Año 15, Número 202.

 El peso ideal debería ser aquél que dé lugar a una salud óptima y a un mínimo riesgo de enfermedades

Carbajal, A
Ilustración: Jean Denise

Vanessa M. Vázquez-Vázquez

Karina Franco Paredes

En las culturas occidentales se ha atribuido un elevado valor al peso y la forma del cuerpo tanto de mujeres como de hombres. En el caso de las primeras, se promueve el ideal de la delgadez (acompañado por la búsqueda del cuerpo firme y curvilíneo) y para los varones un ideal de musculatura (enfatizando la forma en V, caracterizada por tener hombros anchos, cintura delgada y músculos abdominales bien definidos). Estos modelos se difunden a través de mensajes —verbales y no verbales— en diversos medios de comunicación y plataformas digitales, que a su vez pueden contribuir a la estigmatización de la obesidad.

Actualmente, las redes sociales juegan un rol importante en la promoción y normalización del ideal de delgadez, a través de imágenes y mensajes escritos. Esta influencia puede ser potencialmente dañina para quienes atribuyen mayor relevancia a la imagen corporal.

Los mensajes que propagan estos ideales corporales, frecuentemente son interiorizados por los receptores sin una verdadera consideración analítica sobre la veracidad del contenido de los mismos, así como del impacto que pueden tener en la evaluación de su cuerpo y en el juicio que se hace sobre el de los demás. En un estudio reciente en jóvenes, se encontró que el 58% de los participantes señalaron el ideal delgado como la “normalidad” y lo asociaron con una alimentación adecuada y la realización de actividad física. Además de otorgar a la delgadez valores agregados como: salud, éxito, estatus, atractivo, mayor autoestima y aceptación.

En México, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la mayoría de internautas son adolescentes (12-17 años) y jóvenes (18-24 años) y las principales actividades para las cuales utilizan el internet son las redes sociales (89%). Por su parte, la Asociación de Internet de México en su reporte número 17° sobre los hábitos de los usuarios de la red, informó que 91.4% de los usuarios revisan de manera diaria plataformas como: Facebook, WhatsApp, YouTube, Instagram y Twitter. Es importante recordar que, justamente las/os adolescentes y jóvenes pertenecen a los grupos con mayor vulnerabilidad para presentar algún tipo de trastorno alimentario y son quienes están más expuestos a la influencia del modelo de delgadez en las redes sociales, dado el peso que se le atribuye en estas etapas a la búsqueda del reconocimiento social y la disponibilidad de dichas plataformas. 

Algunos datos sobre la insatisfacción corporal en diferentes grupos de edades

En México, como en otros países, la preocupación por el peso y la presencia de insatisfacción corporal entre las diferentes etapas de la vida (niñez, adolescencia, juventud y adultez) se ha normalizado sin considerar las posibles consecuencias que esto puede tener. Por ejemplo, el reporte de niños y niñas que externalizan el deseo de tener una menor talla y por evitar alimentos “engordantes”. En relación con lo anterior, quienes presentan una menor satisfacción con su cuerpo tienden a mostrar una menor autoestima.

Un estudio en adolescentes señaló que el 47% tenían insatisfacción corporal y de éstos/as el 72.7% refirieron desear estar más delgados pese que el 42.2% se encontraban en normopeso. Respecto a la población joven, una investigación encontró que 46% de las mujeres encuestadas se percibieron como “gordas” y de ellas, el 66% deseaban ser más delgadas; al registrar su peso y talla se encontró que 33% presentaban sobrepeso u obesidad. En el caso de los varones, 56% de ellos se describieron como “gordos” y en el 51% se corroboró la presencia de sobrepeso u obesidad al registrar las medidas correspondientes. Por otra parte, se encontró que un 8% de las y los jóvenes mostraban poca aceptación de su apariencia, siendo esto más recurrente en las mujeres que en los varones en un 14 y 5%, respectivamente.

