Año 18, número 269.

El propósito de este ensayo es dar a conocer lo que significa El FOMO (Fear Of Missing Out por sus siglas en inglés), este fenómeno que está en tendencia y el cual somos víctimas en nuestro actuar, estando diariamente conectados en un mundo digital en constante evolución. Hace referencia al miedo o ansiedad que una persona llega a experimentar al pensar que podría estar perdiéndose de algo importante o interesante que otros están disfrutando, especialmente en el contexto de las redes sociales.
Para esto queremos resaltar la importancia de conocer lo que conforma y provoca este
síndrome, aspectos que se desarrollaran a continuación, acompañados de un estudio local realizado por nosotros mismos, dirigido a estudiantes de nuestro centro universitario. Por último, añadimos un espacio con técnicas para la disminución de este sentir.
Este fenómeno tiene sus raíces en redes sociales como Facebook, Twitter e Instagram, en estas plataformas la información y las experiencias se comparten en tiempo real creando una sensación constante de estar conectados, pero a la vez, de no estar al tanto de todo lo que ocurre en la vida de los otros.
La relevancia de hablar de esto en la actualidad es innegable, ya que afecta a todas las
personas de todas las edades y contextos; todos han experimentado el FOMO en algún
momento de sus vidas y aunque puede tener un impacto significativo en nuestro bienestar diario es de lo más común llegar a sentirlo, según muchos estudios, por ejemplo: una investigación publicada en el Journal of Social and Clinical Psychology, el uso excesivo de redes sociales puede incrementar la ansiedad y la comparación social, alimentado el FOMO (Young).
Origen y evolución del FOMO
El término se popularizó en 2004, con la creación de las redes sociales, el FOMO ha existido de manera implícita desde mucho antes como parte de la naturaleza humana, ya que se vincula con el deseo de pertenencia y la necesidad de validación externa. La relevancia de este fenómeno en la sociedad actual no puede ser subestimada, dado que a medida que las redes sociales se han integrado profundamente en la vida diaria, las personas sienten una presión constante por estar conectadas, participando en eventos y actividades. Esto ha resultado en un aumento de la ansiedad, el estrés y la depresión de las personas, en su mayoría en un rango de edad de 16 a 36 años (Ramírez).
Según L. Elías Arab y G. Alejandra Díaz (Ambos psiquiatras de niños y adolescentes
de la clínica Las Condes) las personas llegan a desarrollar una cibera dicción o una conducta adictiva a internet. Esta conducta conduce al aislamiento y al descuido de las relaciones sociales, de las actividades académicas, de las actividades recreativas, de la salud y de la higiene personal (Arab and Díaz).
Impacto psicológico y emocional
El FOMO no solo afecta el comportamiento social, sino que tiene un gran efecto psicológico y emocional en las personas que lo experimentan. Este fenómeno se ha asociado con varios efectos negativos que influyen en el bienestar emocional de las personas, por ejemplo:
- Ansiedad, estrés y otros efectos emocionales asociados: El FOMO genera una
constante sensación de ansiedad, ya que las personas temen estar perdiéndose de
experiencias significativas, lo que provoca una preocupación constante por lo que
ocurre en la vida de los demás. - Comparación social y Baja autoestima: El FOMO alimenta la comparación social, ya que las personas tienden a medir su propia vida en relación con lo que ven en las redes sociales.
- Consecuencias en la toma de decisiones y satisfacción personal: El FOMO tiene una huella significativa en la toma de decisiones, ya que las personas afectadas por este fenómeno tienden a tomar decisiones motivadas por el deseo de no quedar fuera de ciertos eventos sociales o actividades.
El papel de las redes sociales
El vínculo entre el síndrome y las redes sociales es importante por el aspecto de las conductas de las personas que lo experimentan inician por la presión social de querer estar presente en todo tipo de eventos o actividades con el objetivo vivir esa experiencia. Pero más que nada tomar una foto y compartirla por cualquier red social, o simplemente dar un testimonio de lo ocurrido.
Entre las características del FOMO principalmente está la adicción al internet, a la
cual se le otorga una influencia, puesto que estar al pendiente de lo que están haciendo las personas alrededor se vuelve una dependencia al celular, llegando a provocar episodios de estrés, ansiedad o depresión. Las plataformas que hoy conocemos, juegan una estrategia para incrementar su consumo, provocando una dependencia a su uso. Las consecuencias no son saludables por su modo obsesivo, que se debe inicialmente a lo normalizado que está en el día a día. Como ejemplo está la naturalidad de tomar una foto a cualquier cosa: lugar, objeto, persona, etc. Para después compartirla por la necesidad constante de una interacción, o aprobación social. Algunas personas llegan a experimentar el FOMO a vista de publicaciones, por el miedo de estarse perdiendo ese tipo de experiencias.
En ocasiones el querer también vivir esas actividades de manera impulsiva, como el ir
a un concierto, ver una puesta de sol, comprar un producto, o visitar un lugar, puede provocar una tendencia a la constante comparación con los otros. Y a sentirse de una forma inferior por no involucrarse de la misma manera que otras personas, o simplemente no poder realizar ese tipo de actividades por diferentes aspectos personales ya sean económicos, físicos o psicológicos. Incluso cuando las actividades no son fundamentales o importantes como los demás lo hacen ver, se puede crear la reducción a la motivación personal, problemas de autoestima, inseguridades, inquietud, ansiedad, entre otros.
