Año 17, Número 241.
Aunque los falsos cognados se pueden dar entre dos lenguas cualesquiera, son más frecuentes y arteros en la medida en que dos lenguas dadas sean más cercanas y/o estén más emparentadas entre sí
José Francisco González Díaz
Los falsos cognados o falsos amigos como se suelen llamar son palabras entre dos lenguas que, aunque son similares, tienen elementos que los diferencian entre ambas; dichos factores pueden ser fonéticos, gráficos, de préstamo o semánticos, comentan los autores de Los falsos amigos y los problemas de su traducción que “el caso de los falsos cognados semánticos es aquél en que dos palabras de lenguas distintas tienen un mismo origen etimológico, pero significados distintos en cada una de estas lenguas”, ya que la influencia etimología en el proceso de lexicalización se va modificando según sea el destino de la lengua con respecto a la utilidad que le dan los hablantes.
Se pretende hacer un análisis semántico de cuatro falsos cognados entre el español hablado en México y el portugués brasileño. Pero antes se pretende dejar en claro que, como comentan Encarnación Postigo y José Chamizo:
Aunque los falsos cognados se pueden dar entre dos lenguas cualesquiera, son más frecuentes y arteros en la medida en que dos lenguas dadas sean más cercanas y/o estén más emparentadas entre sí, sea por pertenecer a una misma familia lingüística, sea por haber influido una en la otra o por haberse influido mutuamente ambas.
Esto aunado a lo anteriormente mencionado comprende que, el hecho de que estos dos dialectos tengan una misma raíz etimológica y una cercanía en la historia de las naciones conquistadoras (Portugal y España), genera en ambas una similitud; que, aunque a simple vista es evidente, existe para los estudiantes extranjeros entre ambas lenguas una gran cantidad de dificultades correspondientes a los falsos cognados.
Renata Bujes expresa la idea primordial en su revista de traducción Bujes Traduções:
Se tratando do Português e do Espanhol, essa proximidade ocorre mais a nível lexical, ou seja, aproximadamente 85% das palavras têm origem comum. Entretanto, cada idioma seguiu seu próprio rumo e obteve variadas influências ao longo do tempo, o que resultou em diferenças significativas especialmente no campo fonético-fonológico e semântico.
Tratándose del portugués y del español, esta proximidad ocurre más a nivel lexical, o sea, aproximadamente el 85% de las palabras tienen un origen en común. Sin embargo, cada idioma siguió su propio rumbo y obtuvieron influencias variadas a lo largo del tiempo, lo que resultó en diferencias significativas especialmente en el campo fonético-fonológico y semántico.
Así es pues que tanto estudiantes de ambas lenguas como traductores serán testigos de situaciones que dificulten el entendimiento de textos entre uno y otro idioma. Por lo tanto, sería primordial buscar sinónimos o metáforas para poder expresar estos conceptos, antes que hacer intuiciones por la etimología de las palabras.
Anteriores investigaciones se han hecho con el fin de detectar algunos falsos amigos desde perspectivas como lo son la fonética, que se refiere a la diferencia semántica y etimológica de una palabra, pero donde la pronunciación es similar y en este caso se crea un problema de entendimiento fonético, por ejemplo, tenemos la palabra del portugués “te quiero” [tʃi ‘ke.ru] y del español “chiquero” [t͡ʃi.’ke.ro], ambas palabras tienen una similitud fonética, sin embargo, existe una diferencia en la grafía y la semántica. Los falsos amigos lexicales son los que tienen similitudes en la escritura, pero también son similares en la pronunciación, el ejemplo es “jota” que en portugués brasileño así suelen llamar de forma coloquial a los narcotraficantes y en el español mexicano es un cumplido entre homosexuales o bien un adjetivo peyorativo, así bien, la diferencia existe en el campo pragmático de la concepción del significado “jota” por un número de hablantes.
Se ha decidido hablar de falsos amigos semánticos ya que es evidente y más notorio la existencia de diferencias entre palabras de ambos dialectos esto por el rumbo de las definiciones entre ambas lenguas. Son cuatro las palabras que se eligieron para el análisis por lo representativas que son con respecto a su función entre las dos lenguas. Más allá de eso no tienen otro tipo de relación, sin embargo, cada una de ellas ayudarán a los practicantes de la otra lengua a mejorar su comprensión, y así perfeccionar su aprendizaje.
