Año 17, Número 240.
El libro mantiene una estructura a través de la cual el lector no se siente perdido, sino que lo extraño adquiere una cualidad más palpable
Jaime Jordán Chávez
Apócrifa de Rafael Villegas, supone una experiencia variada para el lector, confluyen elementos de la ciencia ficción y la fantasía, además, de que hay una gran variedad de intertextualidades que sería imposible enumerarlas al completo. Algunas inclusive van más allá de lo literario. En este sentido, es destacable que el texto incluye también referencias históricas, lo que lo conviene en un texto multidimensional, por así decirlo, ya que no solamente hay elementos ficticios, sino que el autor se vale de contextos reales para situar sus personajes en un tiempo y un espacio determinado que existió durante algún punto de la humanidad. Esto es un atributo narrativo que puede incitar al lector a pensar en que inclusive durante este momento, podría estar sucediendo lo inimaginable.
A pesar de esto, el libro mantiene una estructura a través de la cual el lector no se siente perdido, sino que lo extraño adquiere una cualidad más palpable, dado que no se trata de un libro difícil de entender, sino más bien complicado de digerir. Con personajes como la Madre Araña, responsable de tejer el tiempo, podría decirse que de una manera natural, Villegas aborda algunos de los conflictos que ha tenido la humanidad durante su historia, desde una perspectiva fantástica, otorgándole a los paradigmas una respuesta imaginaria que sirve para llenar los vacíos dentro del pensamiento filosófico de los lectores
Algo que me llamó la atención de este libro es la gran variedad de cosas que presenta, sin que esto suponga una desviación dentro de la narrativa, ya que si bien aparecen varios personajes, referencias e incluso tonos alrededor del libro, uno no deja de sentir que se encuentra asistiendo ante la génesis de un mismo universo. Es un libro donde convergen los piratas, los soldados cristianos, las criaturas fantásticas, la ciencia ficción, personajes LGBT, personas de color y muchas épocas y lugares diferentes. A pesar de esto, quizás algo que reincide en todas estas historias es la posibilidad de maravillarnos a través de lo inaudito.
La presencia de la religión también es demasiado notable, aunque no necesariamente supone un aspecto central de las tramas; siempre hay algún reverendo, personas cristianas o incluso elementos religiosos, como los crucifijos y otras cosas más, por lo que podemos concluir que se trata de un elemento relevante, aunque no sea necesariamente indispensable para darle seguimiento a las historias. La tensión es otro elemento que engloba al universo construido por Villegas en esta obra, puesto que todas las obras mantienen al lector con la sensación de que algo está por suceder, algo importante que cambiará para siempre las vidas de los personajes protagonistas.
Finalmente, sólo me gustaría agregar que es destacable la originalidad del autor, que decide combinar diferentes países, temáticas, contextos históricos y tipos de personajes, pero que al mismo tiempo logra darle a todo esto un estilo bastante reconocible que nos permite leerlo como algo más que sólo un collage de distintas virtudes literarias.