Año 14, número 170.

La migración en cualquier país o región del mundo debería ser segura, ordenada y regular, digna para todos. La migración debería ser una elección, no una necesidad

Foto: ARTE, en France 24

Ariana García

Al principio todos éramos migrantes, la condición nómada del humano en el paleolítico no contemplaba aún establecerse en un territorio y crear el sentido de pertenencia. Éramos de todos lados y de ninguno, el migrar era lo normal. Con el sedentarismo, ya en el mesolítico, comenzó la vida social y con ella todos los conceptos que derivan de la comunidad, fueron necesarias reglas de convivencia cada vez más complejas y con el tiempo se crearon los límites territoriales. En la actualidad, si una persona cruza esos límites le dicen migrante. Ahora, no siempre es bien visto estar en esa condición.

Existen muchos motivos para la migración, ya sea por cuestiones laborales, búsqueda de mejores condiciones de vida e incluso por huir de una situación de peligro. Lo ideal es que la migración sea una cuestión de elección y no de necesidad, por eso y por otros motivos adversos por los que muchos migrantes pasan durante su travesía, en 2016 se firmó el Pacto Mundial para la Migración, en el que jefes de estado y gobiernos acordaron, bajo los auspicios de las Naciones Unidas, los criterios de trato a los migrantes y refugiados en todas las dimensiones de la migración internacional.

De acuerdo con Naciones Unidas, en 2019 migraron internacionalmente 272 millones de personas, de las cuales, 164 millones lo hicieron por trabajo; Asia es el continente que recibió más migrantes, con el 31%. México tiene un historial muy marcado en cuanto a la migración, principalmente con las personas que se van al país vecino del norte, pero en los últimos años también ha recibido una gran cantidad de migrantes centroamericanos que, aunque no tengan como fin permanecer en este país, terminan quedándose aquí por tiempo indefinido, gracias a las restricciones de acceso que tiene su objetivo: Estados Unidos.

Uno de los motivos más tristes de la migración es el desplazamiento para refugiarse, personas que huyen del lugar que habitan por las condiciones de violencia que las ponen en peligro al permanecer ahí. Aún más triste es el destino que muchas de estas personas tienen al llegar o tratar de llegar al lugar destino, pues en ocasiones se encuentran también con situaciones de violencia o de discriminación, revictimizándolas.  

El 18 de diciembre de 1990, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Convención Internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares. En el año 2000 se proclamó la celebración del Día Internacional del Migrante, que se celebra cada 18 de diciembre. El objetivo de conmemorar este día es reafirmar “nuestro compromiso con una migración segura, ordenada y regular; digna para todos.

Los beneficios que la migración aporta son muchos, la ONU indica que existe un vínculo fuerte entre migración y desarrollo, además de que mejora las condiciones económicas y sociales tanto en el lugar de origen como en el de destino. Los migrantes “contribuyen con su conocimiento, con las redes que conforman y con sus capacidades al desarrollo de comunidades más fuertes y resilientes”. Apoyemos el derecho humano a la movilidad, por elección o por necesidad, de partida o de arribo; reimaginemos la movilidad.

ariana@cusur.udg.mx