La primera palabra por analizar es acordar, etimológicamente significa “despejar/unir los corazones”, es tomada del latín en ambos idiomas, en el español tiene significado de una solución de conflictos; en el portugués se refiere a despertar, en el texto El español y el portugués: Análisis contrastivo de algunas unidades lexemáticas:
La voz acordar, etimológicamente ‘volver en sí’ pasó a ser aplicada a la designación ‘despertar’, de modo que hoy se ha conservado en el portugués frente al español, donde no sólo actualizó la orientación de ‘poner de acuerdo’ o la de ‘otorgar’ –esta última a través de la opción francesa conferida por accorder– sino que además y bajo la forma pronominal acordarse significó ‘traer al presente alguna cosa que se tenía en la memoria, recordar’”.
Así pues, la palabra existe como falso amigo porque la significación está apelada a la interpretación de cada lengua y cómo funciona en cada una; sin embargo, también es importante aclarar que existen sinónimos que funcionan en ambos idiomas (hablando desde el aspecto semántico). En México “Acordamos terminar el proyecto esta semana” y en Brasil “Acordamos bem cedo hoje”. Entonces la aclaración del falso amigo, los sinónimos y su traducción se mostrará en el siguiente cuadro:
La siguiente palabra es exquisito, del latín exquisitus; hace referencia a algo escogido especialmente, distinguido y refinado, es preciso mencionar que este adjetivo es en realidad el participio de exquirere que se refiere a inquirir, indagar y buscar algo con cuidado. En el español la palabra mantuvo el semema distinguido y refinado, pero en portugués cambió y quedó como algo raro o peculiar. Dicho así, en la lengua española queda referido a la gastronomía y al sabor, mientras que en la portuguesa es a la provocación de perplejidad y extrañeza, podemos entender que en el español es un adjetivo positivo y en portugués sería, más bien, negativo. Cabe mencionar que hay otro fenómeno en esta palabra y es el gráfico, mientras que en español se mantiene como exquisito, en portugués la letra x cambia por una s, y queda como esquisito. En México “ese platillo le quedó exquisito” “tiene un exquisito sentido del humor” y en Brasil “olha ese sujeito esquisito” “meu irmão tá tendo um comportamento esquisito”.
La palabra pronto es otra que se consideraría dentro de los falsos amigos semánticos, esta tiene origen etimológico del latín promptus, en ambos dialectos es usado como un adjetivo y adverbio referente al tiempo, sin embargo, en cada uno tiene diferente designación. En México “La comida no estará lista pronto” “José llegó pronto” y en Brasil “A comida está pronta” “Estou pronto para ajudá-lo”.
Por último, está el grupo semántico de embarazo, comenta Leonel Lugones: “Se denomina embarazo, al periodo que transcurre entre la implantación en el útero del óvulo fecundado y el momento del parto”. Es difícil hablar de esta palabra porque el origen de la palabra embarazo es del portugués embaraço y en realidad esta palabra significa según el Diccionario Priberam de la lengua portuguesa «obstáculo, empecilho, irresolução, perturbaçao, emoção». Hablando de la procreación, Lugones comenta:
En latín, para nombrar a una mujer embarazada se solían usar palabras en función del momento de la gestación gravida, praegnans, inciens; Grávida es la mujer ya pesada por la preñez, praegnans es la que está embarazada, inciens la que está próxima al parto.
Aquí es cuando existe un fenómeno muy curioso, puesto que en el portugués se usa la palabra gravidez para referirse a una mujer embarazada. Podríamos considerar que el español tomó la palabra embarazo del portugués con referente a baraça, en cinta, aunque también encontramos palabras como embarazoso similar a su uso en el portugués. A su vez el portugués adquirió la etimología latina de gravidez y la palabra embaraço permanece como algo vergonzoso. En México “la mujer está embarazada” y en portugués “essa mulher caiu e ficou embaraçada”. Se explica mejor en el siguiente cuadro.
Para concluir, se puede decir que, además de la afinidad de las dos lenguas ibero-románicas, existen varios factores que son indiscutibles para la existencia de falsos amigos, y que por la familiaridad hay hasta la probabilidad de encontrar casos de préstamos que en una lengua no son usados y en la otra adquirieron la significación que sus hablantes necesitaban. Anteriormente conocía estos y algunos otros falsos amigos, sin embargo, el analizarlos de forma más ardua, es indiscutible la adquisición del aprendizaje que hay al traducir y dar significados que sean aceptados y comprensibles a la segunda lengua.
j.francisco.gdiaz@gmail.com