Año 15, Número 191.
Hasta que el tiempo fue reconstruido
Bajo tu propia vigilancia
Cuantas residuales versiones de los hechos
Fueron depositando su carroña
En papeles, en bocas, en conciencias.
Hombres e ideas tenebrosamente
Instalados en la mitología
Textos que suplantaron con abyecta mascara
El rostro de la historia
Allí se conjuraban para hacerte complice
De la maquinación contra el fantasma
Que recorrió tu juventud
Hasta que el tiempo fue reconstruido
¿Cómo escapar a ciegas, desandar
el camino? ¿Quién que no tú
lo haría, con qué trámites
de acotadas lecciones, testimonios
apócrifos, tenaces simulacros?
Arduo oficio entre el tuyo e inhumanas
las trampas de la vida.
¿Con qué suerte de antídotos,
argucias, imposturas
te preservaste del contagio mientras
a solas compartías las ruinas
hasta que el tiempo fue reconstruido?
Elegir no pudiste una verdad
distinta de la única, algún medio
de subvenir el orden del pasado,
dirimir lo proscrito, rechazar
el asedio.
Pero tú mismo fuiste testigo:
Primero un libro
una mano después,
más tarde una palabra
luego un hombre
luego otro y otro más,
y un año y otro,
una premonitoria concurrencia de hombres
y de años, y media vida
que concurría para que al fin
y de tu propia mano
otros nombres pusieras a la historia
mientras que el tiempo fue reconstruido.
José Manuel Caballero Bonald
José Manuel Caballero Bonald nació el 11 de noviembre de 1926, en Jerez de la Frontera, un pueblo de Andalucía, España. Desde muy joven estuvo interesado por las letras, por ello, cursó sus estudios profesionales en Filosofía y Letras en universidades de Madrid y Sevilla, posteriormente comenzó su labor en la docencia en Colombia, donde daba clases de Literatura Española, teniendo así la oportunidad de enseñar y ejercer la labor literaria.
Su labor como poeta comienza en 1948 a la edad de 22 años, con obras como Las Adivinaciones, Memorias de poco tiempo, Ateneo, Las horas muertas, El papel del coro, y Pliegos de cordel yen 1963 publicó Vivir para contarlo, un texto que recopila toda su vida en poemas.
Además destacó como novelista y obtuvo premios como Biblioteca Breve de Novela en 1961, Premio Barral y de la Critica en 1981, y el Premio Ateneo de Sevilla en 1988, debido a que sus textos llegaron a ser significativos en narrativa con inclinación social.
Años más tarde Caballero decidió publicar sus memorias en dos obras: Tiempo de guerras perdidas en 1995, y la segunda parte en el 2001 con el título Costumbre de vivir. Los premios que obtuvo posterior a la recopilación de sus obras fueron el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, seguido por el Premio Nacional de las Letras Españolas. Mientras que el premio que lo hizo posicionarse como uno de los escritores más importantes en su género fue el premio Miguel de Cervantes en el 2012, depositando así en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes una historia y legado que permanecerá hasta noviembre del 2051.
Después de una vida repleta de poemas y ensayos en los que muchos de esos textos tenían temáticas referentes a la vida, la guerra y la crítica social, en el 2018 Caballer Bonald manisfestó que ya no volvería a escribir. El escritor español falleció el 9 de mayo del 2021 en la capital española a la edad de 94 años.