Año 15, número 191.
La radio me dio la mano para ingresar de lleno en distintos momentos de mi vida en la música clásica, el jazz, el rock, el folclor latinoamericano, pero también en el cine, el teatro, la pintura
Ricardo Sigala
Comencé a escuchar Radio Universidad de Guadalajara a principios de los años ochenta, ambos éramos muy jóvenes, la emisora se había fundado media década antes y yo era un adolescente ávido de novedades. Radio Universidad era una opción en verdad auténtica, alternativa. En la amplia oferta del cuadrante en la ciudad de Guadalajara destacaba porque se encontraba fuera de los convencionalismos de la radio de la época: por un lado la programación comercial regida por una monotonía impuesta por la industria de televisa y la cultura oficial, y por otro la XEJB, que entonces tenía arraigada en la idea, un tanto discriminatoria, de la alta cultura.
Radio Universidad de Guadalajara fue mi primera universidad, varios años antes de que yo me convirtiera oficialmente en estudiante universitario. Fue en Radio Universidad, como le decíamos entonces, que la música no sólo solo era un ruido de fondo en nuestras vidas, sino que además podía tener profundos significados asociados a la identidad, a las generaciones, a las posiciones ideológicas y políticas, y especialmente como una comprometida forma del arte. Desde las elaboradas manifestaciones de la música clásica y el jazz, hasta las más diversas tendencias del rock y la música latinoamericana más comprometidas, pasando por el rock rupestre, la música se convirtió en una ventana por la que la historia y el mundo contemporáneo se iban revelando.
También en Radio Universidad conocí la literatura, primero por medio las canciones de Jim Morrison, Bob Dylan, y Leonard Cohen, y más tarde a los otros, los de los libros. Supe de José Emilio Pacheco, de Fernando Pessoa, de Juan Villoro, de Rosario Castellanos y la literatura de la onda, de la generación beat, gracias a la radio. Yo escuché la voz de Hugo Gutiérrez Vega y de Fernando del Paso por las colaboraciones que enviaban desde Europa, y yo entonces ignoraba que iban a ser personas fundamentales en mi vida. La radio me dio la mano para ingresar de lleno en distintos momentos de mi vida en la música clásica, el jazz, el rock, el folclor latinoamericano, pero también en el cine, el teatro, la pintura. Ahí conocí el pensamiento crítico, el amor por los libros y la lectura. Fue en la radio en que se forjó el músico que fui en algún momento, el escritor y el profesor en el que me convertí por vocación y periodista cultural que sería casi sin planearlo. La radio también me ha dado amigos e identidad.
Por eso resultó tan importante que en 2001, hoy hace veinte años, se anunciara el nacimiento de la Red Radio Universidad de Guadalajara, pues significaba que la experiencia y privilegio que yo había tenido en Guadalajara también los tendrían las personas de la regiones, los del sur, los del norte, los de la sierra, de los altos, los de la costa, en fin. La radio como una especie de misión educadora e informativa.
La segunda parte de mi historia con Radio universidad se remonta a enero de 2007, en que me mudé a Ciudad Guzmán con el compromiso de echar a andar la licenciatura en Letras hispánicas. Recuerdo con precisión una de esas frías mañanas zapotlenses, llegó a mi oficina un muchacho inquieto y lleno de energía, se presentó: “Soy Pepe Galindo, el director de la radio, te invito a que conozcas nuestras instalaciones”, me dijo, y agregó: “deberías hacer algo sobre literatura”. Esa mañana comenzamos una conversación y una amistad que duraron casi tres años y terminó pronto por su abrupta e incomprensible muerte.
En 2007, entonces, iniciamos el proyecto “La nave de los locos”, pequeñas cápsulas con poemas, fragmentos literarios o notas sobre libros o escritores. Hicimos un par de seriales o temporadas y el resultado nos gustó tanto que pensamos en ampliar “La nave de los locos” a segmentos de 15 minutos o incluso media hora, pero la cosa no prosperó. Y no se consolidó porque en realidad ya estábamos fraguando un programa de una hora dedicado íntegramente a la literatura.
El programa se llamó Cumbres de Babel e inició transmisiones en junio de 2008, con Elena Castillo como directora de la radio, salimos al aire los jueves a las seis de la tarde. El programa fue una extensión natural de la carrera de Letras hispánicas, ha sido un espacio en que estudiantes, profesores e invitados especiales han tenido oportunidad de compartir su conocimiento, y en especial sus pasiones en torno a los libros, los escritores y la literatura.
En un principio Cumbres de Babel tenía como objetivo hablar de autores internacionales para otorgar nuevas ofertas de lectura en la población del Sur de Jalisco, pero como era previsible los temas literarios del Sur de Jalisco se fueron adueñando de la agenda, debido a la gran actividad que acá se tiene de manera permanente. Esto, pues, ha hecho de Cumbres de Babel un programa que atiende un espectro muy amplio del mundo literario.
Después fui invitado a colaborar con el comentario semanal de cultura, en el noticiero matutino todos los viernes. Así nació A diestra y siniestra, que ya lleva más de una década trasmitiéndose. En 2019 comencé otra cápsula de recomendación de libros en este mismo espacio.
No sé cómo llegué a radio universidad como escucha, simplemente se convirtió en un parte de mi vida y de mis recuerdos más íntimos. Tampoco sé cómo es que de súbito ya era un colaborar de radio universidad, siempre he considerado ese hecho como un regalo inmerecido, pero que agradezco profundamente. Haber vivido la radio universitaria desde fuera y desde dentro han sido uno de los grandes acontecimientos que me han ocurrido. Repito la radio fue mi primera y más permanente universidad.
Quiero felicitar a la Red Radio Universidad de Guadalajara por un aniversario más, por llevar radio de calidad a las diferentes regiones del estado, pero también por hacer radio de calidad desde esas mismas regiones. Gracias a la Radio Universidad de Guadalajara, Ciudad Guzmán por dejarnos ser parte de este importante proyecto de comunicación que contribuye de manera innegable a una mejor sociedad.
ricardo.sigala@cusur.udg.mx