Año 16, Número 216.

Quietas, dormidas están,
las treinta, redondas, blancas.
Entre todas
sostienen el mundo.
Míralas, aquí en su sueño,
como nubes,
redondas, blancas, y dentro
destinos de trueno y rayo,
destinos de lluvia lenta,
de nieve, de viento, signos.
Despiértalas,
con contactos saltarines
de dedos rápidos, leves,
como a músicas antiguas.
Ellas suenan otra música:
fantasías de metal
valses duros, al dictado.
Que se alcen desde siglos
todas iguales, distintas
como las olas del mar
y una gran alma secreta.
Que se crean que es la carta,
la fórmula, como siempre.
Tú alócate
bien los dedos, y las
raptas y las lanzas,
a las treinta, eternas ninfas
contra el gran mundo vacío,
blanco a blanco.
Por fin a la hazaña pura,
sin palabras, sin sentido,
ese, zeda, jota, i…

Imagen: Depositphotos

Pedro Salinas Serrano nació el 27 de noviembre de 1891 en Madrid. Fue un escritor, filólogo, profesor y poeta perteneciente a la generación del 27.

Salinas estudió Derecho sin llegar a concluir la carrera, posteriormente cursó la carrera en Filosofía y Letras, misma que ejerció durante toda su vida mediante la creación literaria. La obra de Pedro Salinas destaca “por ser un intento de defender los valores ideológicos más altos y desinteresados de la cultura europea anterior a la Segunda Guerra Mundial. Su honda humanidad nos lo presenta preocupado por descubrir en el lado oscuro de las cosas, aquello que las explica y nos ayuda, de paso, a encontrar nuestro propio camino”.

La obra del autor se divide en tres etapas: inicial, de plenitud y de exilio. Dentro de estas etapas se pueden encontrar títulos de poesía como Presagios (1924), de prosa como Literatura española del siglo XX (1941) y dramáticos, como Caín o una gloria científica.

Salinas, quien fuera considerado uno de los mejores poetas españoles del siglo XX, murió en Boston el 4 de diciembre de 1951.