Año 18, número 270.

La IA generativa en la edición de imágenes
Diseño: Jacqueline Contreras

La inteligencia artificial generativa ha llegado para transformar el mundo de la edición de imágenes. Herramientas como la ampliación generativa en Photoshop que mejoran la resolución de las fotos o añaden detalles nuevos están cambiando la forma en que editamos las imágenes, lo que permite crear fotos perfectas y completas. Pero, cuando se trata de fotoperiodismo, esto plantea una pregunta crucial, ¿dónde está el límite entre mejorar una imagen y manipularla de forma que distorsione la verdad?

En el fotoperiodismo, las imágenes siempre se han visto como un testimonio visual de lo que ocurrió. Si una foto aparece en las noticias, generalmente se cree que está documentando un hecho real, algo que sucedió en ese momento. Pero ahora, con la IA generativa, las imágenes pueden ser tan realistas que ya no podemos confiar en lo que vemos. La tecnología ha hecho posible crear imágenes desde cero o alterar las existentes de tal manera que se vuelvan casi imposibles de diferenciar de una foto original. Esto pone en peligro la credibilidad del periodismo visual, que se ha basado en gran medida en la autenticidad de las imágenes.

Imagina que estás cubriendo una marcha y capturas un retrato impresionante de una persona gritando en medio de la multitud, con una profundidad de campo que le da un aspecto muy bello. Sin embargo, al mirar más de cerca, te das cuenta de que en el borde izquierdo de la imagen hay otra persona haciendo una seña obscena. Esa seña puede distraer la atención de lo que realmente importa en la foto. ¿Está bien eliminarla para que la imagen se enfoque mejor en la persona principal, sin cambiar el mensaje que la foto transmite? Muchos dirían que no hay problema, ya que no alteras el contexto de lo que está ocurriendo y eliminas una distracción.

Pero la línea se vuelve más borrosa cuando empezamos a modificar más elementos de la imagen. ¿Qué pasa si decides quitar a varias personas de la foto o agregar elementos para hacer la escena más impactante? Ahí es donde entra el peligro. El fotoperiodismo se basa en capturar un momento tal y como es, sin alterar la realidad. Si se empieza a cambiar demasiado, la imagen deja de ser una representación fiel de los hechos y se convierte en una manipulación de la verdad. Aunque el objetivo sea mejorar la estética o el impacto visual, realmente lo que está en juego es la integridad de la información a transmitir.

Si decides quitar a esa persona, y lo haces porque su presencia no afecta el mensaje principal y la historia que estás contando, técnicamente no estarías alterando la esencia del evento, pero existe una línea muy delgada. Aquí te doy algunas consideraciones:

  1. No cambies el mensaje central: Si la foto sigue contando la historia principal (la persona en la marcha gritando) y solo eliminas una distracción que no cambia la narrativa, entonces no alterarías el hecho. En este caso, podría seguir considerándose fotoperiodismo.
  1. Transparencia: Sería ideal que si se llega a saber que la imagen fue editada, se haga de manera transparente. Si alguien descubre que se eliminó un elemento de la imagen sin que se explique, podría cuestionar la autenticidad de la foto. Esto es clave para mantener la confianza en el fotoperiodismo.
  1. Ética: La edición debe ser responsable. Si la eliminación de la persona no cambia el sentido de la foto y la historia sigue siendo la misma, no es un gran problema. Pero si modificas algo que realmente cambia el contexto o el mensaje, podría ser un problema.

La IA generativa también tiene usos positivos. Por ejemplo, puede ser útil en situaciones donde no se puede tomar una foto real, como en zonas de conflicto o en momentos en los que el acceso es limitado. También puede ayudar a restaurar imágenes históricas o crear representaciones visuales de eventos pasados que ya no pueden ser documentados de otra forma. En estos casos, la tecnología puede ser una herramienta valiosa para el periodismo, siempre que se use de manera ética.

Sin embargo, la facilidad con la que ahora podemos alterar o crear imágenes plantea un serio desafío para los medios de comunicación. Si no se establece un código ético claro sobre el uso de estas herramientas, el periodismo visual podría perder su función como reflejo fiel de la realidad. Los medios deben ser transparentes sobre cómo se editan o generan las imágenes, de modo que el público pueda confiar en la información que están viendo.

María Daniela Najar Jiménez

maria.najar5681@alumnos.udg.mx

Adrián Aguilar Alcaraz

adrian.aguilar2497@alumnos.udg.mx

Luz del Carmen López Tlatempa

luz.lopez9053@alumnos.udg.mx