado acoplarme a mis compañeros de departamento: un español y una china, y al ser de diferentes nacionalidades, fue difícil romper el hielo y la convivencia por los diferentes estilos de vida. Asimismo, otro factor fue la comida, ya que al ser muy distinta que la de México, fue arduo poder identificar qué alimentos comprar para prepararme mis comidas; eché de menos las tortillas de maíz. 

Asimismo, tuve que afrontar el clima, ya que, al llegar en enero a España, la temperatura era baja, hacía mucho frío, algo que en México no es muy común. También, una circunstancia más, fue el cambio de horario. En ese momento eran siete horas más que en tierras aztecas, por lo que fue complejo ese cambio. Recuerdo que mis días iniciaban entre las 8:00 a. m. o 9 a. m. (en México sería la 1:00 a. m. o 2:00 a. m.), y toda la mañana me sentía muy cansado. No acostumbro a tomar café, pero en ese momento tuve que consumirlo. Esta experiencia se la compartí a una colombiana, quien me dijo que era algo muy normal por la diferencia horaria que estaba viviendo.

Días después, antes de iniciar con mis clases, recuerdo que había registrado dos materias para mis estudios en la Universidad de Jaén, por fortuna pude darme cuenta que esas asignaturas formaban parte de la Universidad de Cádiz a pesar de aparecer en los planes de estudio de la UJA. Realicé varios trámites con la coordinadora del máster, y casi en últimas instancias, alcancé a solucionar esa situación que no me resultaba tan favorable, ya que para trasladarme de Jaén a Cádiz son cerca de cinco horas en tren.

Fue entonces que, el lunes 5 de febrero a las 16:30 pm (hora local de España), tuve mi primera clase en la UJA en el Máster en Economía y Desarrollo Territorial. El primer día me sentía muy ansioso porque llegaría a un salón donde no conocía prácticamente a nadie, pero terminé por encontrarme con grandes personas en el aula. En dicho espacio, coincidí con personas de España, Colombia, Ecuador, Cuba y Marruecos; nunca me imaginé compartir las aulas con compañeros de diversos países. En un inicio fue difícil encajar en el grupo, esto porque ellos ya se conocían con anterioridad, pero, con el paso de los días, poco a poco inicié a convivir con mis compañeros, quienes siempre fueron cordiales conmigo.

Mi primera asignatura fue Competitividad y planificación estratégica. En ésta abordamos y realizamos planificaciones estratégicas territoriales, se profundizó en los problemas de competitividad y llevamos a cabo análisis sobre la competitividad territorial. Sin duda, adquirí diversos aprendizajes porque mis compañeros compartían información de sus respectivos países con relación a estos temas; un ejercicio muy enriquecedor para todos.

Mi segunda y última clase fue Diseño y análisis de proyectos económicamente sostenibles. En esta asignatura abordamos aspectos generales de la política económica; profundizamos en los objetivos, fines, instrumentos y medidas de la política económica. También nos centramos en la metodología de elaboración y en los procesos de evaluación de las políticas territoriales, así como los fundamentos de las políticas territoriales y los complementamos analizando estudios de caso. Materia complicada, por lo que una vez terminando mis clases, dediqué mucho tiempo para estudiar, pero, sin lugar a dudas, me dejó muchísimo aprendizaje que pondré en práctica en el ámbito profesional.

Este intercambio no sólo me permitió la oportunidad de estudiar en el extranjero, sino que, en los fines de semana y cuando finalicé mis actividades académicas, dediqué parte de mi tiempo a conocer ciudades europeas. En España visité Jaén, Madrid, Barcelona, Sevilla, Granada, Málaga y Córdoba; en Portugal, Lisboa, Sintra y Cabo Da Roca; en Francia, París y Toulouse; en el Reino Unido, Londres y Gibraltar; Roma, en Italia; el Vaticano; Praga en República Checa; Viena en Austria (visité el penacho de Moctezuma); y Budapest en Hungría. También tuve la oportunidad de conocer tierras africanas, específicamente en el país de Marruecos. Fue una experiencia inolvidable, ya que visité las ciudades de Fez y Chefchaouen; pero lo que más destaco, fue el haber visitado el desierto del Sahara, y lo recorrí en camellos y en camionetas 4×4.

Algunos de mis viajes los hice por mi cuenta, pero la mayoría los realicé con agencias, donde también se trasladaban más estudiantes de intercambio de la Universidad de Jaén. En esos viajes conocí y conviví con varios mexicanos: de Monterrey, Pachuca, Culiacán, Puebla, Torreón, Toluca, San Luis Potosí, Ciudad de México, Veracruz, Baja California, Jalisco y Michoacán. Es muy grato el interactuar con personas de tu mismo país en el extranjero porque te hacen sentir en casa. Del mismo modo, también conviví con estudiantes de otros países que también estaban de intercambio en la UJA: de España, Grecia, Italia, Francia, Alemania, Ucrania, Bosnia y Herzegovina, Colombia, Chile, Argentina, Ecuador, Perú, Argentina y Guatemala. Ha sido una grata experiencia interactuar con personas de diferentes culturas. 

Concluyo este texto mencionando que mi estadía en Europa terminó el domingo 7 de julio, después de 5 meses y 17 días. Preparé mis maletas y ahora no sólo se llenaron de ropa, sino de nuevas vivencias, amistades, lugares, aprendizajes y recuerdos, los cuales atesoraré toda mi vida. Sin duda, invito a más estudiantes a vivir este tipo de experiencias que serán muy enriquecedoras tanto en lo personal como en lo académico.

Finalizo agradeciendo a la Universidad de Guadalajara, al Centro Universitario del Sur, a la Universidad de Jaén, a la Maestría en Estudios Rurales y al Máster en Economía y Desarrollo Territorial, por haberme permitido vivir esta gran experiencia que recordaré por el resto de mi vida. 

Samuel Oliveros Sánchez
oliveros.samu2000@gmail.com