Año 13, número 147.

Aún no son claros los posibles beneficios a la salud de la ingesta moderada de alcohol, y si fueran claros, no superan los riesgos

Cerveza en un tarro. Foto: Ariana García.
Cerveza en un tarro. Foto: Ariana García.

Mónica Navarro Meza | Kathia Morfin Meza | Daniela Méndez Cobián | Josué Candelario Pérez | Adolfo Méndez Cobián

De acuerdo con la Clínica Mayo, las reglas sobre el consumo alimentario dejan de manifiesto que ninguna persona debería empezar a beber alcohol o ingerirlo de forma inadecuada, sin importar los beneficios que su consumo mínimo representen a la salud. Para algunas personas evitar el consumo de alcohol es más saludable, es decir, los posibles beneficios para la salud no superan los riesgos. Una persona considerada bebedor leve, moderado o sano, probablemente pueda continuar con esta conducta siempre que lo realice de manera responsable y consiente; sin embargo, aún no son claros los posibles beneficios a la salud de la ingesta de alcohol. El consumo moderado de alcohol para adultos sanos significa hasta una bebida alcohólica, la cual puede ser una cerveza de 355 ml al día para mujeres y hombres mayores de 65 años. El abuso en el consumo de alcohol es un problema importante de salud pública. La unidad de bebida estándar de alcohol puro es de 8 a 13 g por día; en México esta unidad es de 13 g, según la Comisión Nacional contra las Adicciones (CNA). El consumo en exceso de alcohol corresponde a una ingesta de al menos 60 g en hombres y 40 g en mujeres dentro de un lapso de 2 a 3 horas. Este patrón aumenta los riesgos para la salud física y mental y son más vulnerables los adolescentes y jóvenes.

Según la Encuesta sobre adicción en México de 2014 con respecto al consumo de drogas en estudiantes, un millón y medio de la población en escolaridad de secundaria y preparatoria ha estado involucrado con el abuso en la ingesta de alcohol. Además, se ha reportado que los universitarios pueden llegar a consumir cinco bebidas en una sola ocasión. La CNA informó que el 42,9% de los adolescentes de entre 12 y 17 años afirmaron que alguna vez habían bebido alcohol; la importancia de mencionar la edad radica en que el inicio temprano del consumo de alcohol representa un factor de riesgo para su posterior consumo en exceso. Esta conducta sigue siendo la más común en el inicio del abuso de sustancias psicoactivas y se estima que las complicaciones relacionadas con el alcoholismo representan entre el 2% y el 9% de las consultas de atención primaria a nivel mundial.

En los adolescentes el consumo de alcohol simboliza un comportamiento de alto riesgo. En México, los estudios epidemiológicos han demostrado un aumento significativo en el consumo de alcohol entre la población joven, siendo la droga de consumo inicial más comúnmente reportada, de hecho, los jóvenes de 12 a 24 años representan el 63% de la población que bebe alcohol. Según las Encuestas anuales mexicanas sobre adicción (ASA) de 2003, 2009 y 2011, la prevalencia en el consumo de esta sustancia aumentó significativamente entre 2002 y 2011 en México, además, se conoce que el 6% de los bebedores desarrollan dependencia y la proporción es de tres mujeres a una, entre las jóvenes. El abuso de alcohol es un problema de salud a nivel mundial debido a su asociación con altas tasas de morbilidad, mortalidad y conflictos interpersonales. En América del Sur y Centroamérica la prevalencia del consumo de alcohol, en algún momento de la vida, es del 6,6% en mujeres y del 3,8% en hombres. Jalisco, México es una de las áreas con porcentajes más altos en ingesta de alcohol. 

En la actualidad las mujeres beben más alcohol que en el pasado, los motivos por los que una mujer se convierte en una consumidora en exceso de esta sustancia son diversos, y a menudo hay más de una causa que impulsan a esta adicción. Se considera que el sexo femenino es más vulnerable a los efectos de las bebidas alcohólicas. Según el Centro Nacional para Adicciones y Abuso de Sustancias, las mujeres, en comparación con los hombres, son más vulnerables a la adicción al alcohol y a desarrollar enfermedades relacionadas con su consumo con menos cantidad de bebida y en menor tiempo. Las mujeres que beben en exceso alcohol son más susceptibles al desarrollo de cirrosis, hepatitis alcohólica y depresión, en un periodo más corto y con más intensidad que en los hombres, además se asocia con el riesgo de desarrollar cáncer de mama; en edades avanzadas, el consumo de alcohol se asocia con el desarrollo de osteoporosis, lo que sugiere que el alcohol es capaz de disminuir la absorción de calcio en el intestino.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido que “una bebida estándar corresponde a aquella que contiene alrededor de 10 gr de alcohol”, dentro de los estándares podríamos encontrar ejemplos como el contenido en una lata de cerveza de 330 ml al 5% aproximadamente, una copa de vino de 140 ml al 12% o un vaso de destilados de 40 ml al 40%.  

monica.navarro@cusur.udg.mx

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