FOMO en diferentes contextos
Los síntomas del FOMO es un impacto que se manifiesta frecuentemente, como
anteriormente se mencionó en el ámbito personal está más ligado a las redes sociales y la influencia que tiene en todos sus consumidores, llegando a ocasionar la necesidad de querer estar en todo teniendo como consecuencia no disfrutar del momento, de la mano está el abarcar demasiados eventos o actividades provocando problemas psicológicos.
La competitividad es un elemento en el tema laboral, donde claramente también está
este síndrome, por la comparación constante, como el desarrollo de los demás en su área de trabajo o simplemente del aprovechamiento de mejores oportunidades, esto podría desarrollar competitividad no saludable. Incluso el exceso de trabajo puede ser consecuencia del FOMO por el miedo de perderse actividades de trabajo, como reuniones, promociones o proyectos, ocasionando también daños psicológicos como los antes mencionados.
Otro ámbito donde el síndrome está presente, es en el económico, puesto que es un
elemento del que todos somos partícipes. Esto se debe a la publicidad constante de la que estamos rodeados, con sus mensajes publicitarios incitando al consumo por presión. Las experiencias que ocasiona el miedo de perderlas, incitan a gastar en estas, con el objetivo de disminuir el FOMO que se puede llegar a sentir, creando capitalismo emocional. Un problema grave de este término es el tema de las deudas, el impulso de comparar de forma constante puede llevar a gastos excesivos y problemas financieros.
Estudio local
Para conocer un poco más sobre el síndrome de una manera cercana realizamos un estudio dirigido a personas de nuestro centro universitario, con la finalidad de analizar desde qué tan conocida es la expresión FOMO hasta ejemplos de situaciones donde lo hayan experimentado. El rango de edad de los usuarios participantes fue desde los 18 hasta los 25 años, el número que predominó fue el de 19 años con un 40%. Un 80% tenía conocimientos previos sobre lo que significaba la expresión. Sin embargo, el 50% admitió haber padecido este síndrome mientras que el porcentaje restante lo ha experimentado aunque no están seguros de poder llamarlo de esa manera.
A su vez, en caso de que sí hayan experimentado el síndrome, pedimos que redactaran
dos ejemplos de situaciones donde sintieron FOMO. Las respuestas que obtuvimos fueron varias, pero después de realizar una recopilación con ayuda de una gráfica pudimos identificar que el aspecto en el que más FOMO se padece es al perderse de un evento social, ya sea desde de una fiesta hasta una simple salida con amigos, siendo este un porcentaje de 43.8%.
De la misma manera coinciden dos resultados con un mismo porcentaje de 12.5% , el
primer ejemplo fue el de no estar en una relación y estar perdiéndose los sentimientos que se desarrollan durante un vínculo amoroso. El otro resultado fue el de no asistir a un concierto de un artista de su preferencia. Siendo estos ejemplos de los más comunes en la actualidad por su constante presencia en las redes sociales.
Por último, dos de los porcentajes restantes también coincidieron en cantidad siendo
esta de 6.3% que nos da como respuesta que el perderse el jugar un videojuego o ver viajar a personas cercanas al extranjero también son causas del FOMO. Una última cantidad resultados que estima un 18.8% de participantes que no han tenido situaciones donde esté presente el fenómeno.
Estrategias para mitigar el FOMO
El síndrome FOMO no es un trastorno clínico reconocido, puede afectar a la calidad de vida y salud de algunas personas si no se detecta y trata con ayuda de un profesional (Cassinello). Pero existen técnicas que pueden ayudar a la disminución de este síndrome, iniciando con:
- Aprender a identificar plataformas o situaciones que desencadenan el FOMO para
evitarlas. - Crear horarios para el uso de las redes sociales, para disminuir las actitudes de
comparación con los otros. - Silenciar las notificaciones para evitar distracciones que inciten a acceder a cualquier
plataforma. - Crear hábitos donde desarrolles la gratitud de las cosas que tienes y de tu persona.
- Aprender a apreciar la simplicidad de la vida con pequeñas acciones.
- Buscar ayuda psicológica.
En definitiva este fenómeno es algo que, como sociedad, le tenemos que brindar la
importancia merecida por su efecto psicológico en quienes lo experimentan, dado que no se le ha dado relevancia por la creencia de que es un movimiento social. Consecuentemente, es importante aprender a identificarlo en diferentes ámbitos para poder evitarlo o por lo menos reducirlo, puesto que está tan presente en cada actividad de nuestra vida cotidiana como influenciado por las redes sociales manifestando desconexión con el presente y prioridades personales. En resumidas cuentas es necesario tener en cuenta que el FOMO no significa desconectarse abruptamente del mundo, más bien conectar de manera más intencional y significativa con nuestra propia realidad.
Juan Pablo Reyes Cabrales
(juan.reyes1704@alumnos.udg.mx)
Itzia Xiomara Delgado Díaz