Año 18, número 265.
Cortesía de Maestría en Desarrollo Humano, Educación e Interculturalidad
El martes 19 de noviembre del 2024 a las 6 pm tuvo lugar, en el contexto de la clase Educación para la diversidad, que dirige la Dra. Laura Luna y el foro Diversidad y empatía: construyendo comunidades inclusivas en educación y sociedad. Este evento (transmitido a través de Google Meet con una liga abierta al público general), se insertó dentro del programa académico de la Maestría en Desarrollo Humano, Educación e Interculturalidad. El programa tuvo como objetivo abrir una ventana para la transmisión de experiencias por parte de siete miembros relacionados con la diversidad y la inclusión, ya sea por su práctica profesional, ya sea por su propia condición identitaria.
El foro tuvo como elemento principal la apertura de los participantes para compartir sus experiencias sobre la diversidad, a quienes la Lic. Miroslava Ortega motivó con una serie de preguntas enfocadas en impulsar la reflexión y la charla de los invitados los enlisto en el orden de aparición. Estos fueron el Lic. Iván Rayas Arrazate, Mtra. Yarathzet Martínez Rodríguez, el Lic. Melvin Giovanni Moreno Buenavides, la Mtra. Ana Karen Noguera López, Germán Poeta sin Límites, el Mtro. José Padilla Ávalos y la Lic. María Luisa Olvera Muñoz. Cada uno de ellos, poseedor de un saber distinto y único, habló desde sus propios sitios de conocimiento.
Ante la primera pregunta ¿qué significa la diversidad en la sociedad y en la educación? Iván Rayas destacó que la diversidad no solo se refiere a las diferencias, sino a la variedad y los elementos comunes que compartimos. Iván señaló la importancia de crear un espacio seguro en las aulas para todos los estudiantes, especialmente aquellos que provienen de contextos difíciles, como situaciones económicas complicadas o experiencias de acoso. Además, consideró que la falta de reconocimiento de la diversidad puede generar desigualdad de oportunidades, aislamiento y deserción escolar.
Por su parte, Yaratzeht enfatizó que la diversidad está presente en todos los aspectos de la vida, incluyendo la cultura, las capacidades físicas y mentales, y las experiencias personales. Yaratzeht mencionó que las diferencias en las infancias, como el hecho de crecer en familias disfuncionales o con contextos de violencia, influyen en el desarrollo y aprendizaje. Además, habló sobre la importancia de respetar todas las diversidades, incluyendo las de género, orientación sexual, y discapacidad, y cómo la educación debe ser inclusiva para evitar la discriminación.
Asimismo, Melvin compartió que la diversidad es un reto, pero también una oportunidad para reconocer la integralidad y el valor de cada individuo. Melvin habló sobre la importancia de valorarse a uno mismo para poder valorar a los demás y mencionó la relevancia de abrirse a diferentes formas de ser, especialmente en términos de religión, sexualidad y capacidades, y cómo el amor y el respeto mutuo deben guiar nuestra interacción.
La siguiente participación correspondió a Karen, quien resaltó que la diversidad en la sociedad se refiere al reconocimiento de las diferencias individuales en aspectos como cultura, etnia, género, orientación sexual, entre otros. Karen consideró que estas diferencias enriquecen la sociedad y fomentan la empatía, creatividad e innovación. En cuanto a la educación, Karen mencionó que debe ser inclusiva, con un currículum que respete las diferentes realidades y fomente habilidades sociales y emocionales. También señaló que la diversidad enfrenta desafíos como la discriminación y los estereotipos, pero que la educación debe ser una herramienta clave para superar estos problemas.
En cuanto a Germán, planteó que es importante aprender a valorarse uno mismo para poder valorar a los demás. Reflexionó sobre la importancia de reconocer las diferencias y cómo la educación debe ser un espacio para aprender de las distintas perspectivas. Aunque mencionó que a veces se enfrenta a dificultades personales, como enfrentarse a fanatismos religiosos, enfatiza que todos debemos aprender a tratarnos con respeto, independientemente de nuestras diferencias.
Luego José Padilla resaltó que la diversidad significa que cada persona es única, como los dedos de la mano. En cuanto a la educación, el invitado mencionó que los planes de estudio actuales deben tener en cuenta las diversas realidades sociales, económicas y culturales de los estudiantes. Criticó a la educación tradicional que en el pasado no reconocía las diversidades y señaló que ahora se está trabajando en políticas que incluyen a todos. Finalmente, Padilla destacó la importancia de la educación en la familia, ya que es allí donde realmente se empieza a construir la aceptación de la diversidad.
Finalmente, María Luisa, madre de un hijo con trastorno del espectro autista, compartió su experiencia personal al intentar incluir a su hijo en la sociedad y en el sistema educativo. Destacó las dificultades que enfrentó debido a la falta de comprensión y aceptación de la diversidad, especialmente en el ámbito educativo. A pesar de estos obstáculos, expresó que su hijo, Gerardo, ha logrado sobresalir y ser reconocido gracias a la valiosa ayuda de profesionales que lo acompañaron en su proceso educativo. Subrayó que la educación debe ser inclusiva, aceptando a todos los estudiantes independientemente de sus diferencias.
El foro Diversidad y empatía: construyendo comunidades inclusivas en educación y sociedad realizado el martes 19 de noviembre de 2024, permitió abrir un espacio de reflexión profunda sobre la importancia de la diversidad en nuestros entornos sociales y educativos. A través de las intervenciones de los siete participantes, quienes compartieron tanto sus conocimientos profesionales como sus experiencias personales; quedó claro que la diversidad no es solo un concepto abstracto, sino una realidad palpable que impacta profundamente en la vida cotidiana de las personas y en los procesos educativos.
Cada uno de los ponentes aportó una visión única, desde la perspectiva del docente hasta la experiencia de quienes viven la diversidad de manera directa, como en el caso de la madre de un niño con autismo. Se destacó que la diversidad no debe ser vista sólo como una serie de diferencias, sino como una riqueza que puede fortalecer las relaciones, la creatividad y la innovación, tanto en la sociedad como en las aulas. Sin embargo, también se reconoció que la inclusión real es un desafío, marcado por la persistencia de la discriminación, los estereotipos y las dificultades estructurales que aún enfrentan muchos grupos marginalizados.
En el foro se subrayó la necesidad de transformar nuestras prácticas educativas para ser más inclusivas, lo que requiere tanto un cambio en los currículos como un enfoque integral que tenga en cuenta las diversas realidades sociales, culturales y emocionales de los estudiantes. También se enfatizó la importancia de la empatía y el respeto mutuo como valores fundamentales para construir una sociedad más justa y equitativa.
Marcela Álvarez Ávila
marcela.alvarez1670@alumnos.udg.mx