Año 17, número 258.

Imagen: Agua.org.mx

Norma Helen Juárez

La temporada de estiaje fue dura en todo el país, las cuencas y embalses inician el temporal de lluvias con la esperanza de recuperar sus niveles de agua. Para nuestro Estado las cosas no van bien en el tema del agua. Hoy día, Jalisco esta dentro de los 12 estados con mayor estrés hídrico tanto para uso agrícola como domestico. No es para menos, el discurso del Gigante Agroalimentario ha impactado profundamente el hacer de los agricultores quienes no solo han cambiado el paisaje, si no también los ciclos del agua al hacer cambios de uso de suelo dramáticos y de escalas nunca antes vistas. La promesa de grandes ingresos por la siembra de agave, aguacate y berries se ha llevado a cabo sin una planificación y sin una estrategia que no elimine la flora y fauna nativa esencial para sostener la vida de miles de especies importantes para los ecosistemas.

 De acuerdo al ultimo informe del Monitor de Sequía de México de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) la mayor parte del territorio de Jalisco se encuentra entre una sequía moderada a severa, como lo muestra la imagen. Sin embargo, la mancha de sequía extrema avanza hacia el sur de Jalisco.

El problema de la sobre explotación de los mantos de agua profundos y superficiales es de una escala nunca antes vista. La humanidad como especie esta alterando los ciclos vitales de los cuales depende la vida misma. Para quienes habitamos en la Región Sur, lo sabemos claramente, incendios y calor sofocante nos agobian.

En este temporal, el nacimiento de agua del Fresnito y otros nacimientos de las faldas del volcán Nevado de Colima, se secaron durante semanas por primera vez.  La situación es para reflexionar y sobre todo pensar sí nos sentaremos a ver como el agua de la región se transforma en mercancías de exportación, los bosques se pierden, las tierras se erosionan, contaminan y junto con los mantos subterráneos saqueados, serán nuestra herencia para las siguientes generaciones.

Por si fuera poco, no olvidemos que estamos en una zona sísmica y cualquier cavidad subterránea se vuelve una zona de riesgo. Urge que como ciudadanía nos involucremos más en la toma de decisiones y la exigencia de estrategias contundentes para un manejo sostenible del agua y de acciones para la pronta recarga de los mantos hídricos subterráneos. Porque si el agua se acaba, la agroindustria buscará nuevas tierras para explotar y nos dejará un territorio saqueado donde no será posible garantizar el bienestar de los que si vivimos en esta región. 

helen.juarez@cusur.udg.mx