En población adulta, un estudio identificó que seis de cada 10 mujeres han interiorizado el ideal de delgadez y 17% presentaron insatisfacción corporal, la cual se relacionó con sintomatología de trastornos alimentarios, una mayor influencia de la publicidad y motivación para adelgazar.

La estética y la salud han sido elementos importantes retomados en el discurso vigente sobre el ideal corporal de mujeres y varones, por lo que es pertinente analizar estos aspectos en dos formulaciones: 1) ¿Qué tan reales son las imágenes de los cuerpos que se promueven como ideales de belleza? y 2) ¿El tamaño del cuerpo necesariamente es un reflejo de la salud y de un estilo de vida saludable? Respecto a la primera cuestión, se ha identificado que, muchas de las fotografías de modelos difundidas en revistas y medios de comunicación han pasado por un proceso de edición en las que las proporciones corporales reales son modificadas. 

En cuanto a la segunda pregunta en cuestión, ¿El tamaño del cuerpo necesariamente es un reflejo de salud y de un estilo de vida saludable? Es preciso recordar que, el peso corporal es resultado de la interacción de varios factores que influyen en la estructura y el tamaño del cuerpo, entre ellos: hereditarios, ambientales, metabólicos, bioquímicos, entre otros. Asimismo, debe considerarse que el peso total es producto de la combinación de componentes como: masa magra, ósea, grasa, entre otros. Por lo que, el peso por sí sólo no necesariamente refleja un estado de salud.

¿Qué podemos hacer?

Ante la influencia de un modelo estético corporal imperante, promovido principalmente por los medios de comunicación, es necesario incentivar el uso del pensamiento crítico ante el contenido emitido por los mismos, lo cual se traduce en 1) identificar cuál es el mensaje que se nos está enviando, 2) analizar y cuestionar la veracidad de la información que se nos proporciona, y 3) elegir si deseamos continuar recibiendo ese tipo de contenido, así como reflexionar sobre qué tan adecuado es favorecer o no su difusión con otras personas. 

Al respecto, se han creado programas que buscan promover la aceptación y valoración de la figura corporal, además de ofrecer recomendaciones que buscan disminuir la influencia del ideal de la delgadez en redes sociales, entre ellas: 1) analizar las cuentas que seguimos, 2) seleccionar aquellas que compartan contenido que nos quiten paz, y 3) dejar de seguir las cuentas o personas que consideremos difunden información sin fundamento o realizan acciones que no favorecen el bienestar de los demás.

Positividad corporal

Por otra parte, es importante fomentar la positividad corporal, entendida como la tolerancia por las características físicas que tenemos, lo cual, incluye aceptación, apreciación y amor al cuerpo.  Tener una imagen corporal positiva beneficia aspectos como: la autoestima, la autocompasión, la satisfacción con la vida, el optimismo, por mencionar algunas. 

¿Cómo podemos construir una imagen corporal positiva? 

La Asociación Nacional de Trastornos alimentarios recomienda lo siguiente:

-Aprecia todo lo que tu cuerpo hace por ti (correr, bailar, respirar, caminar, etc.).

-Enlista 10 cualidades que aprecias de ti misma/o y que no se relacionen con tu cuerpo.

-Recuerda que la belleza es un estado mental, no una condición de peso.

-Rodéate de personas que te reconozcan y apoyen.

-Reemplaza los pensamientos negativos sobre tu cuerpo por afirmaciones más positivas y realistas.

-Usa prendas con las que te sientas bien en relación a tu peso.

-Observa críticamente los mensajes de los medios de comunicación respecto a la figura corporal.

Sitios de interés 

https://www.nationaleatingdisorders.org/neda-espanol

https://asdah.org/

https://thebodypositive.org/

En Facebook

The Body Image Program

Academy for Eating Disorders

vanessa.vazquez4619@alumnos.udg.mx

karina.franco@cusur.udg.mx)