Año 17, número 252.

En el marco del Día Mundial de la Acción por los Trastornos Alimentarios, que se conmemora el 2 de junio, es importante conocer el papel que juegan las emociones en estos padecimientos

Imagen: Pexels

Karina Franco Paredes 

Vanessa Monserrat Vázquez Vázquez 

Los hábitos alimentarios se ven influenciados por una serie de factores que abarcan desde las características intrínsecas de los alimentos, como su color, olor, sabor y textura; aspectos biológicos, entre ellos la genética y el sexo; factores socioculturales, siendo ejemplo de estos las tradiciones alimentarias, la religión, la publicidad, los hábitos alimentarios en la familia; al igual que el aspecto económico, que involucra los costos y la accesibilidad a determinados alimentos; también los factores psicológicos, creencias, aprendizajes, emociones y valoraciones que tenemos de nuestro cuerpo, influyen en nuestras elecciones alimentarias. Por lo tanto, el acto de comer va más allá de simplemente satisfacer el hambre.

De acuerdo con las expertas Ana Rojas y Mirna García, las personas adultas suelen asociar la comida con diversos aspectos como la demostración de afecto, la expresión cultural y las emociones. En este artículo, nos centraremos específicamente en este último aspecto: el papel de las emociones en la alimentación.

Las emociones son respuestas corporales automáticas y breves ante las circunstancias que experimentamos, ya sean reales o imaginarias. Estas respuestas se caracterizan por una combinación de pensamientos, gestos y cambios físicos, como la aceleración del ritmo cardíaco o la tensión muscular. Las emociones pueden categorizarse en dos grupos principales: agradables y desagradables. Entre las primeras se encuentran la felicidad, la alegría o el orgullo, mientras que en las emociones desagradables se incluyen la tristeza, el enojo, el miedo, la ansiedad, entre otras. 

Las emociones, tanto desagradables como agradables, influyen en la elección, compra y consumo de alimentos. Sin embargo, mientras que algunas personas aumentan su ingesta alimentaria, otras reducen su consumo e incluso hay quienes no experimentan cambios en su alimentación debido a sus emociones. Esta variabilidad en las respuestas individuales hace pensar que no son las emociones en sí mismas las que ocasionan que las personas modifiquen sus hábitos alimentarios, sino debido a un aprendizaje, como menciona Peggy Bongers. Por ejemplo, algunas personas pueden haber asociado consumir ciertos alimentos, como pasteles, chocolates o dulces, con la sensación de alivio frente a emociones como la tristeza o la ansiedad. Según Javier Manchón, se ha encontrado que quienes comen más frente a emociones desagradables, tienen como propósito mitigar el malestar emocional, mientras que cuando esto ocurre ante emociones placenteras lo que se busca es prolongar las sensaciones positivas experimentadas.

De acuerdo con Sally Abbot y Vasiliki Vasileiou, las personas que siguen dietas restrictivas (evitan ciertos alimentos para perder peso) tienen más probabilidades de aumentar su consumo de alimentos en respuesta a emociones desagradables. Este fenómeno se ha observado tanto en quienes tienen algún trastorno alimentario como en la población general, y parece ser más común en personas con exceso de peso que adoptan dietas restrictivas más estrictas.

Pero, ¿por qué es importante analizar la relación entre las emociones  y la alimentación? 

En el libro  Journal of Health Psychology encontramos que las personas que prefieren comer más frente a las emociones desagradables suelen recurrir con mayor frecuencia a los alimentos poco saludables de tipo snaks y con un elevado contenido de azúcar, mismos que, cuando se consumen de manera recurrente o compulsiva pueden llevar a problemas de salud como la obesidad, el trastorno por atracón y enfermedades no transmisibles como diabetes mellitus, patologías cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. Con base en el artículo “Prevalencia de obesidad y factores de riesgo asociados en adultos mexicanos: resultados de la Ensanut 2022”, en México se ha estimado que el 38.3% de las personas en el país presentan sobrepeso, 36.9% obesidad y 81% obesidad abdominal. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, las enfermedades no transmisibles mencionadas previamente son las principales causas de muerte. Por otro lado, se ha identificado que las dificultades emocionales son un factor de riesgo en los trastornos alimentarios, como la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa. Estas enfermedades, a su vez, interfieren con el consumo habitual de alimentos debido a una distorsión de la imagen corporal.

