Año 16, Número 212

“Himno patriótico” es una oda de tema heroico, integrada por siete estrofas de cuatro versos decasílabos con rima asonante.

Imagen: Universidad Autónoma de Nuevo León

Rosa Mata

Durante el siglo XIX la literatura fue pionera y guía en la lucha por la emancipación. La denominada Literatura de independencia funcionó como semilla del sentimiento nacionalista y el imaginario colectivo. Claro ejemplo de la literatura patriótica edificante es El grito de libertad en el pueblo de Dolores, auto sacramental que en 1827 escribió José Joaquín Fernández de Lizardi, drama sumamente importante en la creación del imaginario colectivo, pues, de acuerdo con el crítico literario Christopher Domínguez, “con esa pieza queda fundada la leyenda del Grito de Dolores dado por Hidalgo. El texto dramático de Lizardi es precedente de “Himno patriótico”, poema con carácter social y político, escrito por Fernando Calderón y Beltrán para cantarse el 16 de septiembre del año 1840.

Los himnos patrióticos, al igual que las creaciones literarias de Fernando Calderón, son abundantes. Gonzalo Castañeda Mercado publicó en 2021 el artículo “Mexicanos al grito de guerra” Himnos patrióticos de la revolución de independencia novohispana; dentro de su estudio incluye: “Canción patriótica en honor a los ilustres defensores de México”, “Canción patriótica en honor a Mina” y “Marcha ilustre americana”, compuestas todas en distintos espacios geográficos del territorio mexicano y unidas por el carácter de himno, es decir, por ser una composición poética para presentarse en actos públicos conmemorativos, cuyos versos exaltan la organización social de un pueblo. Respecto a la copiosa obra poética y dramática de Fernando Calderón, el crítico literario Fernando Tola menciona que “en el género en que aún no le conocemos rival a Calderón, es en sus poesías patrióticas”.

“Himno patriótico” es una oda de tema heroico, integrada por siete estrofas de cuatro versos decasílabos con rima asonante. La estructura de la oda se conforma por una estrofa inicial, que funciona como introducción, y tres partes entre las que se divide el poema.

En el primer cuarteto, la voz poética ordena oír sonar las tumbas de los héroes, planteando la idea de la pluralidad heroica. La idea de colectividad y multitud se encuentra presente en toda la estrofa, a ella se suman los gloriosos gritos de libertad:

Oid sonar de los héroes las tumbas,

Y sus sombras ilustres salir,

Y mil ecos gloriosos a un tiempo

¡Libertad! ¡Libertad! Repetir.

El apartado número uno evoca al pasado colonial, en él se menciona a El tirano, denominación que Calderón y Beltrán da al poder español en este y otros de sus poemas patrióticos como “El sueño del tirano”; el tirano insultaba a la débil nación, Nueva España, hasta que en Dolores un astro se alza; los versos exaltan el papel histórico de Miguel Hidalgo dentro de la lucha de independencia, abonando a la leyenda del grito de Dolores, iniciada con la obra dramática de Lizardi trece años antes. Rumbo al final de la estrofa aparece nuevamente la idea de la libertad:

 I

Hubo un tiempo de luto y de muerte, 

En que solo sonaba la voz 

Del tirano que de oro cubierto,

Insultaba a la débil nación;

Pero se alza en Dolores un astro

Más fulgente, más bello que el sol:

¡Libertad, es tu ráfaga pura!

¡Libertad es tu inmenso fulgor!

La segunda parte, también llamada antiestrofa, funciona como el nudo de la oda, en ella se representa la multitud heroica con la frase mil héroes, misma que se incluiría después en el Himno Nacional Mexicano. La idea de libertad es latente, en la estrofa cuatro se presenta como una designación divina que provoca el cobarde temblor en El tirano. Los últimos versos de la parte II plasman el triunfo del valor patriota:

II

Y de un héroe al ejemplo, mil héroes

Alzan fuertes el noble pendón,

En que brilla con fuego, grabada

Libertad por la mano de Dios.

El tirano al mirar esta enseña,

Sobre el trono cobarde tembló,

Y aunque opone sus últimas fuerzas,

Triunfa al fin del patriota el valor.

La tercera y última parte del canto lírico incluye en repetidas ocasiones la interjección ¡salve!, que en español se utiliza para saludar o desear salud. El poeta ensalza la muerte de los héroes que lucharon por la gloria y el honor, en el caso de Hidalgo le asigna directamente el adjetivo glorioso, cabe añadir que Calderón nuevamente presenta la multitud heroica con el adverbio mil. Resulta destacable el símil de la patria como planta, y de la sangre como fertilizante que propició su crecimiento, pues éste sería otro de los elementos que en 1853 utilizaría Francisco González Bocanegra en la composición del Himno Nacional Mexicano. Los versos finales de la oda presentan la voz del pueblo cantando la gloria, la presencia de este elemento es de gran importancia: el poema da inicio con la voz de El Tirano y finaliza con la voz del pueblo, provocando así una sensación de unión popular que lleva a la emancipación, ideas que abonan al imaginario colectivo patriótico:

III

¡Salve, o genio, que el árbol plantaste

Que regado con sangre creció!

¡Salve, Hidalgo, glorioso caudillo!

¡Salve, o día de gloria y honor!

Y a Morelos, Allende y Aldama,

Y a mil bravos que llenos de ardor,

Con su muerte su gloria sellaron,

¡Salve! Canta del pueblo la voz.

“Himno patriótico”, al igual que El grito de libertad en el pueblo de Dolores, y otros textos pertenecientes a la Literatura de independencia, abona al despertar de la conciencia patriótica o nacionalista, según el uso que distintos estudiosos dan a los términos. Fernando Calderón añade fuerza a la construcción del imaginario colectivo utilizando distintos recursos: 1) La oposición de valores, da a España el adjetivo de tirano y cobarde, mientras califica a Nueva España de valiente; 2) Resaltando a lo largo del poema el papel de la colectividad del pueblo que lucha a muerte para obtener el triunfo; 3) Mencionando y exaltando a las figuras heroicas que reconocemos como piezas clave hasta nuestros días, consolidándolas como personajes históricos. “Himno patriótico” posee un valor social y político de la misma envergadura, o incluso mayor, que su valor literario, pues funciona como inspiración de Francisco González Bocanegra para la creación de uno de los símbolos patrios que fortalecieron la construcción ideológica de la nación mexicana.

rosa.mata2544@alumnos.udg.mx