Año 17, número 251.

Fotografía: Jonathan Aguirre, estudiante de doctorado de la Universidad Autónoma del Estado de México

La edad ha llegado, paso a paso, día a día,

Poner sus manos en la cara desnuda de nuestro amor

Y sus ojos menos alerta, lo miraron.

Y, en el hermoso jardín que arrugó julio

Flores, hojas vivas y arboledas

Han dejado caer algo de su fuerza ferviente

En el estanque pálido y caminos suaves.

A veces, la marca sol, amargo y celoso,

Una sombra dura alrededor de su luz.

Sin embargo, todavía aquí florece trémières

Que persisten en el dardo a su esplendor,

Y las hermosas estaciones influyen en nuestras vidas

Todas las raíces de nuestros dos corazones

Más que nunca se sumergen sin cumplirse,

Y tensa y se hundirá, en la felicidad.

Oh! estas horas de la tarde embarazada con las rosas

Que se entrelazan alrededor de la hora y el resto

La flor y la mejilla fuego contra su entumecida lado!

Y nada, nada es mejor que sentirse de esta manera,

Encor feliz y claro, después de cuántos años!

Pero si todo lo demás era el destino

Y que ambos, habríamos tenido que sufrir,

– Todavía! – Oh! Me gustaría vivir y morir,

Sin mí para quejarse de un amor obstinado.

Émile Verhaeren nació el 21 de mayo de 1855 en Sint-Amands, Bélgica, y murió el 27 de noviembre de 1916 en Ruan, Francia. Escribió en lengua francesa y fue uno de los fundadores del modernismo, además, su poesía tuvo una fuerte influencia en la Europa del siglo XX. Su obra pasó por diversas etapas: la crisis moral y religiosa, el periodo visionario, la reflexión sobre el campo y el crecimiento de las ciudades, el amor conyugal, la humanidad y finalmente la exaltación de la patria al comenzar la Primera Guerra Mundial.

voz y producción: Brandon Cruz