¿Cómo identificar una relación poco saludable entre la alimentación y las emociones?

A continuación te proporcionamos algunas señales que podrían alertarte de una relación poco saludable entre tu alimentación y tus emociones:

-Buscas mejorar tu ánimo con la comida

-Comes en exceso cuando estás estresada(o)

-Pierdes el control cuando comes

-Has tenido cambios repentinos de peso

-Frecuentemente rechazas ciertos alimentos o bebidas porque te preocupa subir de peso

Algunas preguntas que pueden ayudarte en la reflexión sobre tus hábitos alimentarios frente a las diferentes experiencias emocionales para fomentar el autocuidado son las siguientes: 

¿Con qué frecuencia sueles comer más dulces/snacks o botanas? ¿Identificas que estos episodios de consumo de alimentos están relacionados con un estado de ánimo, emoción o estrés? 

En caso de haber respondido afirmativamente la pregunta anterior, continúa con las siguientes:

– ¿Cuáles emociones suelen estar más frecuentes antes de que consumas este tipo de alimentos (dulces/snacks o botanas)?

– ¿Con qué intensidad experimentas la emoción ante la cual sueles comer más, en una escala de 0 “nada” a 10 “lo más intenso que he experimentado”?

– Específicamente, ¿A qué alimentos recurres en situaciones en las que no tienes hambre, pero percibes deseo de comer algo y en qué cantidad?

– ¿Desde cuándo empezaste a consumir alimentos en situaciones similares?

Reflexionar sobre preguntas como las anteriormente formuladas promueve una mayor conciencia sobre nuestros hábitos alimentarios y las experiencias emocionales. Además, nos alerta sobre la necesidad de buscar formas alternativas de enfrentar estas experiencias emocionales. Algunas actividades alternativas saludables para el manejo de estrés y malestar emocional son: 

-Establecer horarios para organizar tus actividades 

-Cuidar tus hábitos de sueño (horarios fijos para dormir, prepararte para dormir desde horas antes evitando el uso de dispositivos electrónicos, evitar el consumo de alimentos que contengan cafeína y bebidas alcohólicas)

-Realizar actividad física

-Cultivar tus relaciones con amigos y familia

-Escuchar y observar con detenimiento tus emociones (cuándo aparece cada una, en qué intensidad la sientes, cómo sueles responder)

-Analizar las situaciones que te generan malestar, piensa en al menos tres acciones que podrías hacer para resolver dichas situaciones y analiza de cada una sus pro y contras para tomar tu mejor opción 

-Darte tiempo para realizar actividades que disfrutes (leer, bailar, salir a caminar, escuchar música, pintar)

Para mejorar tu relación con la comida es importante desarrollar una mayor conciencia de tus hábitos alimentarios. Puedes comenzar llevando un registro detallado de los mismos, incluyendo horarios, tipos de alimentos, cantidades y las circunstancias en las que comes, por ejemplo, solo o acompañado, en casa o en el trabajo. Presta especial atención a los momentos en los que comes por emociones, identifica qué emociones estás experimentando y las razones detrás de tus elecciones alimentarias, como el hambre, antojos, aburrimiento u otras emociones. Además, establece una rutina para tus horarios de comida y procura no saltarte ninguna.

Si encuentras que te resulta difícil manejar tus emociones o notas problemas en tus hábitos alimentarios, considera buscar ayuda profesional. Un psicoterapeuta y un nutriólogo pueden brindarte el apoyo y las herramientas necesarias para abordar esta situación de manera efectiva.

Te compartimos algunas páginas web en donde puedes encontrar información sobre temas relacionados: 

National Eating Disorders Association: https://www.nationaleatingdisorders.org/neda-espanol

The Body Image Program: https://www.instagram.com/hagamosbipmx/?hl=es

Academy for Eating Disorders: https://www.aedweb.org/home

vanessa.vazquez4619@alumnos.udg.mx 

 karina.franco@cusur.udg.mx