Año 13, número 162.
Las condiciones en las que actualmente vive la gran mayoría de adultos mayores en el país no son las ideales para su bienestar físico, emocional y financiero, mucho menos durante la contingencia por COVID-19
Ariana García
La fecha en que se festeja el Día Nacional de la Persona Adulta Mayor en México es el 28 de agosto. Esta conmemoración también se nombra como el Día de los Abuelos, y tiene lugar en muchos países; en los de mayor tradición católica (España y América Latina) es el 26 de agosto, pues es el día de San Joaquín y Santa Ana, abuelos de Jesús. Desde Naciones Unidas se conmemora el Día Internacional de las Personas de Edad el 1 de octubre. Sean cuales sean las razones y las fechas de esta conmemoración, la idea es reconocer el papel que los adultos mayores juegan en la familia y en la sociedad.
Según la Encuesta Intercensal de 2015 del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), el 7.2% de la población en México es mayor de 65 años. De acuerdo con el Consejo Nacional de Población (CONAPO), la esperanza de vida promedio es de 78.1 años para las mujeres y 72.4 para los hombres, con una proyección para 2050 de 82.6 y 76.7, respectivamente. El número de adultos mayores en México va en aumento, pero bienestar físico, social y financiero, no. Las distintas organizaciones internacionales y nacionales (en cada país en que se conmemora el día) coinciden en reconocer que los adultos mayores sufren discriminación en muchos rubros, desde el relego en la misma familia hasta las condiciones laborales y económicas, de salud y hasta recreativas, por hablar de algunos.
El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) estima que casi la mitad de los adultos mayores en México vive en pobreza, lo que ha sometido a esta población a una discriminación estructural. Entre las causas de pobreza están las poquísimas posibilidades de acceder a un empleo, pues los consideran poco productivos; el 39% de adultos mayores pertenece a la población económicamente activa, y la gran mayoría de estos recibe una remuneración menor y sin prestaciones, pues las empresas los consideran más como una obra de filantropía que como empleados productivos. La situación empeora si tomamos en cuenta que el adulto mayor vive con algún familiar que muy probablemente lo considere una carga por las propias condiciones económicas familiares. El CONAPRED destaca que los “tres principales problemas son la falta de oportunidades laborales, la insuficiencia de su pensión para cubrir las necesidades básicas, y la falta absoluta de una pensión”.
Pero quizá uno de los mayores problemas que enfrentan los adultos mayores son las condiciones de salud, primero por la naturaleza del desgaste humano y segundo por el acceso a este servicio público. Sólo el 39% de las personas mayores cuenta con algún servicio de salud público en México, dejando al resto a su suerte y con las condiciones de pobreza ya explicadas. La pandemia por COVID-19 ha puesto en una situación aún más vulnerable a este grupo poblacional: de acuerdo con el Instituto Nacional de Geriatría, hasta el 15 de agosto de 2020, de las 56 mil 543 defunciones por coronavirus en México, 33 mil ocurrieron en personas mayores a 60 años, es decir, el 58% del total. Los adultos mayores son más propensos a padecer algunas enfermedades como diabetes, hipertensión, obesidad o enfermedades crónicas respiratorias o autoinmunes, que son las condiciones ideales para portar el virus SARS-CoV-2, causante de CODIV-19.
Ante la situación complicada de los adultos mayores en México, se han hecho algunos esfuerzos por mejorar sus condiciones, como la reforma a las pensiones, que reduce las semanas de cotización e incrementa el valor de las pensiones, entre otros beneficios. Existen programas sociales que ofrecen comida y empleo, además de albergues y casas hogar. El Instituto Nacional de Geriatría ha anunciado que el próximo 1 de octubre se lanzará a nivel global el Decenio del Envejecimiento Saludable, que tendrá como objetivo unir esfuerzos para desarrollar la capacidad de los sistemas de salud a fin de que satisfagan mejor las necesidades de los adultos mayores.
Además de la importancia del cuidado de las personas adultas mayores ante esta contingencia por COVID-19, es importante que se trabaje en políticas integrales que atiendan sus necesidades reales sin olvidar sus derechos. El obtener empleos bien remunerados, espacios dignos para su transitar —sobre todo para un gran porcentaje que tiene alguna discapacidad— así como un sistema de salud digno, son algunos pasos que se pueden comenzar a caminar para que el Día Nacional del Adulto Mayor sea en verdad un motivo para celebrar a esta parte de la población.
ariana@cusur.udg.mx