Año 13, número 148.
En México existen 2 millones 420 personas sin registro de nacimiento, dentro de esta población, no existe un censo que indique cuántas son de la tercera edad
Isabel Rosales Ramírez
Nomen nescio
La familia de Consuelo Vázquez celebró cada año el cumpleaños de la abuela Lupe en el mes de abril. Nadie había notado que Doña Lupe nació el 20 de enero de 1920, hasta el día que murió.
En el país hay mexicanos que, ante la ley, no lo son. La historia de Doña Lupe se repite en más de un adulto de la tercera edad: abuelos que dicen haber nacido en una fecha, pero realmente nacieron en otra; padres que ni siquiera tienen acta de nacimiento.
María Ester García García es mexicana de nacimiento. Nació en Huejuquilla el Alto, Jalisco. Vivió una parte de su infancia en Nayarit, me contó. Después, por problemas familiares, se trasladó a Tala, Jalisco junto a su familia. En 1985 llegó a Zapotlán el Grande, Jalisco. Ante la ley adoptó la nacionalidad hace unos pocos años, cuando buscó apoyo en el Registro Civil de Ciudad Guzmán para tramitar su acta de nacimiento. Ella cree tener 68 años, pero pueden ser menos. María Ester siempre había necesitado un acta de nacimiento. “Me la pedían para todo”, dijo.
En 2018, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) publicó el estudio “Derecho a la identidad. El registro de nacimiento en México”, con datos recabados durante 2015. Como resultado se obtuvo que en México, el 97.9% de los habitantes del país cuentan con un registro de nacimiento.
En ese mismo año, la cifra oficial del INEGI respecto a población total en México fue de 119 millones 530 habitantes. La cifra de 97.9% por ciento de personas registradas deja fuera a 2 millones 420 personas. Es decir, aproximadamente dos veces la población total de Guadalajara son personas sin registro en México. Sin embargo, la UNICEF centró sus datos en niños y niñas menores a 5 años. Por lo tanto, no se encontró una cifra para adultos mayores.
De acuerdo con María Elena Arias López, Oficial Mayor del Registro Civil de Ciudad Guzmán, en el municipio no existe una cifra de adultos mayores sin acta de nacimiento por dos razones: porque hay un porcentaje muy grande de población flotante y porque no ha habido un censo que lo avale.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la fuente más fiable en estadística a nivel nacional, a través de una consulta electrónica realizada el 11 de noviembre de 2019, negó tener alguna cifra.
El problema existe. En palabras de María Elena: “Si no tienes acta de nacimiento no tienes identidad, no eres mexicano. Para la institución no existes”.
La fe de bautizo
Para la mayoría de las personas que nacieron en los años 1920, 1930, 1940… la fe de bautizo era mucho más importante que el registro civil. Y probablemente esta sea una de las causas principales por la que los adultos mayores nacidos en estas fechas no cuentan con un acta de nacimiento o tienen algún problema con ella.
La Guerra Cristera en México sucedió entre 1926 y 1929. Fue una de las guerras civiles más sangrientas de la historia. La causa: la Ley de Calles obligó a la iglesia católica a desprenderse completamente de la vida política de México.
Registro extemporáneo
Dentro del marco legal, un infante debe ser registrado antes de los 180 días de nacido. De no ser así, el registro es llamado extemporáneo.
El registro puede darse en personas de hasta 95 años. Hay diferentes etapas: de seis meses a dos años necesitan los requisitos de un registro de nacimiento común y una constancia de inexistencia de registro del lugar donde nació. De dos años en adelante se les envía al DIF para generar una testimonial. Se requieren dos testigos que corroboren todos los datos que la institución necesita.
Los casos que llegan al registro civil son diferentes. “Hay que platicar con las personas a ver en qué les podemos ayudar. Hay casos en los que se requiere hasta un acta de matrimonio de los padres para poder corroborar la información. Y con eso, hay que ver qué tienen que llevarnos para nosotros ayudarles”, comentó María Elena Arias.
De los 17 años en adelante, la fe de bautizo se acepta como un documento oficial que avala los datos de la persona que quiere ser registrada.
María Ester desconocía su fecha de nacimiento cuando solicitó su registro extemporáneo. Tampoco tenía un acta de bautizo que le respaldara. Y, aunque la tuviera, dice ella, tendría que haber ido hasta Huejuquilla para recogerla. En el registro civil le aseguraron que se resolvería su caso abriendo una investigación. “Preguntaron en Huejuquilla, en Tala y en Nayarit, pero no la encontraron (el acta de nacimiento)”.
Lo siguiente que hizo María Ester fue dirigirse al DIF para levantar una testimonial. “Me dijeron que llevara dos testigos”. Y como no sabía su fecha de nacimiento, la inventó.
Leyes e instituciones
“Las instituciones y las leyes ahí están, el problema es ir a decírselos”. Elías Epitafio Núñez es juez civil y familiar, dijo que se ha encontrado con muchos casos de esta naturaleza, sobre todo en los que los adultos mayores cuentan con dos actas de nacimiento y tienen que anular una.
Elías Núñez, asegura que las consecuencias legales de no tener un acta de nacimiento son muchas, y las morales muchas más. “La Constitución los protege por el simple hecho de haber nacido aquí (en México), pero, ¿cómo puedes comprobar que realmente eres nacido aquí?”, dijo.
Las instituciones responsables de este tipo de casos son la procuraduría social del gobierno del estado, el DIF municipal y el titular del registro civil. Pero ninguna se responsabiliza de ir y encontrar a las personas en esta condición legal.
Como juez civil, Elías Núñez contó que en una ocasión participó en una brigada de registros extemporáneos. Recuerda que en esa ocasión se unieron instituciones federales, estatales y municipales. Anunciaron la brigada y, de esa forma, las personas de las rancherías que visitaron (no especificó cuáles) se acercaron a las instituciones. “Se trató la problemática de cada persona y resultó que se derivaba a problemas de índole agrario, fiscal, administrativo y de migración”.
Las brigadas del registro civil para localizar a este tipo de personas no son muy recurrentes, sobre todo en áreas rurales. Elías Núñez lamenta que muchas de estas brigadas se generan en tiempos de elecciones, cuando las autoridades necesitan que la mayoría de la población sea regularizada.
“Hay que hacer hincapié en las instituciones ya existentes, porque se pueden hacer más y más, falta que una de ellas se dedique verdaderamente a revisar qué les hace falta”, dijo.
Indicó que tanto el gobierno como los ciudadanos estamos obligados a proporcionarles respeto y seguridad a los adultos mayores: “No tenemos la cultura como en Europa. Allá se les tiene mucho respeto a los adultos mayores porque ya entregaron su juventud”.
En el artículo primero y cuarto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, máxima ley en el país, se defienden los derechos que todas las personas tenemos ante la ley por haber nacido en el país. Sin un acta de nacimiento, estas leyes quedan invalidadas.
Incluso, los tratados internacionales firmados por México como los derechos humanos de las personas mayores de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) o la Convención Interamericana para la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores de la OEA, no son válidos si una persona no logra comprobar su nacionalidad.
De acuerdo con la ONU, “la población mundial está envejeciendo”, con consecuencias en casi todos los sectores sociales: laboral, financiero, de bienes y servicios, etcétera. “Según datos del informe ‘Perspectivas de la población mundial 2019’, en 2050, una de cada seis personas en el mundo tendrá más de 65 años (16%), más que la proporción actual de una de cada 11 en este 2019 (9%). Para 2050, una de cada cuatro personas que viven en Europa y América del Norte podría tener 65 años o más. En 2018, por primera vez en la historia, las personas de 65 años o más superaron en número a los niños menores de cinco años en todo el mundo. Se estima que el número de personas de 80 años o más se triplicará, de 143 millones en 2019 a 426 millones en 2050”. (ONU, 2019)
Las consecuencias legales y morales para las personas que tienen una condición “fuera de la ley” son perjudiciales. “Las instituciones están al servicio de la gente, pero pareciera las personas quieren que todo se resuelva por sí solo”, mencionó Elías Núñez. “En el caso de los adultos mayores, antes, todo se resolvía por palabra. Decían yo soy fulano, y él era. Ahora no. Ahora se tiene que demostrar que efectivamente son ellos”, continuó.
Derecho a la identidad
“Si se niega, se violan los derechos constitucionales. Les garantiza ser mexicanos. Y sabes tú que, teniendo un acta de nacimiento, puedes entrar a la escuela, tramitar tu credencial de elector, todos los derechos de un mexicano”, comentó María Elena Arias.
La UNICEF reconoce que un niño o niña que no es registrado no tiene identidad legal, y esto desencadena factores de exclusión y discriminación. Un niño sin acta de nacimiento no tiene derecho a la protección, educación, salud; ni al acceso a la vida política, económica o cultural del país. “Saber cuántos nacimientos suceden en un año determinado permite dar seguimiento a las tendencias poblacionales (…) y sirve de insumo para el diseño, planificación e implementación de políticas públicas relacionadas con la salud, la educación y el desarrollo social” (UNICEF, 2018)
Ahora traduzcamos estos indicios de exclusión a los adultos mayores. María Ester acudió al registro civil porque requería un servicio de salud. Sólo ha votado dos veces en su vida, no se casó y nunca ha tenido un trabajo formal: siempre ha trabajado como empleada doméstica y no sabe leer o escribir. Aun así, para ella siempre fue importante que sus hijos tuvieran un acta de nacimiento. “A todos los registré”, dijo.
La identidad le permite a una persona:
-Saber quiénes son y distinguirse de los demás.
-Tener una nacionalidad que los vincula con un Estado determinado y gozar de todos los derechos que éste les reconoce.
-Acceder a servicios y prestaciones que contribuyen a la satisfacción de otros derechos como a la salud, a la educación, a programas sociales, entre otros.
Después de tramitar su acta de nacimiento, María Ester se inscribió en el programa de pensión para adultos mayores “Sesenta y más”, ahora recibe ese apoyo gubernamental. Sin embargo, sigue trabajando ocasionalmente como empleada doméstica.
¿Qué sucede cuando un adulto mayor muere sin acta de nacimiento?
María Elena Arias explicó que para levantar un acta de defunción, el registro civil necesita todos los datos de la persona fallecida: nombre, fecha de nacimiento, lugar de registro.
Hay dos casos:
-Cuando es una persona que habita en las calles.
-Cuando el fallecido tiene a alguien que responda por él.
En el primer caso, la persona no tiene a alguien que se preocupe por ella, porque la mayoría de las veces, las personas no son del lugar donde murieron. Se sabe de que murió —porque el Servicio Médico Forense (SEMEFO) se encarga de darlo a conocer—, pero no se sabe cómo se llama, cuántos años tiene, de dónde viene, quiénes son sus padres, su estado civil. Al no tener datos, el Ministerio Público entra en el caso. La policía investigadora se encarga de encontrar los datos de esta persona. Si no se encuentra nada, el acta de defunción se levanta como “N/N”. La carpeta de investigación queda abierta para que alguien lo reconozca o busque el cuerpo.
En el segundo caso, quienes respondan por el fallecido firman una carta en donde se reconoce y se hace responsable de la información que le brinda al registro civil.
N/N proviene del latín nomen nescio, que significa sin nombre. María Ester ahora tiene un acta de nacimiento, sin embargo, pasó la mayoría de su vida bajo este estatus de “sin nombre”. No tener un acta de nacimiento fue un motivo de exclusión.
Aunque las brigadas existen, se necesita más apoyo para localizar a los adultos mayores en esta situación legal. Elías Núñez, al final de la entrevista, mencionó: “Ahora ellos necesitan de nosotros, pero en el buen sentido”.
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